Ciclo A DOMINGO 32 La melodía de las “Hojas muertas” de Charles Trenet, evoca la VIGILIA, en el otoño de la vida
Virgen de la cripta. Basílica de la Dormición Mt 25,1-13 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «Se parecerá el reino de los cielos a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo. Virgen de la cripta. Basílica de la Dormición
Nadie puede sustituirnos en esta tarea Basílica de la Dormición Todos debemos tener siempre encendida la lámpara de nuestra vida Nadie puede sustituirnos en esta tarea
Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas.
Buscar siempre evasiones provoca el vacío Vivir atentamente propicia la sensatez Buscar siempre evasiones provoca el vacío Baldaquino de la cripta. Mosaico de Cristo y seis mujeres bíblicas
Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas.
El aceite es la ilusión que jamás debe morir Mujeres del baldaquino María (Éxodo) Rut Ester La vida sin juicio, en cambio, es tan efímera como un instante que no deja ni rastro
El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó una voz: ¡Que llega el esposo, salid a recibirlo! Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas.
Un día Dios nos llamará por el nombre, como jamás nadie nos ha llamado Entonces le reconoce-remos a Él, y nos reconoce-remos en Él, todos juntos, todos amados. Un día Dios nos llamará por el nombre, como jamás nadie nos ha llamado Interior de la iglesia
Y las necias dijeron a las sensatas: "Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas.” Pero las sensatas contestaron: "Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis.“ Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta.
“Las que estaban preparadas”, silenciosamente, traspasaron el mar Silenciosa-mente, encontraron la fiesta de la otra orilla Fragmento del mosaico central
Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo: “Señor, señor, ábrenos.” Pero él respondió: “Os lo aseguro: no os conozco.” Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora.»