Los orígenes del teatro
El teatro tiene sus orígenes desde la prehistoria, cuando los seres humanos imitaban a los animales. En diversas culturas del mundo podemos encontrar esta manifestación como parte de su cultura; desde Asia hasta América. Poco a poco, se fue mezclando con otras artes, como la música. Aún cuando el concepto de arte no existía.
Sin embargo, el teatro como género dramático ya en forma, nació en Grecia. El origen de la tragedia griega se sitúa en las ceremonias religiosas que rendían culto a Dioniso, el dios del vino y la embriaguez. En dicho ritual, un grupo de hombres disfrazados con pieles de animales, cazaban a un animal, que representaba al dios. Luego, festejaban con música (cantos corales), danza y vino.
Hacia el siglo VI a. c. el grupo de hombres disfrazados se consolidó como coro. Eran dirigidos por el corifeo. Además, se incluyó a un actor que alternaba mediante diálogos. Para observar la obra, se construyeron gradas sobre los declives de las colinas y en el fondo estaba el público. Las construcciones eran de gran tamaño, pues asistían muchas personas.
Ya que era necesario estar visible para el público, los actores llevaban un atuendo especial. Era común el uso de máscaras, las cuales determinaban si la o obra era una tragedia o una comedia. Peinados sumamente altos (on’kos). Megáfonos, clámide (capa), coturnos (plataformas que servían para darle más altura al actor.
También el quitón (túnica) era importante, pues revelaba la clase social del personaje: púrpura para la realeza, oscuro para quienes estaban de luto. Los héroes llevaban una corona y los dioses portaban algún elemento representativo, como el tridente para Poseidón, la piel de león para Hércules o el casco para Atenea.
La mayor consolidación del teatro griego fue a través de la tragedia. Fueron tres los principales autores de la tragedia griega, cada uno tuvo un estilo particular: Esquilo, Sófocles y Eurípides