3er Domingo de Cuaresma - Ciclo A LA SED Y EL AGUA Allí el pueblo, atormentado por la sed, murmuró contra Moisés: «¿Por qué nos has hecho salir de Egipto? ¿Para que ahora muramos de sed con nuestros hijos y nuestros animales?» (Éxodo 17, 3-7) 1
El mismo Dios calmó la sed de los hebreos en el desierto. Es un dolor haber perdido el hambre y la sed de Dios.
He ahí el resumen del camino de la fe. El evangelio nos presenta la escena del encuentro de Jesús con la samaritana. Hoy la contemplamos con los ojos del alma. Y descubrimos una escalada de títulos: Judío, Señor, Profeta, Mesías y Salvador. He ahí el resumen del camino de la fe.
para nosotros en este momento preciso 2, 13-17 Volvemos la mirada hacia nosotros mismos y nos preguntamos qué es Jesús para nosotros en este momento preciso de nuestra vida. 3
Jesús pide de beber a la samaritana. El buen evangelizador no va imponiendo, sino mendigando.
Todo lo bueno que la vida nos ofrece es don gratuito de Dios. Pero el don por excelencia es el mismo Jesús.
“Y quién es el que te pide de beber…” Jesús es el puente entre el Dios vivo y los hombres y mujeres que buscan la verdad..
“Le pedirías tú…” Jesucristo nos pide lo que espera que le pidamos. La iniciativa es sólo suya. Pero espera que nos acerquemos al manantial.
La que puede calmar nuestras ansias más hondas. Es su verdad. “Y Él te daría agua viva”. La que puede calmar nuestras ansias más hondas. Es su verdad. Es su misericordia.
Señor Jesús, fuente de agua viva. Purifica a tu Iglesia de toda mancha. Ayúdanos a descubrir tu presencia en el mundo. Y enséñanos a aprender de ti el método y los contenidos de una nueva evangelización. Amén.
José Román Flecha Andrés Texto: EL CÁNTARO, Ciclo A –Editorial Monte Carmelo 2016 Presentación: Antonia Castro Panero