Pureza y Relaciones Sexuales en el Matrimonio
Una perspectiva bíblica del sexo Instituido por Dios antes del pecado (Gen. 1:28) y por tanto es santo (Heb. 13:4) No es vergonzoso sino puro y bueno Debemos practicar nuestra vida sexual de una manera que agrada a Dios Diseñado por Dios para ser una fuente de placer (Prov. 5:15-19; Cantar de Cantares) Un mandato de Dios (1 Cor. 7:3-5)
Diseñado por Dios para satisfacer primero las necesidades de mi cónyuge (1 Cor. 7:4-5) Diseñado para la reproducción
Perspectivas erróneas Es lo más importante del matrimonio Es algo desagradable Es una herramienta para la manipulación de mi pareja Cualquier acto sexual es lícito dentro del matrimonio
Impedimentos a una vida sexual satisfactoria Ignorancia Las temporadas de la vida Las necesidades particulares “El Placer Sexual Ordenado por Dios” Ed y Gaye Wheat (Caribe) Falta de unidad Culpabilidad Actividad sexual pre- o extramatrimonial Abuso sexual Problemas en el trato de su conyuge Problemas en otras áreas (trabajo, enfermedad, etc)
Conclusión: La relación sexual es uno de los grandes dones que Dios ha dado al hombre. Es algo que puede ser fuente de gran gozo y satisfacción. Pero la única manera en que el hombre puede conocer el gozo que viene de esa relación es a través de una relación matrimonial que se está desarrollando en todas sus facetas: espiritual, emocional y física. Si el acto físico se lleva a cabo fuera de los límites del matrimonio, no traerá satisfacción duradera y además será un impedimento a su relación sexual matrimonial. Aún dentro del matrimonio, la relación sexual no ofrecerá una satisfacción completa sin una relación de intimidad y unidad en todas las áreas. Recuerda: Dios te dio tu sexualidad para que la disfrutes plenamente. Pero cuida que tu sexualidad no sea un dios para ti, llevándote a pecar y así perder la bendición de una vida sexual plenamente satisfactoria.