Lectio divina del Salmo dominical

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Lectio divina del Salmo dominical Is 6,1-2a.3-8: Aquí estoy, mándame. Sal 137,1-2a.2bc c-8: Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor. 1Co 15,1-11:
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Este Salmo consta de tres partes. La primera es un breve himno al Creador (vs. 1-2). La segunda, de tono sapiencial, enumera las condiciones morales.
Transcripción de la presentación:

Lectio divina del Salmo dominical Domingo IV de Adviento Is 7,10-14: La virgen concebirá. Sal 23,1-2.3-4ab.5-6: Va a entrar el Señor; Él es el Rey de la Gloria. Rm 1,1-7: Jesucristo es de la estirpe de David, Hijo de Dios. Mt 1,18-24: Jesús nacerá de María, desposada con José, hijo de David.

Va a entrar el Señor; Él es el Rey de la Gloria.

Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el orbe y todos sus habitantes: él la fundó sobre los mares, él la afianzó sobre los ríos. 

Va a entrar el Señor; Él es el Rey de la Gloria.

¿Quién puede subir al monte del Señor ¿Quién puede subir al monte del Señor? ¿Quién puede estar en el recinto sacro? El hombre de manos inocentes y puro corazón, que no confía en los ídolos. 

Va a entrar el Señor; Él es el Rey de la Gloria.

Ése recibirá la bendición del Señor, le hará justicia el Dios de salvación. Éste es el grupo que busca al Señor, que viene a tu presencia, Dios de Jacob.

Va a entrar el Señor; Él es el Rey de la Gloria.

Lectio Ahora leemos el salmo entero, despacio… 1 [Salmo. De David.] Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el orbe, y todos sus habitantes: 2 él la fundó sobre los mares, él la afianzó sobre los ríos. 3 -¿Quién puede subir al monte del Señor? ¿Quién puede estar en el recinto sacro? 4 -El hombre de manos inocentes,  y puro corazón, que no confía en los ídolos ni jura contra el prójimo en falso. 5 Ése recibirá la bendición del Señor,  le hará justicia el Dios de salvación. 6 -Éste es el grupo que busca al Señor, que viene a tu presencia, Dios de Jacob. 7 ¡Portones!, alzad los dinteles, que se alcen las antiguas compuertas: va a entrar el Rey de la gloria. 8 -¿Quién es ese Rey de la gloria? -El Señor, héroe valeroso; el Señor, héroe de la guerra. 9 ¡Portones!, alzad los dinteles, que se alcen las antiguas compuertas: va a entrar el Rey de la gloria. 10 -¿Quién es ese Rey de la gloria? -El Señor, Dios de los ejércitos. Él es el Rey de la gloria. Si quieres escuchar el salmo en hebreo, pincha en este vínculo.

Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio? Según el P. Ramón Ribera, monje de Montserrat, y otros estudiosos, el orden de los salmos no se debe al azar sino que hay toda una estructura interna.

Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio? Nuestro salmo se encuentra en la primera parte del salterio, dedicado a las súplicas a Dios, formada por los libros: 1º: salmos 1-40 2º: salmos 41-71 Y 3º: salmos 72-88 Dentro del primer libro, los salmos 3-31 constituyen la 1ª Colección de David. David es el protagonista de estos salmos y todos traen su nombre en el título (aunque esto no quiere decir que los haya escrito él). Toda esta colección está organizada en 4 septenarios que corresponden a 14+14. Para los hebreos el nº 14 es el equivalente numérico de las letras de la palabra “David.” El Salmo 23 se encuentra en el tercer septenario (salmos 18-24). En él se celebra la entrada de aquel “Rey de la Gloria y victorioso en el combate,” el Rey Mesías que pedían los salmos 19 y 20. Salmo 23: Entrada triunfal del Rey de la Gloria

Lectio ¿Qué dice el texto? El ambiente vital de este salmo 23 es una procesión litúrgica que se dirige al templo para entronizar el arca de la alianza, signo por excelencia de la Presencia del Señor en medio de su Pueblo. En esta procesión se alternan los cantos a la grandeza de Dios y a la santidad que debe adornar al pueblo que lo acompaña. Este Salmo consta de una introducción y dos partes muy diferenciadas. La introducción es un breve himno al Creador (vv. 1-2). La primera parte, de tono sapiencial, enumera las condiciones morales que debe reunir el que se acerca al recinto sagrado (vv. 3-6). La parte final (vv. 7-10), es un diálogo de dos coros entre los guardias que custodian las puertas del Santuario y la asamblea que llega en procesión.

Meditatio Lo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto Meditatio Lo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto. Esto es algo muy personal por ello aquí para ayudar a esta meditación relacionamos el salmo con las lecturas del domingo. ¡Va a estar el Señor! Si el sentido primario del salmo nos habla de una entronización y exaltación, de un subir al monte del Señor, y de que sólo pueden acceder a él los que cumplen las condiciones requeridas para ello (manos inocentes, pureza de corazón), resulta que en el contexto de las lecturas de hoy se nos invita a leer este salmo a la inversa: es el Señor el que se abaja, es Él el que, dejando su trono real, en el silencio de la noche, vendrá al mundo y nacerá del seno purísimo de la Virgen. Y yo… ¿cómo me preparo? ¿cómo te acojo? ¡Señor, prepárame Tú como a la Virgen María!

Vino el Señor para justificarnos a nosotros, injustos y pecadores, y corrió el riesgo de no ser reconocido ni por los suyos… Con todo, sí encontró en su Madre (y en san José) las condiciones que describe el salmo para estar en el recinto sacro. Ella sí tiene labios puros, sencillez de corazón, confianza ilimitada en el Señor… por eso se convirtió en “arca de la alianza”, portadora de Dios. En Ella, tal como nos lo dice san Mateo, se cumple en plenitud la profecía de Isaías al rey Acaz: “Mirad: la virgen está encinta y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre Enmanuel, Dios con nosotros.” ¡Va a entrar el Señor!

Y san José, al aceptar la voluntad de Dios en su vida, haciendo cuanto le fue revelado por el ángel del Señor, entroncará al Hijo de María con la casa de David, dando así cumplimiento a la Escritura que anunciaba que el Mesías nacería de la estirpe de David (2ª lectura). ¡Va a entrar el Señor!

Oratio ¿Qué me hace decirle a Dios este salmo, la liturgia de este domingo? Te damos gracias, Señor, porque te hiciste de María. Haz que te sepamos acoger con fe y amor. ¡Ven, Señor Jesús! Amén.

Contemplatio Miro y me dejo mirar… En esto los Padres de la Iglesia son maestros… “La Palabra que existía en el principio, Dios junto a Dios, ¿tiene día de nacimiento? –Sí, lo tiene. Si Él no hubiera tenido generación humana, no llegaríamos nosotros a la regeneración divina: nació para que renaciéramos. Nadie dude de que puede renacer: Cristo ha nacido. […] Hágase presente en nuestros corazones su misericordia. Su madre lo llevó en el seno; llevémosle nosotros en nuestro corazón; la Virgen quedó grávida por la encarnación de Cristo; queden grávidos nuestros pechos por la fe en Cristo; ella alumbró al Salvador; alumbremos nosotros alabanzas. No seamos estériles, sean nuestras almas fecundas para Dios.” (San Agustín, Sermón 189, 3)

Acoge a María y a José en tu casa, entonces vendrá Jesús… Actio ¿Qué me hace vivir el Señor a partir de esta Palabra? Es el momento de la “obediencia de la Fe”… Acoge a María y a José en tu casa, entonces vendrá Jesús…