MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO PARA LA JORNADA MUNDIAL DE LAS MISIONES

Este año la Jornada mundial de las misiones è es una ocasión importante para reforzar nuestra amistad con el Señor y nuestro camino como Iglesia que anuncia con valor el Evangelio

En esta prospectiva quisiera proponer algunas reflexiones:

La fe es un don precioso de Dios, quien abre nuestra mente para que la podamos conocer y amar.

Dios quiere entrar en relación con nosotros para participarnos su misma Vida y hacer la nuestra más llena de significado más bella, porque Dios nos ama

La fe pide ser escuchada, pide nuestra respuesta persdonal, la valentía para confiar en Dios y vivir de su amor, que es gratis por su misericordia.

Es un don que nos viene ofrecido por su generosidad. Todos deberíamos experimentar la alegría de sentirnos amados por Dios

Es un don que no se puede conserar para uno mismo sino que debe ser compartido.

El anuncio del Evangelio hace parte del discípulo de Cristo y es un compromiso que constantemente anima toda la vida de la Iglesia.

(Benedetto XVI, Esort. ap. Verbum Domini, 95). «l ardor misionero es un signo claro de la madurez de una comunidad eclesial» (Benedetto XVI, Esort. ap. Verbum Domini, 95).

Toda Comunidad es «adulta” cuando profesa la fe, la celebra con alegría en la liturgia, vive la caridad y anuncia constantemente la Palabra de Dios, saliendo del propio recisnto para llevarla a las «periferias»”, sobre todo a quien todavía no ha tenido la oportunidad de conocer a Cristo.

La solidez de nuestra fe se mide también, por la capacidad de comunicarla a los otros, de difundirla, de vivirla en la caridad, de testimoniarla a quienes nos encontramos en el camino de la vida.

El año de la fe es un estímulo para que toda la Iglesia adquiera una conciencia renovada de su misión entre los pueblos y las naciones.

La misionaridad no es una cuestión de terreno geográfico sino de pueblos, de culturas y de personas individuales, porque los «confines» de la fe atraviesan el corazón de cada hombre y de cada mujer..

Toda Comunidad está llamada a invitar y hacer propio el mandato de Jesús a los apóstoles de ser sus testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría hasta los confines del mundo» (At 1,8): todos estamos invitados … Havciéndonos anunciadores del evangelio de Cristo.

[…] el propio compromiso apostólico no es completo sino llega a «ser testimonio de Cristo en todas las naciones”, y en todos los pueblos

La misionariedad es una dimensión paradigmática que se refiere a todos los aspectos de la Vida cristiana.

A menudo la obra de la evangelización encuentra obstáculos no solo al exterior sino al interior de la misma Iglesia.

A veces es débil el fervor, la alegría, la valentía, la esperanza para anunciar a todos el mensaje de Cristo y para ayudar a los hombres de nuestro tiempo para que lo encuentren.

Debemos tener siempre la alegría y la valentía de proponer con respeto el encuentro con Cristo, haciéndonos portadores de su evangelio

Es urgente hacer resplandecer en nuestro tiempo la Vida del Evangelio con el anuncio y el testimonio.

no se puede anunciar a Cristo sin la Iglesia Es importante recordar un principio fundamental para todo evangelizador: no se puede anunciar a Cristo sin la Iglesia

realiza un acto de Iglesia». (Paulo VI) «Cuando el más desconocido predicador, misionero, catequista, o Pastor, anuncia El evangelio, reúne la Comunidad, transmite la fe, administra un sacramento, aunque esté solo, realiza un acto de Iglesia». (Paulo VI)

Ésto da fuerza a la misión Y le hace sentir a cada misonero evangelizador que es parte de un único Cuerpo animado por el Espíritu Santo.

En nuestra época, la movilidad y la facilidad de la comunicacióne a través de los nuevos medios ha mezcladol todos los pueblos, los conocimientos, las experiencias.

A veces resulta difícil hasta para la Comunidad parroquial conocer de un modo seguro y profundo quien está de paso y quien vive en forma permanente en su territorio. Además, en áreas siempre más amplias de las regiones tradicionalmente cristianas crece el número de aquellos que son extranos a la fe, indiferentes a la dimensión religiosa o animados por otras creencias..

No rara vez algunos bautizados hacen opciones de vida que los apartan de la fe haciéndose necesitados de una”nueva evangelización».

Vivimos un momento de crisis que toca varios sec tores de la existencia, también el sentido profundo de la vida y de los valores fundamentales que la animan.

Es urgente llevar con valentía a toda realidad el evangelio de Cristo, que es anuncio de esperanza, de reconciliación, de comunión, anuncio de la cercanía de Dios, de su misericordia, de su salvación, anuncio que el poder de Dios es capaz de vencer las tinieblas del mal y guiar en el camino del bien.

Provoquemos este mundo, con el testimonio, con el amor la esperanza que nos da la fe! La misionariedad de la Iglesia es testimonio de vida que ilumina el camino, che conduce a la esperanza y al amor

La Iglesia no es una organización asistencial, una empresa, una ONG, sino una Comunidad de personas, animadas por la acción del Espíritu Santo, que han vivido y viven el asombro del «encuentro con Jesús»y desean participar esta experiencia de profunda alegría.

Estoy agradecido con los misioneros y misioneras, a los religiosos y religiosas, a los laicos y laicas que, acogiendo la llamada del Señordejan la propia patria para llevar el evangelio En tierras y culturas diversas..

Vivir respondiendo al mandato de Jesús «id y haced discípulos a todos los pueblos» (Mt 28, 19) es una riqueza para cada Iglesia Particular, para cada Comunidad, y «dar misioneros y misioneras no es una pérrdida sino una ganancia»

Hago un llamado a quienes sienten la llamada a responder generosamente a la voz del Espíritu Según el propio estado de vida y a no tener miedo de ser generosos con el Señor

Invito también a los Obispos, las familias religiosaslas Comunidades y a todas las asociaciones cristianas a sostener, con atento discernimiento la llamada misionera «Ad gentes» para ayudar a las Iglesias que tienen necesidad de sacerdotes, de religiosos y religiosas , de laicos para reforzar la Comunidad cristiana.

Es importante que las iglesias más ricas en vocaciones ayuden con generosidad aquellas que sufren por la escasez

También exhorto a los misoneros y misioneras a vivir su preciosos servicio en las a las Iglesias a las cuales son invitados con la alegría y la esperanza de las Iglesias de las cuales provienen..

Un pensamiento también para los cristianos que encuentran dificultad para profesar su fe como un derecho reconocido para vivirla dignamente. Son nuestros hermanos y hermanas, testimonios valientes- todavía más numerosos que los mártires del primer siglo– que soportan con perseverancia apostólica las distintas formas actuales de persecusión..

Deseo asegurarles que estoy cercacno con la oración a las persdonas, a las familias y a las comunidades que sufren violencia e intolerancia, a ellos les repito las consoladoras palabras de Jesús: «Valor, Yo he vencido al mundo», (Gv 16,33).

Pueda este año de la fe hacer más sólida la relación con Cristo Signore, porque solo en Él está la certezaa del futuro,la garantia de un amor auténtico e duradero.

Bendigo de corazón a los misoneros y misioneras y a todos aquellos que acompañan y sostienen este compromiso fundamental de la Iglesia a fin que el anuncio del evangelio pueda resonar en todos los ángulos de la tierra y nosotros ministros de la Iglesia, experimentaremos “la dulce y confortante alegría De evangelizar» (Paolo VI, Esort. ap. Evangelii nuntiandi, 80).

Ambito de las misiones ad/inter gentes