El Evangelio es una Herencia, que se comparte distribuyéndola entre los demás, poniendo en práctica el mandamiento del amor. Lucas 12, 13-21 XVIII Tiempo Ordinario –C- 5 de Agosto de 2007

Uno de entre la gente le dijo: –Maestro, di a mi hermano que reparta conmigo la herencia. Jesús le dijo: –Amigo, ¿quién me ha hecho juez o árbitro entre vosotros? Jesús se niega a decidir, no es su terreno, pero aprovecha la ocasión para referirse a la actitud que sus seguidores y seguidoras deben mantener frente a las posesiones materiales, para que no corramos tras lo perecedero descuidando lo principal.

Y añadió: –Tened mucho cuidado con toda clase de avaricia; que aunque se nade en la abundancia, la vida no depende de las riquezas. Jesús rechaza el deseo de acaparar, usurpar, acumular posesiones y privilegios... actitud que esclaviza, aleja del amor generoso y gratuito del Padre y rompe la solidaridad entre los hermanos.

Les dijo una parábola: – Había un hombre rico, cuyos campos dieron una gran cosecha. Entonces empezó a pensar: “¿Qué puedo hacer? Porque no tengo donde almacenar mi cosecha”. Y se dijo: “Ya sé lo que voy a hacer; derribaré mis graneros, construiré otros más grandes, almacenaré en ellos todas mis cosechas y mis bienes, y me diré: Ahora ya tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe y pásalo bien”. En el diálogo consigo mismo desvela sus prioridades e intenciones. Piensa en un porvenir egoísta, en tener sólo para sí mismo sin pensar en los demás. No hubiera desentonado en nuestra sociedad consumista, donde una de las mayores idolatrías, también entre los cristianos, es el dinero. ¿Qué es lo que realmente enriquece a una persona?

Pero Dios le dijo: “¡Insensato. Esta misma noche vas a morir Pero Dios le dijo: “¡Insensato! Esta misma noche vas a morir. ¿Para quién va a ser todo lo que has acaparado?”. Así le sucede a quien atesora para sí, en lugar de hacerse rico ante Dios. El dinero y todos los bienes materiales tienen valor si valen para la vida definitiva. Lo que no vale para la vida definitiva o no tiene valor o es un peligro. Con lo que consumimos y tiramos, además de embotar nuestro espíritu aumentamos la miseria del resto del mundo y destruimos el planeta. ¿Quiénes son ricos ante Dios?

El pan que no usas es el pan del hambriento. Alrededor de 985 millones de personas viven en situación de extrema pobreza en el mundo, según los indicadores del Desarrollo Mundial del Banco Mundial.(29-7-07) El pan que no usas es el pan del hambriento. El vestido colgado en tu armario es el vestido del que está desnudo. Los zapatos que no te pones son los zapatos de quien está descalzo. El dinero que tienes guardado es el dinero de los pobres. El bien que dejas de hacer son injusticias que cometes. (San Basilio)

Envía tu Luz Envía tu luz a esta tierra injusta para que se reparta el pan al pobre. Abre nuestros ojos para ver la verdad. Abre nuestros oídos para oír el dolor. Haz que seamos personas de Paz, que llevemos la paz con nosotros. Aparta de nosotros el ansia de consumir y ayúdanos a saber compartir. Que demos la mano a quien lo necesite. Amén Juanjo Elezkano