Dr. Juan Carlos Montoya Fernández Sistema Cerebeloso Dr. Juan Carlos Montoya Fernández
Introduccion El cerebelo resulta especialmente vital para el control de actividades musculares rápidas, como correr, escribir a máquina, tocar el piano, incluso hablar. La pérdida de esta zona del encéfalo puede destruir cada una de estas actividades, aunque sin provocar parálisis de los músculos. ¿Cómo es que el cerebelo puede tener tanta importancia si no tiene el control directo sobre la contracción muscular? Vigila y establece ajustes correctores de las actividades motoras iniciadas por otras partes del encéfalo. Recibe continuamente información actual de las partes periféricas del cuerpo, para determinar el estado instantáneo de cada uno de sus áreas, su posición, su ritmo de movimiento, las fuerzas que actúan sobre él, etc. El cerebelo compara el estado físico actual de cada parte del cuerpo según indica la información sensorial, con el estado que intenta producir el sistema motor. Si los dos no se comparan favorablemente, de manera instantánea se trasmiten señales auto-correctoras hacia el sistema motor, para aumentar o disminuir la actividad de músculos específicos.
Descripcion El cerebelo está colocado en la parte posterior del cuarto ventrículo. Es una masa nerviosa voluminosa que pesa 140 g y se encuentra en la parte posterior e inferior de la base del cráneo. Ocupa las fosas occipitales inferiores y, por arriba, está cubierto por una lámina fibrosa, dependiente de la duramadre, llamada tienda del cerebelo, que lo separa de los lóbulos occipitales del cerebro Por delante, se halla conectado al tronco del encéfalo mediante tres pares de cordones blancos, los pedúnculos cerebelosos superiores, medios e inferiores que, alejándose del hilio del cerebelo, llegan respectivamente al mesencéfalo, a la protuberancia y al bulbo. Tiene forma de elipsoide aplanado en sentido vertical, con un diámetro transversal de unos 9 cm., anteroposterior de unos 6 cm., y vertical de unos 5 cm.
Está formado esencialmente por tres partes: una central, llamada lóbulo medio, y dos laterales, que constituyen los lóbulos laterales o hemisferios cerebelosos En la superficie inferior del cerebelo, el vermis cerebeloso presenta anteriormente una eminencia redondeada, llamada úvula. Para poder observar por completo la superficie inferior del vermis cerebeloso, hay que separar los dos lóbulos de los hemisferios cerebelosos, llamados amígdalas que, al estar adosados al vermis, lo esconden en parte. Por delante de las amígdalas se encuentran dos lobulillos llamados flóculos. La superficie externa del cerebelo no es lisa, sino que está interrumpida por numerosos surcos que dividen a cada lóbulo en muchos lobulillos (lóbulo de la amígdala, del flóculo, lóbulo cuadrado, etc
El cerebelo se comunica con el cerebro a través de unos cordones de fibras llamadas pedúnculos superiores, con la protuberancia anular por los pedúnculos medios y con el bulbo raquídeo por los pedúnculos inferiores. La sustancia gris contiene células en las cuales se originan fibras que van a formar sinapsis con los que provienen de otras partes del encéfalo y que penetran al cerebelo. La unidad fundamental del cerebelo son las células de Purkinje Los impulsos de los centros motores del cerebro, de los conductos semicirculares del oído interno y de los músculos estriados llegan al cerebelo por los pedúnculos. Los impulsos motores del cerebelo son transmitidos hacia los centros motores del cerebro y de la medula con destino a los músculos.
El cerebelo se divide en tres lóbulos 1) Lóbulo floculonodular 2) Lóbulo anterior 3) Lóbulo posterior. El lóbulo posterior está muy crecido en el hombre, formando salientes bilaterales llamadas hemisferios cerebelosos, que también se conocen como neocerebelo porque representan una zona filogenéticamente nueva del cerebelo. La porción más antigua del cerebelo es el lóbulo floculonodular, que se desarrolló en relación con el aparato del equilibrio y los núcleos vestibulares. La zona media, de dos a tres centímetros de ancho, tanto en el lóbulo anterior como en el posterior, llamada vermis. En ésta terminan la mayor parte de las señales nerviosas que provienen de las áreas somáticas del cuerpo. El vermis tiene un papel en la integración de los mecanismos posturales subconscientes. En los hemisferios cerebelosos terminan la mayor parte de las señales que llegan de los niveles más altos del cerebro, en especial de las áreas motoras de la corteza cerebral.
Función del Cerebelo El cerebelo desempeña un papel regulador en la coordinación de la actividad muscular, el mantenimiento del tono muscular y la conservación del equilibrio. El cerebelo precisa estar informado constantemente de lo que se debe hacer para coordinar la actividad muscular de manera satisfactoria. A tal fin recibe información procedente de las diferentes partes del organismo. Por un lado, la corteza cerebral le envía una serie de fibras que posibilitan la cooperación entre ambas estructuras. Por otro lado, recibe información procedente de los músculos y articulaciones, que le señalan de modo continuo su posición. Finalmente, recibe impulsos procedentes del oído interno que le mantienen informado acerca de la posición y movimientos de la cabeza.
El cerebelo solo actúa asociándose a otras partes motoras del SNC El cerebelo solo actúa asociándose a otras partes motoras del SNC. Esta actividad puede provenir de la medula espinal, formación reticular, ganglios básales o zonas motoras de la corteza cerebral. En otras palabras el cerebelo compara las “intenciones” de la corteza con las “actuaciones” de las partes corporales, en caso de que estas no coincidan; calcula el “error” entre ambas para poder llevar a cabo la corrección apropiada de inmediato. El cerebelo aprecia automáticamente la velocidad de movimiento y calcula el tiempo que se necesita para alcanzar el punto deseado. Ejemplo: Si la corteza transmite una señal para mover la mano hacia un punto particular, pero la mano empieza a moverse demasiado deprisa, ira la mano mas allá del punto deseado, el cerebelo puede desencadenar impulsos frenadores que enlentecen el movimiento de la mano y la detendrán en el punto preciso.
Función de amortiguación El cerebelo amortigua los movimientos musculares. TODOS LOS MOVIMIENTOS DEL CUERPO SON PENDULARES. Todos los movimientos pendulares debido a la inercia tienen tendencia a pasarse del proyecto inicial. Si una persona esta enferma del cerebelo, los centros conscientes del cerebro acaban por darse cuenta de ello e inician un movimiento en dirección opuesta; pero otra vez el brazo debido a la inercia, pasara de la posición correcta y deberá volver a emitir señales que tienden a corregir el error. Así pues el brazo oscila alrededor del punto adecuado durante varios ciclos antes de alcanzarlo. Este proceso se llama temblor de acción. El mecanismo de amortiguamiento cerebeloso a veces sostiene el sistema de amortiguamiento reflejo de la tracción y a veces lo inhibe, lo cual demuestra que el sistema cerebeloso tiene una gran amplitud de control que le permite adaptarse a actividades motoras más complejas que el reflejo de tracción.
Función de predicción del cerebelo Otra función del sistema cerebeloso es que ayuda al SNC a predecir las posiciones futuras de todas las partes móviles del cuerpo. Deduce las señales propioceptivas aferentes, la rapidez con la que se mueve el miembro y puede predecir la evolución probable del movimiento del tiempo. Esto permite al cerebelo actuando a través de la corteza cerebral, inhibir los músculos protagonistas y activar los antagonistas cuando el movimiento se acerca al punto deseado. Una de las características de la función motora normal es la capacidad de pasar de un movimiento a otro en una sucesión ordenada. Cuando se altera la función del cerebelo y se pierde la capacidad subconsciente de saber por adelantado cuan rápidamente las diferentes partes del cuerpo se van a mover, también se vuelve imposible controlar el inicio del movimiento siguiente. El resultado es que los movimientos sucesivos pueden empezar demasiado pronto o demasiado tarde. Por lo tanto se vuelven totalmente incordinandos, movimientos como los que se precisan para escribir, correr, y hablar no pudiendo sucederse en orden.
Funciones extra motoras predictoras del cerebelo El cerebelo puede predecir la intensidad de progresión de fenómenos tanto auditivos así como visuales. Es muy posible que el cerebelo proporciones un tiempo basal. Se ha afirmado que el cerebelo tiene particularmente importancia para interpretar relaciones espaciotemporales en la información sensorial. Función del cerebelo en los movimientos involuntarios Se logra el mismo tipo de control de error para los movimientos involuntarios que para los voluntarios.
Función del cerebelo en el control de los movimientos reflejos espinales El cerebelo a través de un sistema de retroalimentación cerebeloreticular aumenta considerablemente la potencia del reflejo miótico espinal. Función de equilibrio Los conductos semicirculares permiten al SNC prever que los movimientos rotatorios del cuerpo van a destruir el equilibrio, y esta función de predicción provoca contracciones de los músculos correspondientes para corregir la perturbación incluso antes de que ocurra.
Tronco del encéfalo El tronco del encéfalo está dividido anatómicamente en: mesencéfalo o cerebro medio, la protuberancia y el bulbo raquídeo El mesencéfalo se compone de tres partes: La primera consiste en los pedúnculos cerebrales, sistemas de fibras que conducen los impulsos hacia, y desde, la corteza cerebral. La segunda la forman los tubérculos cuadrigéminos, cuatro cuerpos a los que llega información visual y auditiva. La tercera parte es el canal central, denominado acueducto de Silvio, alrededor del cual se localiza la sustancia gris. La sustancia negra también aparece en el mesencéfalo, aunque no es exclusiva de éste. Contiene células que secretan dopamina. Los núcleos de los pares de nervios craneales tercero y cuarto (III y IV) también se sitúan en el mesencéfalo
Protuberancia o puente Situada entre el bulbo raquídeo y el mesencéfalo, está localizada enfrente del cerebelo. Consiste en fibras nerviosas blancas transversales y longitudinales entrelazadas, que forman una red compleja unida al cerebelo por los pedúnculos cerebelosos medios. Este sistema intrincado de fibras conecta el bulbo raquídeo con los hemisferios cerebrales. En la protuberancia se localizan los núcleos para el quinto, sexto, séptimo y octavo (V, VI, VII y VIII) pares de nervios craneales.
Bulbo raquídeo o médula oblongada Situado entre la médula espinal y la protuberancia, el bulbo raquídeo (mielencéfalo) constituye en realidad una extensión, en forma de pirámide, de la médula espinal. El origen de la formación reticular, importante red de células nerviosas, es parte primordial de esta estructura. El núcleo del noveno, décimo, undécimo y duodécimo (IX, X, XI y XII) pares de nervios craneales se encuentra también en el bulbo raquídeo. Los impulsos entre la médula espinal y el cerebro se conducen a través del bulbo raquídeo por vías principales de fibras nerviosas tanto ascendentes como descendentes También se localizan los centros de control de las funciones cardiacas, vasoconstrictoras y respiratorias, así como otras actividades reflejas, incluido el vómito. Las lesiones de estas estructuras ocasionan la muerte inmediata.
Sistema límbico Formado por partes del tálamo, hipotálamo, hipocampo, amígdala, cuerpo calloso, septum y mesencéfalo, constituye una unidad funcional del encéfalo. El sistema límbico mantiene estrechas interacciones bioquímicas y nerviosas con la corteza cerebral, considerándosele como el elemento encefálico encargado de la memoria, las emociones, la atención y el aprendizaje La amígdala está vinculada al comportamiento agresivo, el hipocampo a la memoria, y el septum pelucidum al placer. El giro cingulado y la comisura anterior cumplen una función de comunicación entre las distintas partes. Los cuerpos mamilares también cumplen una función de comunicación e intervienen de forma decisiva en los mecanismos de la memoria.
Pares craneales Hay doce pares de nervios craneales, simétricos entre sí, que salen de la base del encéfalo. Se distribuyen a lo largo de las diferentes estructuras de la cabeza y cuello y se numeran, de adelante hacia atrás, en el mismo orden en el que se originan. Las fibras motoras controlan movimientos musculares y las sensitivas recogen información del exterior o del interior del organismo. Los nervios cervicales, en número de 8 pares, proceden todos ellos de la médula espinal. Todos ellos posee cuatro tipos de fibras: motoras somáticas, efectivas viscerales, sensitivas somáticas y sensitivas viscerales.