EL PODER DE LA PALABRA, Deut. 1:27-34 La palabra articulada es uno de los más grandes privilegios humanos. La palabra hablada o escrita es la expresión más perfecta de nuestro pensamiento, nos revela al mundo exterior y es el vínculo más potente y eficaz de nuestras relaciones recíprocas. Ella tiene la capacidad de proyectar valoraciones morales independientes de su valor gramatical; una misma palabra según su intención puede expresar estados de espíritu completamente opuestos.

Un hecho significativo de lo que representa la palabra lo encontramos en Génesis 11 :6,7. Vemos pues lo importante que es la palabra en la comunicación, y así lo tuvo en cuenta el Señor que utilizo este medio para hacerlos desistir. Debemos observar que la palabra pues es una forma de comunicación, las palabras forman frases, y las frases ideas, ideas de nuestra mente, o corazón, Jesús nos hizo saber que nuestra boca habla de _a abundancia que hay en nuestro corazón (Mat.12:34).

Santiago nos presenta la palabra como un poder (Stg. 3:5). Las guerras empiezan y terminan con las palabras. Y aun el juicio final será en consecuencia a nuestras palabras (Mat. 12:37). Pablo ordenó a Timoteo a que utilizara bien la palabra de verdad (2ª Tim 2:15). También es importante la forma en la que decimos las cosas, Hechos 9:28,29, aquí debemos fijamos como debemos hablar, con denuedo, el denuedo denota libertad de habla y pronunciamiento sin reservas, lo que nos lleva a la idea de la confianza de lo que decimos, debemos estar convencidos en lo que hablamos, para que hablemos con denuedo.

Pero tenemos que tener cuidado como nos dice Romanos 16: 18, que no nos engañen con suaves palabras, sino que debemos estar preparados para resistir cualquier clase de mal, sea en la forma que sea. Esto nos lleva a un tema que todos conocemos muy bien, la lengua, ese minúsculo miembro de nuestro cuerpo. En Santiago 3:2 nos habla de la capacidad de refrenar nuestra lengua, haciéndonos perfectos. En el v. 3 y 4 vemos dos ejemplos sobre como por algo tan pequeño se puede controlar todo. En el v. 9 nos dice como con ella podemos hacer cosas contradictorias, y en el v. 11 y 12 nos aclara y se nos insiste en que esto no puede ser. Todo esto nos debe hacer pensar que uso queremos dar a nuestras palabras, y obviamente nosotros queremos dar1e un buen uso.

Para hablar bien se deben tener en cuenta al menos los siguientes puntos: Escuchar (Prov. 18:13) El que responde palabra antes de oír, le es fatuidad y oprobio. Prestar atención a la Palabra de Dios (Prov.4:20) Hijo mío, esta atento a mis palabras; Inclina tu oído a mis razones. Ser prudentes (Prov. 10:19). En las muchas palabras no falta pecado (error); mas el que refrena sus labios es prudente. Hablar con simpatía (Prov. 15:23) El hombre se alegra con la respuesta de su boca; y la palabra a su tiempo, ¡cuán buena es! Con gracia, para saber que tenemos que responder, Colosenses 4:6.

CONCLUSIÓN Jn.8:1-11 Jesús escribe en la tierra...reflexiona...da una nueva oportunidad... Se cuenta que en una colina veneciana había un sabio, al que dos jóvenes quisieron desafiar. Fueron a su encuentro llevando un pajarillo en la mano, y le preguntaron al sabio si el pájaro estaba vivo o muerto. Él sin dudarlo les respondió que estaba como ellos quisieran. Si decía muerto, abriría la mano y el pájaro saldría volando, si decía vivo, él apretaba un poco la mano y estaría muerto. Él le dijo que el poder de la vida y la muerte estaba en su poder...

CONCLUSIÓN Una palabra de amor puede curar y ser de bendición Prov. 15: 1. Una palabra descuidada puede producir rivalidades. v.1 Una palabra cruel puede destruir una vida. v.1 Una palabra amarga puede crear odio. v.1 Una palabra brutal puede contaminar y matar. v. 1 Una palabra con gracia puede lubricar el camino. v.1 Una palabra de júbilo puede alumbrar un día. v.1 Una palabra a tiempo puede aliviar tensiones. v.1 Una palabra de amor puede curar y ser de bendición Una vez vistas todas estas cosas, el cristiano debe tener presente una cosa todos los días de sus días, una cosa que dijo nuestro ejemplo, quien marco el camino, Mateo 12:37.