El pueblo de Israel en la tierra prometida
Cuando los israelitas estaban a punto de llegar a Canaán murió Moisés. Le sucedió Josué al frente del pueblo.
Los israelitas cruzaron el río Jordán y conquistaron la ciudad de Jericó, tomando así posesión de la tierra prometida por Dios.
Allí se organizaron en tribus Allí se organizaron en tribus. También tenían jefes, llamados JUECES, que dirigían la defensa de las tribus ante los ataques de otros pueblos.
La organización de los israelitas Los israelitas se organizaban en tribus. Una tribu era un conjunto de clanes familiares. En Israel había doce tribus, descendientes de los doce hijos de Jacob.
Entre estas tribus se repartían el territorio de Canaán Entre estas tribus se repartían el territorio de Canaán. Vivían de la agricultura y la ganadería, generalmente en aldeas pequeñas situadas en zonas montañosas. Apenas existía el comercio entre ellas.
Eran un pueblo muy guerrero. Los filisteos Eran un pueblo muy guerrero. La mayoría había llegado por mar desde otras tierras y se había instalado en una zona situada al sur de Canaán. Debido a su armamento de hierro y a su superioridad militar eran muy poderosos y permanentemente estaban en guerra con los israelitas.
Los jueces Los ancianos de las tribus se reunían frecuentemente en asamblea para tomar decisiones de interés para todos, como la defensa del territorio.
En circunstancias difíciles surgían jefes espontáneos que unían y dirigían a las tribus. Se llamaban jueces, y tenían autoridad para decidir en cuestiones políticas y militares. Gracias a ellos, los israelitas consiguieron defenderse de los filisteos, asegurar su estancia en la tierra prometida e, incluso, conquistar nuevas ciudades.
La Biblia los considera elegidos por Dios y relata diversas hazañas realizadas por algunos jueces, entre los que destacan Débora, Gedeón, Sansón y Samuel. Samuel Débora Gedeón
El pueblo quiere un rey Las dificultades de Israel para defender sus territorios eran cada vez mayores. Cuando los filisteos se apoderaron del arca de la alianza, los israelitas se convencieron de que necesitaban un sistema más seguro que el de las tribus y decidieron tener su propio rey, igual que lo tenían otros pueblos.