Dios es amor.
Es el título de primera encíclica del Papa Benedicto XVI, en su noveno mes de pontificado y fue publicada el 25 de diciembre. En ella, el Papa, toca el tema central del cristianismo: “El amor”
Tema que es tan venido a menos en nuestra sociedad actual y trata de recuperar su verdadero significado, mostrando que nuestra fe no reprime el amor sino que lo eleva. Dios es amor y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él. Jn. 4, 16.
Tiene dos partes: La primera reflexiona sobre el amor en sus diferentes manifestaciones y en su origen, Dios; la segunda afronta la manera en que la iglesia, como Institución, debe vivir el mandamiento del amor.
“La unidad del amor en la creación y en la Historia de la Salvación” PRIMERA PARTE. “La unidad del amor en la creación y en la Historia de la Salvación” El Papa nos recuerda qué es amor. Dios se revela como amor y presenta a la persona humana como creada por el amor. (para amar).
El amor hace que el ser humano salga de sí mismo (egoísmo) para entregarse como don al amado, hasta llegare a descubrir a Dios.
El Papa, distingue tres términos relativos al amor: “eros” = amor atracción, corporeidad. “Philia” = Amor de amistad. “Ágape” = Amor de entrega, don de sí. Los tres son complementarios y esenciales al amor humano.
Al afirmar que el amor entre el hombre y la mujer es reflejo del amor de Dios, aclara que la iglesia no condena el “eros” para aceptar únicamente el “ágape”.
Los dos son buenos e indispensables en la relación hombre - mujer Los dos son buenos e indispensables en la relación hombre - mujer. Cuando el “eros” es degradado a puro sexo, independientemente del ágape, entonces sí se le convierte en objeto de compra y venta y el mismo hombre se transforma en mercancía. Esta degradación del cuerpo humano hace que la persona sea relegada a lo puramente biológico.
La fe cristiana ha considerado siempre al hombre como uno en cuerpo y alma, en la cual espíritu y materia se fusionan recíprocamente, adquiriendo una nueva nobleza.
El “eros” orienta al hombre hacia el matrimonio y quiere remontarnos hacia lo divino, llevarnos más allá de nosotros mismo, para ello es necesario seguir un camino de ascesis, renuncia, purificación y recuperación.
El amor inicialmente es, sobre todo deseo El amor inicialmente es, sobre todo deseo. Después es entrega para buscar la felicidad del otro. Eso hizo Cristo, por eso la expresión suprema del amor la tenemos en su muerte en al cruz, todo por buscar nuestro bien y felicidad.
SEGUNDA PARTE “El ejercicio del amor por parte de la iglesia como una Comunidad de amor”
Trata del ejercicio concreto del mandamiento del amor al prójimo, enraizado en el amor de Dios. El amor no puede quedarse en algo meramente individual, es la comunidad quien alimenta, sostiene y vitaliza el amor.
El amor siempre será necesario, incluso en las sociedades más justas El amor siempre será necesario, incluso en las sociedades más justas. La caridad donde ve falta de amor actúa; pues siempre habrá gente que sufre, que vive en soledad o que tenga necesidad material y hay que darle consuelo y ayuda para mostrar el amor concreto al prójimo.
El estado debe buscar la JUSTICIA. La iglesia debe practicar la caridad. La comunidad cristiana manifiesta su amor, anunciando la palabra de Dios, celebrando los sacramentos, poniendo personas, bienes y tiempo a servicio de los demás.
La caridad cristina tiene tres características que la diferencias de la beneficencia: La caridad es el fruto de la experiencia de un encuentro personal con Cristo.
2. Los servicios de la caridad deben ser independientes de partidos y de ideologías. 3. No deben ser medido en función de aquello que hoy es indicado como proselitismo: pues el amor es gratuito, no es ejercitado para alcanzar fines.
Dios es amor.