HERMANO JUAN CEBRIAN.
Cautivado por el amor de Jesús y de María a él y a los demás, consagra su vida a educar cristianamente a los niños y jóvenes, especialmente a los más desatendidos.
Discípulo de Marcelino, estudió su vida con piedad filial, para comprender mejor sus intenciones y empaparse de su espíritu. Escribió, en forma de novela, la vida del Fundador con el título de Don Marcelino.
Obrero en la “Viña del Señor”, jornalero de primera hora, le faltaban horas al día y se las robaba al descanso: “Ya descansaré en la eternidad”, me decía. ¡Sólo Dios sabe lo que este Hermano valía en la construcción del Reino!
Profesor, Director, Provincial, Superior. Su responsabilidad en la educación, su entrega y dedicación sin límites le trajeron dolores y alegrías. S presencia en los patios del Colegio era incentivo de trabajo para todos los que lo veían.
Hijo de la casa, impregnó toda su vida de acendrado espíritu de familia, amando a su hermanos y acogiendo a las visitas.
Pobre, casto y obediente. Tocopilla fue “la niña de sus ojos”. Sus 15 últimos años están sembrados por las calles de este puerto, por sus casas, por los bailes religiosos. Cosafa, la Cruz Roja, el Centro Champagnat, las quebradas, las caletas y La Tirana, algún día han de hablar. “El Hermanito Juan es nuestro"
Ciudadano Ilustre fue declarado el año 2004 de esta ciudad nortina en la que se entregó de cuerpo y alma a la construcción del Reino, atendiendo es especial a los más necesitados. Así se lo pidió la obediencia.
Ciudadano ilustre, ilustre miembro de la Cruz Roja, ilustre Hermano Marista, ilustre Apóstol de los pobres como su hermano Valero, ilustre Apóstol de los Bailes Religiosos
VIRGEN DEL RINCÓN DE DIOS Y CHINITA DEL TAMARUGAL, DAMOS GRACIAS A TU HIJO JESÚS POR EL REGALO QUE NOS HIZO CON EL HERMANO JUAN. TÚ CONOCES DE SU AMOR, DE SU ENTREGA, DE SU FIDELIDAD. AHORA QUE TIENES JUNTO A TI A QUIEN SIEMPRE TE TUVO JUNTO A ÉL, BENDÍCENOS A TRAVÉS DE SUS MANOS Y DE SU GENEROSO CORAZÓN.