Riada de Valencia 14-Octubre-1957

El Guadalaviar nace en la Sierra de Albarracín, en los Montes Universales, al pie de la Muela de San Juan, entre las poblaciones aragonesas de Griegos y Guadalaviar, a unos 1600 metros de altitud. Según los arabistas, la traducción de Guadalaviar equivaldría a ‘río blanco´ y se le habría dado este nombre en su curso alto por “lo fragoso del terreno que determina blancor de espumas”: Desde Chulilla vuelve a denominarse Turia, nombre que conserva hasta su desembocadura en el Mediterráneo por la ciudad de Valencia. Desciende 1.600 metros en los 280 kilómetros aproximados de su recorrido.

Su curso alto es torrencial, por lo que baja veloz por gargantas y rápidos. Sirve de límite entre las provincias de Teruel y Valencia y penetra en terrenos de Cuenca, volviendo a entrar en tierras valencianas; se interna en el estrecho desfiladero de Chulilla, A partir de Benaguacil, corre por una fertilísima llanura dando sus aguas a los numerosos canales y acequias que riegan los términos municipales de 54 pueblos. Su caudal irregular en exceso, se caracteriza por grandes crecidas, desbordamientos, inundaciones, riadas y también frecuentes estiajes, todo ello producido tanto por la excesiva abundancia de precipitaciones, como por su ausencia o disminución.

El Turia a su paso por Ribarroja

14 de octubre de 1957. La primera riada.

14 de octubre de 1957. La primera riada 14 de octubre de 1957. La primera riada. El sábado 12 de octubre de 1957 estuvo lloviendo intensamente sobre la ciudad. Al día siguiente amaneció desapacible, aunque llovió poco y sin intensidad. Aún así, aquel día el periódico Las Provincias ya anunciaba “El cauce del Turia venía crecido, aunque no de modo alarmante”. En algunos pueblos del interior de la provincia estaba lloviendo desde hacía treinta horas: Lliria, Segorbe, Chelva, Requena y Buñol habían recibido precipitaciones de 500 litros en los últimos dos días. Los ríos Palancia y Mijares en Castellón más el barranco del Carraixet y los ríos Magro y Turia en Valencia estaban creciendo de manera alarmante…

…A las nueve y media de la noche del domingo 13 se recibieron las primeras llamadas de alarma en Gobierno Civil, anunciando desde Pedralba y Vilamarxant la crecida del río. A las once de la noche se decidió dar la voz de alarma a la Guardia Civil, Policía, vigilantes y serenos de Valencia para que estuvieran en situación de alerta.

A las cuatro de la madrugada el Turia había llegado a su caudal máximo de 2700 metros cúbicos por segundo. Valencia había quedado incomunicada: La reacción comenzó a la mañana siguiente; en la ciudad había un enorme asombro. Faltaba luz eléctrica y el suministro de agua potable se había interrumpido. Las carreteras de Madrid, Barcelona y Albacete ofrecían serias dificultades de paso y no había ferrocarriles.

Calle Jorge Juan hacia mercado de Colón

Plaza de Santa Mónica

Calle Bolsería

Algunos puentes habían desaparecido, junto con parte del pretil de piedra del río, y gran parte de la ciudad había sido dañada.

Pero lo peor aún estaba por llegar.

“Hasta aquí llegó la riada”...

La segunda riada Hacia la una de la tarde, en Gobierno Civil y en el Ayuntamiento no había ninguna duda: una nueva inundación, mayor que la primera, se acercaba: El río iba mucho más alto que en la noche anterior, calculándose un caudal de 3500 metros cúbicos por segundo. Sobre las dos de la tarde comenzó la segunda inundación, comenzó a diluviar como pocas veces había sido visto. Más de cien litros por metro cuadrado en apenas media hora. Puente Ángel Custodio

La segunda hizo el mayor daño, alcanzando una altura metro y medio superior a la de la noche anterior. Ahora cedieron los cimientos y cayeron casas y puentes. Puente de San José Se calcula que el caudal del Turia sumado al del Carraixet superó los 6000 metros cúbicos por segundo. La zona inundada alcanzó las 2200 hectáreas.

Oficialmente se contabilizaron 81 muertos pero se estima que superó el centenar de fallecidos e incluso los 300 fallecidos; unas 800 viviendas fueron destruidas o tuvieron que ser derribadas y otras 300 sufrieron daños parciales. Las pérdidas económicas en la industria, el transporte, la agricultura… no son claras, pero rondan entre los 3.200 y los 4.400 millones de pesetas.

A las siete de la tarde el agua por fin bajó, dejando tras de sí muertos, destrucción y montañas de barro. CABANYAL

PASARELA ESTACIONETA ARAGÓN

Los bomberos que consiguieron entrar en la ciudad venían de Cartagena, Alicante, Castellón, Zaragoza, Madrid, Murcia, Barcelona, Teruel y Albacete. La ayuda oficial llegó de un buque de la Armada atracado en el puerto al que se sumaron otros seis; a petición del embajador de EEUU en Madrid, un portaviones estadounidense puso rumbo a Valencia donde llegó la mañana del día 16. Los veinte helicópteros que portaba fueron los encargados de distribuir la ayuda.

La llamada “Batalla del Barro” se centró en unos 11 La llamada “Batalla del Barro” se centró en unos 11.2 kilómetros cuadrados de zona urbana donde los militares se encontraron un promedio de 25 centímetros de barro. Más de 3000 soldados y 200 vehículos retiraron en los siguientes treinta días toneladas de barro: El balance total fue de 1.131.000 toneladas de barro retiradas.

PASEO ALAMEDA

Fuente de la Alameda IGLESIA CARMELITAS Durante los siguientes días, semanas y meses fueron llegando alimentos y medicinas del resto del país. El ejército se encargó de arreglar carreteras y puentes. También instaló cien barracones para acoger familias que no tenían dónde dormir.

Plaza de la Reina o de Zaragoza . También llegó ayuda de Holanda, Francia, Gran Bretaña, Italia y Portugal. Poco a poco las donaciones y las recaudaciones solidarias se fueron multiplicando. Plaza de la Reina o de Zaragoza .

Cabanyal

Torres de Quart Puente de Aragón Puente de Campanar

“Visita de Franco a la riada”... Vista desde Nuevo Centro, al fondo finca de “Ferca”,(Agentes Comerciales) y G.V.Fdo el Católico.

El Plan Sur Ante el desastre provocado por la riada había que tomar alguna medida para evitar que se repitiera la situación. En 1946 el Ingeniero de Caminos Eustaquio Berriochoa propuso un plan consistente en desviar el Turia por el sur y colocar las vías de tren en paralelo al nuevo cauce, estableciendo por el sur una doble barrera de vías y agua. En junio de 1958 un temporal provocó una nueva riada y muchos colectores y acequias estaban aún cegados por toneladas de barro reseco, lo que motivó un airado discurso del alcalde ,Tomás Trénor, muy crítico con el gobierno por lo que sería cesado y sustituido, pero Franco dio su aprobación al Plan Sur y se aprobó por el Consejo de Ministros, aunque hasta 1961 no se convirtió en Ley aprobada por las Cortes Españolas. En febrero de 1965 comenzaron las obras. En 1969 terminó la construcción del nuevo cauce, pero no se completó hasta 1972: Precisamente el 18 de junio de 1972, por primera vez una riada llenó el nuevo cauce de orilla a orilla.

¿Qué hacer con el viejo cauce?

En 1970 se empezó a plantear el destino del viejo cauce del Turia que atravesaba la ciudad. En 1971, a instancias del Ministerio de Obras Públicas (el viejo cauce era propiedad estatal ), se proyectó que el cauce fuera ocupado por una autopista ( sería el final del la autopista de Madrid a Valencia, llegando hasta el mar), pero se produjo una gran campaña de protesta exigiendo que el cauce se convirtiera en una zona verde. En noviembre de 1976, durante la primera visita de Juan Carlos I como jefe del Estado, se donó la titularidad del viejo cauce a la ciudad y en 1981 el Ayuntamiento firmó el contrato con Ricardo Bofill para desarrollar el plan urbanístico del viejo cauce. El proyecto se presentó en 1982 y su realización se ha alargado hasta hoy, quedando pendiente la conexión del Jardín del Turia con el Puerto y el mar.

¿Puede volver a ocurrir ¿Puede volver a ocurrir? En el futuro habrá nuevas crecidas del río Turia: La capacidad está muy ajustada: Alcanza los 5000 metros cúbicos por segundo. La Confederación Hidrográfica del Júcar considera que su capacidad se queda en 4000 m3/s. El caudal de la riada de 1957 fue de unos 3500 m3/s, pero se afirma que tuvo picos de hasta 4200 m3/s. Por ello se han tomado medidas como la de prohibir grandes edificaciones en el antiguo cauce del río o seguir construyendo los puentes necesarios para cruzarlo, por si llegado el caso las aguas volvieran a su cauce natural.

Veinticinco años después de la última inundación catastrófica de Valencia por las desbordadas aguas del río, en el año 1982, el alcalde de la ciudad, Sr. Pérez Casado, inauguró un monumento, (situado en la explanada de la antigua estación del ferrocarril de Aragón), en recuerdo de las víctimas de las riadas a lo largo de todos los tiempos.

F I N Montado por Cristina Sanfrancisco sobre documentos escritos de F. Pérez Puche, C.Gozalo Andrés e imágenes del Foro "Remember Valencia".