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CAMINO AL BICENTENARIO

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Presentación del tema: "CAMINO AL BICENTENARIO"— Transcripción de la presentación:

1 CAMINO AL BICENTENARIO
SEGUNDA ENTREGA

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3 El Virreinato del Río de la Plata abarcaba un enorme territorio
El Virreinato del Río de la Plata abarcaba un enorme territorio. Como te imaginarás, gobernarlo no era nada fácil. Hacía falta toda esta gente… El rey. Justamente fue un rey, Carlos III, el que creó el Virreinato del Río de la Plata en El rey vivía en España y era la autoridad máxima. El Consejo de Indias. Este organismo era muy poderoso: el tribunal supremo y, como tal, se encargaba de dictaminar sobre los asuntos judiciales que le llegaban de las audiencias coloniales y los que iban hacia las Indias (así se la llamaba a América) desde la Casa de Contratación

4 La Casa de Contratación. ¿Y de qué se encargaba la Casa de Contratación? Nada más y nada menos que de controlar los temas comerciales, recaudar impuestos y de recibir el oro y la plata que llegaban de las Indias. El Virrey. Era el máximo representante del rey en las Indias. Tenía que administrar su virreinato haciendo lo que le indicaban desde España y, cuando terminaba su mandato, tenía que demostrar que "había hecho bien los deberes" (a eso se lo llamaba Juicio de Residencia). La Aduana.Se encargaba de controlar todos los productos que llegaban y salían del Virreinato. Como los españoles practicaban el monopolio (las Indias sólo podían comerciar con España), la Aduana era fundamental para evitar el contrabando.

5 La Audiencia. En cierto sentido este organismo era como el equivalente al Consejo de Indias pero en América. ¿Por qué? Porque se encargaba de los temas judiciales y legales, aunque la decisión final siempre la tenía el Consejo de Indias. ¡Ah! También podía reemplazar al virrey si éste se enfermaba o moría. El Consulado.Tenía la obligación de fomentar el trabajo en el campo y apoyar los emprendimientos comerciales en el Virreinato. Gobernadores Intendentes. Como el Virreinato era tan grande (abarcaba Argentina, Uruguay y partes de Bolivia y Brasil) se lo dividió en ocho intendencias y cuatro provincias. Los gobernadores intendentes administraban sus respectivas intendencias.

6 Gobernadores de Provincia
Gobernadores de Provincia. Las cuatro provincias estaban ubicadas en los límites del Virreinato y siempre existía el riesgo de que fueran atacadas por los portugueses. Por eso se nombraban militares para gobernarlas.  Cevallos fue el primer virrey del Río de la Plata. Cuando estaba a punto de zarpar desde España hacia América, con 99 barcos y 9 mil soldados, para combatir a los portugueses que habían invadido territorio español, el rey decidió nombrarlo virrey para darle mayor autoridad y libertad de acción. Debía instalarse en Buenos Aires y gobernar. Y así lo hizo. Después de vencer al enemigo en el territorio que hoy ocupa Uruguay, se dedicó a administrar la colonia. Estableció la libertad de comercio en el puerto y entre las provincias, dio estímulos a la agricultura y reglamentó el trabajo de los peones fijando horarios, salarios y alimentación. En 1778 fue reemplazado en el cargo por el virrey Vértiz.

7 “¡Qué suerte!”, habrá pensado don Pedro al enterarse de que iba a ser virrey. ¿Suerte? No tanta... Cevallos fue representante del rey, pero no pudo tener un palacio, ni tierras para trabajar, ni corte, ni lujo a su alrededor. Vivió en Buenos Aires, en aquel momento una aldea chata al borde del río, lejos de la sofisticación europea. Su llegada fue poco alentadora: el barco ancló a unos kilómetros de la costa debido a la poca profundidad del río, entonces se subió a un bote que lo llevó hasta una carreta para alcanzar por fin tierra firme. Se instaló en una ciudad rodeada de una gran llanura, habitada por indios hostiles, azotada por vientos que muchas veces la sepultaban, por días enteros, en nubes de polvo.

8 Se sospecha que al llegar a Buenos Aires, Cevallos no brindó con agua
Se sospecha que al llegar a Buenos Aires, Cevallos no brindó con agua. En aquel momento se bebía agua extraída del Río de la Plata, en ciertas ocasiones de zonas concurridas por lavanderas y bañistas, y antes de ser ingerida debía dejarse en reposo durante al menos 24 horas para que decantara el sedimento barroso que le daba un cierto color marrón. También existían los aljibes, pero, como los pozos no eran profundos, el líquido obtenido resultaba considerablemente salado.

9 CAMINO AL BICENTENARIO
Omar J. Astorgano mayo 2010


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