Sus hijos compartirán sus experiencias si demuestra que los escucha atenta y efectivamente en cada momento. Los niños pueden hablar mejor sobre cualquier tema (incluyendo el alcohol y las otras drogas) con aquellos padres que saben escuchar. Pero cierto tipo de respuestas de los padres hacen difícil que los preadolescentes compartan sus sentimientos. Los siguientes estilos de respuesta paterna son inadecuados: PASO 1: APRENDA A ESCUCHAR REALMENTE A SU HIJO *Juzgar. *Ser autovirtuosos o hipócritas. *Dar demasiados consejos o pretender tener todas las respuestas. *Criticar o ridiculizar. *Tomar a la ligera los problemas del hijo. *SER INCONGRUENTE ENTRE LO QUE DICE Y LO QUE HACE.

*Escuchar con atención pone de manifiesto una preocupación cariñosa por los hijos; pero escuchar supone algo más que no interrumpir mientras el otro habla. *Escuchar realmente requiere concentración y práctica. Te sugerimos cinco habilidades de escucha para llegar mejor a tu hijo: 1. Ponga en sus propias palabras los comentarios de su hijo, para hacerle ver que le ha entendido.

Al igual que las demás personas, sus hijos necesitan hablar sobre sus enojos y frustraciones. Cuando están disgustados, quieren comprensión, no soluciones. Estarán preparados para las soluciones una vez que se hayan “desahogado”. Una manera de mostrarles que les comprende es repetir con sus propias palabras lo que ellos han dicho. A esto se llama “escuchar reflexivamente”. Escuchar reflexivamente cumple tres propósitos: asegura a sus hijos que usted escuchó lo que estaban diciendo; permite a sus hijos oír en palabras de otros sus propias afirmaciones y así reconsiderar sus sentimientos; y le asegura a usted que puede entender correctamente a sus hijos.

2. Cuando hable con su hijo, observe su rostro y el lenguaje de su cuerpo. Frecuentemente, sus hijos les asegurarán que no se sienten tristes o desilusionados, pero un temblor en su boca o unos ojos demasiado brillantes le dirán lo contrario. Cuando las palabras y el lenguaje corporal expresen dos cosas diferentes, haga caso al lenguaje corporal 3. Brinde apoyo y estímulo no verbal. Esto puede incluir ofrecer una sonrisa, un abrazo, un guiño, mover la cabeza, tomar contacto visual, una palmada en el hombro, o coger la mano de sus hijos. 4. Utilice el tono de voz adecuado a la respuesta que usted está dando. Recuerde que su tono de voz envía mensajes de una forma tan clara como sus propias palabras. Asegúrese de que su tono no parezca sarcástico o el de un “sabelotodo”.

5. Emplee frases motivadoras que demuestren su interés y mantengan viva la conversación. Pequeñas frases, pueden comunicar a sus hijos cuánto se interesa usted por su vida. “¿De verdad?” “Háblame de eso.” “Parece como si tú …” ¿Qué pasó después?”

He aquí un ejemplo de una conversación sobre alcohol que utiliza estas habilidades de escucha: Hijo/hija: Cuando estábamos en la casa de Camilo, su madre había salido. Camilo sacó una cerveza y nos dio a probar a Juan y a mí. “No supe qué hacer cuando me dió la cerveza”. La puse a un lado e hice como si tomará, pero cuando el no me miró la bote. Padre/madre: “Te sentiste confuso y no supiste qué hacer.” Hijo/hija: “Pude haberle dicho: No, gracias, no tomo cerveza. O que tenía algo que hacer, y haberme ido”. Padre/madre: “Situaciones como ésta pueden ser difíciles. ¿Cómo podrías actuar en el futuro ante algo parecido?” Hijo/hija: “Probablemente le agradeceré la invitación, pero insistiré en que no bebo cerveza”. Padre/madre: (Abraza al hijo) “Me siento muy orgullo porque que supiste cuidar de ti, no siempre tendrás a tus padres a tu lado para saber elegir lo que mejor convenga a tu vida. En otras ocasiones es importante que expreses tu derecho de no querer tomar, sin tener que usar excusas, pero supiste evitar estar en riesgo.

PONGA EN PRÁCTICA ESTAS SENCILLAS IDEAS Y ESPERE PROXIMAMENTE EL PASO 2 Para inquietudes o sugerencias escribir a