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LA PLATA DESDE EL AIRE La presente es una obra del fotógrafo Vicente Viola y versa sobre otra visión de la ciudad de La Plata
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La Plata desde el aire (Vicente Viola) Alfredo Conti* Algunas ciudades surgieron por agregación de partes; otras, en cambio, a partir de una planificación previa. En las primeras, un espacio dedicado al culto, la reunión cívica o el intercambio comercial actuó como núcleo generador, a partir del cual se agregaron, paulatinamente, edificios y espacios abiertos. Estas ciudades suelen tener disposiciones irregulares, adaptadas a la topografía del sitio, que en muchos casos condiciona su forma y su estructura. Las segundas fueron pensadas antes de ser construidas, el plan precedió a la materialidad de los edificios, al trazado de las plazas, a la plantación de los árboles y a la presencia del habitante, alma a la ciudad. La Plata, en su calidad de ciudad planificada, fue pensada antes que construida; primero fue la idea, después la materia. El plano fundacional fue una visión desde el aire en una época en que no existían aviones ni se había construido la Torre Eiffel, que descubrió al gran público la posibilidad de observar una ciudad desde la altura. La Plata nació mirada desde el aire, impregnada de racionalismo y geometría. Habitualmente, no percibimos a la ciudad desde el aire sino a través de desplazamientos terrestres que ofrecen visiones parciales y secuenciales, las que, a su vez, permiten recomponer la imagen del complejo urbano. La mirada desde el aire posibilita, entonces, la percepción del paisaje urbano de un modo diferente al cotidiano. Las imágenes de Vicente Viola pueden ser entendidas de dos maneras. Por un lado, nos “cuentan” un lugar: el centro de la ciudad, la plaza Moreno, el cementerio, el distribuidor de tránsito, una playa de estacionamiento, el río. Pero, más allá del contenido del relato, nos muestran una realidad de difícil percepción para quien día a día se desplaza por la ciudad y su entorno. Una realidad formal, re-creada en este caso por la fotografía, compuesta por líneas y planos, por luces y sombras. En esta mirada desde el aire, los componentes de la ciudad y de su entorno adquieren otro carácter: las calles se transforman en líneas, los materiales del piso en manchas de color y la señalización del pavimento en composiciones plásticas, a la vez que la incidencia de la luz sobre las superficies de la tierra o el agua genera texturas variadas y cambiantes. Estas imágenes nos permiten descubrir, además, que puede existir poesía en los “no lugares”, como la playa de estacionamiento de un hipermercado o un intercambiador de tránsito. Y que lo que en la visión cotidiana parece no tener lógica formal o compositiva se puede convertir, a través de la mirada, en una construcción estética Todo está allí, sólo hay que descubrirlo. Vicente Viola nos invita a hacerlo a través de su mirada desde el aire. Algunas ciudades surgieron por agregación de partes; otras, en cambio, a partir de una planificación previa. En las primeras, un espacio dedicado al culto, la reunión cívica o el intercambio comercial actuó como núcleo generador, a partir del cual se agregaron, paulatinamente, edificios y espacios abiertos. Estas ciudades suelen tener disposiciones irregulares, adaptadas a la topografía del sitio, que en muchos casos condiciona su forma y su estructura. Las segundas fueron pensadas antes de ser construidas, el plan precedió a la materialidad de los edificios, al trazado de las plazas, a la plantación de los árboles y a la presencia del habitante, alma a la ciudad. La Plata, en su calidad de ciudad planificada, fue pensada antes que construida; primero fue la idea, después la materia. El plano fundacional fue una visión desde el aire en una época en que no existían aviones ni se había construido la Torre Eiffel, que descubrió al gran público la posibilidad de observar una ciudad desde la altura. La Plata nació mirada desde el aire, impregnada de racionalismo y geometría. Habitualmente, no percibimos a la ciudad desde el aire sino a través de desplazamientos terrestres que ofrecen visiones parciales y secuenciales, las que, a su vez, permiten recomponer la imagen del complejo urbano. La mirada desde el aire posibilita, entonces, la percepción del paisaje urbano de un modo diferente al cotidiano. Las imágenes de Vicente Viola pueden ser entendidas de dos maneras. Por un lado, nos “cuentan” un lugar: el centro de la ciudad, la plaza Moreno, el cementerio, el distribuidor de tránsito, una playa de estacionamiento, el río. Pero, más allá del contenido del relato, nos muestran una realidad de difícil percepción para quien día a día se desplaza por la ciudad y su entorno. Una realidad formal, re-creada en este caso por la fotografía, compuesta por líneas y planos, por luces y sombras. En esta mirada desde el aire, los componentes de la ciudad y de su entorno adquieren otro carácter: las calles se transforman en líneas, los materiales del piso en manchas de color y la señalización del pavimento en composiciones plásticas, a la vez que la incidencia de la luz sobre las superficies de la tierra o el agua genera texturas variadas y cambiantes. Estas imágenes nos permiten descubrir, además, que puede existir poesía en los “no lugares”, como la playa de estacionamiento de un hipermercado o un intercambiador de tránsito. Y que lo que en la visión cotidiana parece no tener lógica formal o compositiva se puede convertir, a través de la mirada, en una construcción estética Todo está allí, sólo hay que descubrirlo. Vicente Viola nos invita a hacerlo a través de su mirada desde el aire. *Presidente del Comité Argentino del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS).
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