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Lectio divina del Salmo dominical

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Presentación del tema: "Lectio divina del Salmo dominical"— Transcripción de la presentación:

1 Lectio divina del Salmo dominical
Domingo XIII del Tiempo Ordinario Año B: Dios, autor de la vida Sb 1,13-15; 2,23-24: La muerte entró en el mundo por la envidia del diablo. Sal 29, l2a.13b: Te ensalzaré, Señor, porque me has librado. 2Co 8, : Vuestra abundancia remedia la falta que tienen los hermanos pobres. Mc 5,21-43: Contigo hablo, niña, levántate.

2 Te ensalzaré, Señor, porque me has librado

3 Te ensalzaré, Señor, porque me has librado y no has dejado que mis enemigos se rían de mí. Señor, sacaste mi vida del abismo, me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. 

4 Te ensalzaré, Señor, porque me has librado

5 Tañed para el Señor, fieles suyos, dad gracias a su nombre santo; su cólera dura un instante; su bondad, de por vida; al atardecer nos visita el llanto; por la mañana, el júbilo.

6 Te ensalzaré, Señor, porque me has librado

7 Escucha, Señor, y ten piedad de mí; Señor, socórreme
Escucha, Señor, y ten piedad de mí; Señor, socórreme. Cambiaste mi luto en danzas. Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.

8 Te ensalzaré, Señor, porque me has librado

9 Si quieres escuchar el original hebreo, pincha aquí
Lectio Ahora leemos el salmo entero, despacio… Salmo 29 (30) [1 Salmo. Cántico para la dedicación de la Casa. De David.] 2 Te ensalzaré, Señor, porque me has librado y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.  3 Señor, Dios mío, a ti grité, y tú me sanaste. 4 Señor, sacaste mi vida del abismo, me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.  5 Tañed para el Señor, fieles suyos, dad gracias a su nombre santo; 6 su cólera dura un instante; su bondad, de por vida; al atardecer nos visita el llanto; por la mañana, el júbilo.  7 Yo pensaba muy seguro: "No vacilaré jamás". 8 Tu bondad, Señor, me aseguraba el honor y la fuerza; pero escondiste tu rostro, y quedé desconcertado.  9 A ti, Señor, llamé, supliqué a mi Dios: 10 "¿Qué ganas con mi muerte, con que yo baje a la fosa?  ¿Te va a dar gracias el polvo, o va a proclamar tu lealtad? 11 Escucha, Señor, y ten piedad de mí; Señor, socórreme".  12 Cambiaste mi luto en danzas,  me desataste el sayal y me has vestido de fiesta; 13 te cantará mi alma sin callarse, Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre. Si quieres escuchar el original hebreo, pincha aquí

10 Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio?
Según el P. Ramón Ribera, monje de Montserrat, y otros estudiosos, el orden de los salmos no se debe al azar sino que hay toda una estructura interna.

11 Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio?
Nuestro salmo se encuentra en la primera parte del salterio, dedicado a las súplicas a Dios, formada por los libros: 1º: salmos º: salmos Y 3º: salmos 72-88 Salmo 29: Acción de gracias por la curación de un enfermo en peligro de muerte. Dentro del primer libro, el salmo 29 se encuentra en el último de los cuatro septenarios que componen la Primera Colección de David (salmos 3-31) dedicados a Dios.

12 Lectio: ¿Qué dice el texto?
El salmo 29 es una intensa y suave acción de gracias que hace el orante tras desvanecerse en él la pesadilla de la muerte. Para ello emplea una serie de contrastes que expresan de manera simbólica la liberación obtenida gracias al Señor: - al descenso «a la fosa» se le opone la salida «del abismo» (v 4); - a su «cólera» que «dura un instante» le sustituye «su bondad de por vida» (v 6); - al «llanto» del atardecer le sigue el «júbilo» de la mañana (v 6); - a la incertidumbre, la estabilidad por la prueba superada (vv. 7-9) - al «luto», la «danza», al «sayal» luctuoso el «vestido de fiesta» (v 12). De la situación concreta evocada de un enfermo en peligro de muerte que ha sido curado (atribuida a David o a Ezequías) se pasó más tarde a leer la experiencia de Israel, que después de la agonía del exilio reencuentra la alegría de la alabanza. El pueblo de Israel consideró esta liberación como una especie de "Resurrección“ (cf. Ez 37) Lo que es apenas una imagen para Israel, en Jesús muerto y resucitado es una realidad plena: "Tú me has levantado... Tú me has sacado del abismo... Tú me has hecho revivir..."

13 Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
Mecditatio Lo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto. Esto es algo muy personal por ello aquí para ayudar a esta meditación relacionamos el salmo con las lecturas del domingo. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado El bellísimo salmo de hoy lo cantamos en la gran vigilia pascual cuando Cristo resucita de entre los muertos y nos libra del poder de la muerte. Así, Dios, no ha dejado que nuestros enemigos –el Diablo que nos quiere separar de Dios y todos sus secuaces- se rían de nosotros. ¿Cómo no dar gracias a Dios por siempre?

14 Su cólera dura un instante, su bondad de por vida
Ya nos ha dicho la primera lectura que Dios no creó la muerte ni se recrea en la destrucción de los vivientes, ¡al contrario! Dios es por definición vida, bondad, misericordia y fidelidad. Por eso Cristo sana a la hemorroísa y “levanta” a la hija de Jairo. ¡Cantemos con el salmo 29 la bondad del Señor!

15 ¡Escucha, Señor, y ten piedad de mi!
Nunca nos cansemos de invocar al Señor, aunque no sea más que “tocando por detrás” la orla de su manto… Él nos ama y está a nuestro lado sosteniéndonos en el momento de la prueba y el dolor. ¡Escucha, Señor, y ten piedad de mi!

16 Oratio ¿Qué me hace decirle a Dios este salmo, la liturgia de este domingo?
Te damos gracias, Señor, porque nos has librado del poder del pecado y de la muerte con la resurrección de Jesucristo. Haz que, permaneciendo fieles a tu amor, nos visite el júbilo en la mañana sin ocaso de tu Presencia. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

17 Contemplatio Miro y me dejo mirar… En esto los Padres de la Iglesia son maestros…
“Toquemos a Cristo, toquémoslo. Creer es tocarlo. Así lo tocó la que padecía flujo de sangre. ¡Qué fe tenía para decirle el Señor: «Descúbrete y manifiéstate a la muchedumbre; obtén la alabanza de quien has obtenido ya la salud»! Vete, hija; tu fe te ha salvado; vete en paz.  Si preguntas por esa fe, escucha. Dijo en su corazón: Si tocare la orla de su vestido, seré sana. La tocó para que se realizase lo que creía, no para probar aquello en que no creía. Entonces el Señor le pregunta, diciendo: ¿Quién me ha tocado? ¿Ignoras, pues, Señor, quién te ha tocado? ¿Conoces los pensamientos y preguntas por las acciones? ¿Qué significa: Quién me ha tocado? Voy a mostraros quién me ha tocado: la fe me ha tocado. ¡Qué tocar! ¡Qué creer! La muchedumbre sabe apretujar fácilmente. ¡Ojalá supiera tocar!” (San Agustín, Sermón 375 C, 5. 6)

18 Actio ¿Qué me hace vivir el Señor a partir de esta Palabra?
Es el momento de la “obediencia de la Fe”… ¡Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre!


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