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Mayo: mes Mariano Romerías, Peregrinaciones, Flores a María,

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Presentación del tema: "Mayo: mes Mariano Romerías, Peregrinaciones, Flores a María,"— Transcripción de la presentación:

1 Mayo: mes Mariano Romerías, Peregrinaciones, Flores a María,
Consagración a la Virgen María. Ofrecer flores a María es significado de ofrecimiento de nuestras buenas obras por amor a ella. P. José Félix Medina, LC

2 Un mes dedicado a María: a honrarla y venerarla
Son muchas las iglesias cristianas que tienen un mes dedicado a María. El rito bizantino tiene el mes de agosto, centrado en la solemnidad de la Dormición de María (Asunción). Los coptos celebran a María en torno a la navidad.

3 * En Alemania aparecen cantos marianos para el mes de mayo.
En Europa se va perfilando poco a poco el mes de mayo como mes de María: * Alfonso X el Sabio en sus Cantigas ve el mes de mayo como un momento de devoción mariana. * En Paris, en el siglo XIV, los joyeros de la ciudad llevan a Notre Dame un ‘mayo’, planta adornada con piedras preciosas. * En Roma, San Felipe Neri enseñaba a los jóvenes a hacer obsequios a la Virgen (adornar con flores su estatua, rezar, hacer actos de virtud). * En Alemania aparecen cantos marianos para el mes de mayo.

4 Bienvenido Mayo, y con alegría; por eso roguemos a Santa María que pida a su Hijo aún todavía que de pecado y locura nos guarde. Bienvenido Mayo. Bienvenido seas, y con alegría. Alfonso X El Sabio

5 Invocaciones al Dulce Nombre de María
adre mía amantísima, en todos los instantes de mi vida, acuérdate de mí, miserable pecador. Avemaría. A cueducto de las divinas gracias, concédeme abundancia de lágrimas para llorar mis pecados. Avemaría. R eina del cielo y de la tierra, sé mi amparo y defensa en las tentaciones de mis enemigos. Avemaría. I nmaculada hija de Joaquín y Ana, alcánzame de tu santísimo Hijo las gracias que necesito para mi salvación. Avemaría. bogada y refugio de los pecadores, asísteme en el trance de mi muerte y ábreme las puertas del cielo. Avemaría.

6 Pablo VI. Marialis Cultus
Documentos Pontificios María Exhortación para la recta ordenación y desarrollo del culto a la Santísima Virgen María. febrero de 1974

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8 Exhortación Apostólica de S.S. Pablo VI, 1974
La devoción de la Iglesia hacia la Santísima Virgen pertenece a la naturaleza misma del culto cristiano. La veneración que siempre y en todo lugar ha manifestado a la Madre del Señor, desde la bendición de Isabel hasta las expresiones de alabanza y súplica de nuestro tiempo, constituye un sólido testimonio de cómo la «lex orandi» (el culto) es una invitación a reavivar en las conciencias la «lex credendi» (la fe). Y viceversa: la «lex credendi» de la Iglesia requiere que por todas partes florezca lozana la «lex orandi» en relación con la Madre de Cristo.

9 El culto a la Virgen tiene raíces profundas en la Palabra revelada y sólidos fundamentos en las verdades de la doctrina católica, tales como:

10 - La singular dignidad de María, Madre del Hijo de Dios y, por lo mismo, Hija predilecta del Padre y templo del Espíritu Santo; por tal extraordinaria gracia aventaja con mucho a todas las demás criaturas, celestiales y terrestres. - Su cooperación incondicional en momentos decisivos de la obra de la salvación llevada a cabo por su Hijo. - Su santidad, que ya era plena en el momento de su concepción inmaculada y que, no obstante, fue creciendo más y más a medida que se adhería a la voluntad del Padre y recorría el camino del sufrimiento, progresando constantemente en fe, esperanza y caridad.

11 - Su misión y el puesto que ocupa, único en el Pueblo de Dios, del que es al mismo tiempo miembro eminente, ejemplar acabado y Madre amantísima. - Su incesante y eficaz intercesión, mediante la cual, aun habiendo sido asunta al cielo, sigue mostrándose cercana a los fieles que la suplican y aun a aquellos que ignoran que realmente son hijos suyos. - Su gloria, en fin, que ennoblece a todo el género humano, como lo expresó maravillosamente el poeta Dante: «tu eres aquella que ennobleció tanto la naturaleza humana, que su Creador no desdeñó convertirse en hechura tuya»; en efecto, María pertenece a nuestra estirpe como verdadera hija de Eva, aunque ajena a la mancha de la madre, y verdadera hermana nuestra, que ha compartido en todo nuestra condición, como mujer humilde y pobre.

12 FLORES A MARIA  Venid y vamos todos con flores a porfía,  con flores a María, que Madre nuestra es  con flores a María, que Madre nuestra es.  De nuevo aquí nos tienes, purísima doncella,  más que la luna, bella, postrados a tus pies.  Venimos a ofrecerte las flores de este suelo,  con cuánto amor y anhelo, Señora, tú lo ves.  Por ellas te rogamos, si cándidas te placen,  las que en la gloria nacen, en cambio, tú nos des.

13 Cristo es el único camino al Padre, Cristo es el modelo supremo al que el discípulo debe conformar la propia conducta, hasta lograr tener sus mismos sentimientos, vivir su vida y poseer su Espíritu. Esto es lo que la Iglesia ha enseñado en todo tiempo y nada en la acción pastoral debe oscurecer esta doctrina. Pero la misma Iglesia, guiada por el Espíritu Santo y amaestrada por una experiencia secular, reconoce que también el culto a la Virgen María, de modo subordinado al culto que rinde al Salvador y en conexión con él, tiene una gran eficacia pastoral y constituye una fuerza renovadora de la vida cristiana. La razón de dicha eficacia se intuye fácilmente. La múltiple misión que la Virgen María ejerce para con el Pueblo de Dios es una realidad sobrenatural que actúa eficazmente en la comunidad eclesial.

14 Misión Maternal La misión maternal encomendada a María invita constantemente al Pueblo de Dios a dirigirse con filial confianza a Aquella que está siempre dispuesta a acoger sus oraciones con amor de Madre y con eficaz ayuda de Auxiliadora. Por eso el Pueblo de Dios la invoca como «consoladora de los afligidos», «salud de los enfermos» y «refugio de los pecadores», para obtener consuelo en la tribulación, alivio en la enfermedad y fuerza liberadora en el pecado. Y en verdad Ella, la libre de todo pecado, conduce a sus hijos a vencer con enérgica determinación el pecado. Y, hay que afirmarlo nuevamente, esta liberación del pecado es la condición necesaria para toda renovación de las costumbres cristianas.

15 La ‘Marialis cultus’ es muy clara cuando dice: “El año mariano ha de intentar ver a María en relación con la historia de la salvación, es decir, con la celebración del misterio pascual de Cristo... Así pues, la catequesis y la oración estarán orientadas a la existencia pascual de Cristo y a la novedad del Espíritu” (MC 35). *Se trata, pues, de presentar a María como modelo de creyente y como Auxiliadora del pueblo cristiano.

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17 Consagrarse a la Virgen María
Es una manifestación del amor a María, característico en la espiritualidad cristiana. Ella es quien protege bajo su manto y anima a mirar el futuro con esperanza. En oración, ya sea de manera individual, en equipos, por familias, como centros de formación, como localidades… renueven así su gratitud y confianza en la Santísima Virgen. La consagración a María es una respuesta al amor de Dios.

18 Consagración a la Santísima Virgen María
¡Oh Señora mía, Oh Madre mía! Yo me entrego del todo a ti. Y en prueba de mi filial afecto, te consagro en este día, mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, Oh Madre de bondad, guárdame y defiéndeme como hijo y posesión tuya. Amén.

19 CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA (Tradicional de San Luis Grignon de Montfort) Yo, pecador infiel, renuevo y ratifico hoy en tus manos, Oh madre Inmaculada, los votos de mi bautismo.

20 Renuncio a Satanás, a todas sus presunciones y a sus obras, y me entrego enteramente a Jesucristo, la Sabiduría Encarnada, para llevar mi cruz siguiendo sus pasos, todos los días de mi vida, y serle fiel de ahora en adelante.

21 En presencia de la Corte Celestial, te escojo en este día como mi Madre y Señora. Me consagro a tu Corazón Inmaculado. Y te entrego, como esclavo, mi cuerpo, mi mente y mi alma; todos mis bienes, tanto interiores como exteriores; y aún el mérito de todas mis buenas obras pasadas, presentes y futuras.

22       Particularmente te consagro a mi familia, otorgándote todo el derecho de disponer de mí y de todo lo que te pertenece según sea de tu agrado, para la mayor gloria de Dios en el tiempo y la eternidad.

23 Algunos modos de celebrar el mes de mayo
Rezo del santo rosario en familia Lectura breve mariana, a modo de catequesis, en la que se ofrece a los fieles la consideración de un aspecto de la fe de María. Proposición de una acción buena (‘florecilla’), a realizar durante el día, en honor de María y que nos recuerde las exigencias de la vida cristiana. (Es la costumbre que inició San Felipe Neri y Don Bosco hizo suya). Peregrinaciones.  Canto o recitación del Avemaría o de la Salve.

24 Otra recomendación para el mes de mayo
Meditar en los cuatro dogmas acerca de la Virgen María que son:  ---Su inmaculada concepción: A la única mujer que Dios le permitió ser concebida y nacer sin pecado original fue a la Virgen María porque iba a ser madre de Cristo.  ---Su maternidad divina: La Virgen María es verdadera madre humana de Jesucristo, el hijo de Dios.  ---Su perpetua virginidad: María concibió por obra del Espíritu Santo, por lo que siempre permaneció virgen.  ---Su asunción a los cielos: La Virgen María, al final de su vida, fue subida en cuerpo y alma al Cielo.

25 La verdadera devoción es la imitación Reflexionar en las principales virtudes de la Virgen María
--María era una mujer de profunda vida de oración, vivía siempre cerca de Dios. --Era una mujer humilde, es decir, sencilla; --era generosa, se olvidaba de sí misma para darse a los demás; --tenía gran caridad, amaba y ayudaba a todos por igual; --era servicial, atendía a José y a Jesús con amor; --vivía con alegría; --era paciente con su familia; --sabía aceptar la voluntad de Dios en su vida.

26 La Iglesia nos ofrece bellas oraciones
Ángelus (que se acostumbra a rezar a mediodía) Regina Caeli La consagración a Maria Y el Santo Rosario ante la imagen de la Virgen.

27 Y para finalizar, terminamos con las palabras que pronunció el Papa Benedicto XVI, en abril, en el Regina Caeli, haciendo alusión al mes de mayo, mes de María: “ En los días que siguieron a la resurrección del Señor, los apóstoles permanecieron reunidos, confortados por la presencia de María, y después de la Ascensión, perseveraron junto a ella en oración esperando Pentecostés. La Virgen fue para ellos madre y maestra, papel que sigue desempeñando con los cristianos de todos los tiempos. Cada año, en el tiempo pascual, vivimos más intensamente esta experiencia y quizá precisamente por este motivo la tradición popular ha consagrado a María el mes de mayo, que normalmente cae entre Pascua y Pentecostés.

28 ORACIÓN Acuérdate, oh piadosísima Virgen María,
que jamás se ha oído decir que ninguno de cuantos han implorado tus favores haya sido abandonado de ti. Animados por esta confianza, acudimos a ti, ¡oh Madre, Virgen de las vírgenes! Y, aunque gimiendo bajo el peso de nuestros pecados, nos atrevemos a comparecer ante tu presencia soberana. No desprecies nuestras súplicas, oh Madre del Verbo, antes bien, acógelas favorablemente y escúchalas. Amén.

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30 ¿ Dónde encontrarnos? www.evangelizaciondigital.org @EvangDigital
@PaterAgustin @Soledad4x4


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