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Entrega la valiosa moneda de tu Corazón.

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Presentación del tema: "Entrega la valiosa moneda de tu Corazón."— Transcripción de la presentación:

1

2 Entrega la valiosa moneda de tu Corazón.
XXXII Domingo del tiempo Ordinario. Entrega la valiosa moneda de tu Corazón.

3 Ritos Iniciales.

4 En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo . Amen.

5 La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo estén con todos ustedes. Y con tu espíritu.

6 Dame, Señor, de tu misericordia y tu perdón.

7 Yo confieso, ante Dios todopoderoso, y ante vosotros, hermanos,
Acto penitencial: Yo confieso, ante Dios todopoderoso, y ante vosotros, hermanos,

8 que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión.

9 Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

10 Por eso ruego a Santa María siempre virgen, a los ángeles, a los santos

11 y a vosotros hermanos, que intercedan por mí, ante Dios, nuestro Señor

12 Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén.

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14 Gloria. Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.

15 Por tú inmensa gloria, te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos

16 te damos gracias, Señor, Dios, Rey celestial, Dios Padre Todopoderoso
te damos gracias, Señor, Dios, Rey celestial, Dios Padre Todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.

17 Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros;

18 Tú que quitas el pecado del mundo, atiende a nuestra súplica,

19 Tu que estas sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros,

20 porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú, Altísimo, Jesucristo,

21 con el Espíritu Santo, en la gloria de Dios Padre. Amén.

22 Oración Colecta Dios omnipotente y misericordioso, aparta de nosotros todos los males,

23 para que, bien dispuesto nuestro cuerpo y nuestro espíritu, podamos libremente cumplir tu voluntad.

24 Por nuestro Señor Jesucristo Amén.

25 Lectura del primer libro de los Reyes (17, 10-16)

26 En aquellos días, el profeta Elías se puso en camino hacia Sarepta,

27 y, al llegar a la puerta de la ciudad, encontró allí una viuda que recogía leña.

28 La llamó y le dijo: «Por favor, tráeme un poco de agua en un jarro para que beba.»

29 Mientras iba a buscarla, le gritó: «Por favor, tráeme también en la mano un trozo de pan.»

30 Respondió ella: «Te juro por el Señor, tu Dios, que no tengo ni pan;

31 me queda sólo un puñado de harina en el cántaro y un poco de aceite en la alcuza.

32 Ya ves que estaba recogiendo un poco de leña.

33 Voy a hacer un pan para mí y para mi hijo; nos lo comeremos y luego moriremos.»

34 Respondió Elías: «No temas. Anda, prepáralo como has dicho,

35 pero primero hazme a mí un panecillo y tráemelo; para ti y para tu hijo lo harás después.

36 Porque así dice el Señor, Dios de Israel:

37 "La orza de harina no se vaciará, la alcuza de aceite no se agotará,

38 hasta el día en que el Señor envíe la lluvia sobre la tierra."»

39 Ella se fue, hizo lo que le había dicho Elías, y comieron él, ella y su hijo.

40 Ni la orza de harina se vació, ni la alcuza de aceite se agotó,

41 como lo había dicho el Señor por medio de Elías.

42 Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

43 Salmo responsorial (Salmo 145)

44 Alaba, alma mía, al Señor.

45 Que mantiene su fidelidad perpetuamente, que hace justicia a los oprimidos, que da pan a los hambrientos. El Señor liberta a los cautivos.

46 Alaba, alma mía, al Señor.

47 El Señor abre los ojos al ciego, el Señor endereza a los que ya se doblan, el Señor ama a los justos, el Señor guarda a los peregrinos.

48 Alaba, alma mía, al Señor.

49 Sustenta al huérfano y a la viuda y trastorna el camino de los malvados. El Señor reina eternamente, tu Dios, Sión, de edad en edad.

50 Alaba, alma mía, al Señor.

51 Lectura de la carta a los Hebreos (9, 24-28)

52 Cristo ha entrado no en un santuario construido por hombres -imagen del auténtico-, sino en el mismo cielo,

53 para ponerse ante Dios, intercediendo por nosotros.

54 Tampoco se ofrece a sí mismo muchas veces -como el sumo sacerdote,

55 que entraba en el santuario todos los años y ofrecía sangre ajena;

56 si hubiese sido así, tendría que haber padecido muchas veces, desde el principio del mundo-.

57 De hecho, él se ha manifestado una sola vez, al final de la historia,

58 para destruir el pecado con el sacrificio de sí mismo.

59 Por cuanto el destino de los hombres es morir una sola vez
Por cuanto el destino de los hombres es morir una sola vez. Y después de la muerte, el juicio.

60 De la misma manera, Cristo se ha ofrecido una sola vez para quitar los pecados de todos.

61 La segunda vez aparecerá, sin ninguna relación al pecado, a los que lo esperan, para salvarlos.

62 Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

63 Lectura del Evangelio según san Marcos (12, 38-44)

64 En aquel tiempo, entre lo que enseñaba Jesús a la gente, dijo:

65 «¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje

66 y que les hagan reverencias en la plaza,

67 buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes;

68 y devoran los bienes de las viudas, con pretexto de largos rezos.

69 Éstos recibirán una sentencia más rigurosa.»

70 Estando Jesús sentado enfrente del arca de las ofrendas, observaba a la gente que iba echando dinero:

71 muchos ricos echaban en cantidad; se acercó una viuda pobre y echó dos reales.

72 Llamando a sus discípulos, les dijo:

73 «Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie.

74 Porque los demás han echado de lo que les sobra,

75 pero ésta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir

76 Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús

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84 Profesión de Fe.

85 Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra.

86 Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo

87 nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado,

88 descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos

89 y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso
y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.

90 Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia Católica, la comunión de los santos,

91 el perdón de los pecados, la resurrección de los muertos y la vida eterna. Amén.

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93 El Señor reciba de tus manos este sacrificio para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.

94 Oración de ofrendas Mira con bondad, Señor, los sacrificios que te presentamos,

95 para que, al celebrar la pasión de tu Hijo en este sacramento, gocemos de sus frutos en nuestro corazón.

96 Por Jesucristo nuestro Señor.

97 El Señor, esté con vosotros. Y con tu Espíritu Levantemos el corazón
El Señor, esté con vosotros. Y con tu Espíritu Levantemos el corazón. Lo tenemos levantado hacia el Señor Demos gracias al Señor Nuestro Dios. Es justo y necesario.

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99 Ven y encuéntrate con tu Dios.
(Este es el momento más importante de la celebración) Ven y encuéntrate con tu Dios.

100 Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ven señor Jesús.

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102 Por Cristo, con Él y en Él. A ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria, por los siglos de los siglos. Amen.

103 Padre nuestro:

104 Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;

105 venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.

106 Danos hoy nuestro pan de cada día;

107 perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;

108 no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

109 Tuyo es el reino, tuyo es el poder y la gloria, por siempre, Señor

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113 Ritos conclusivos

114 Oración después de la comunión
Alimentados con esta eucaristía, te hacemos presente, Señor, nuestra acción de gracias,

115 implorando de tu misericordia que el Espíritu Santo mantenga siempre vivo el amor a la verdad en quienes han recibido la fuerza de lo alto.

116 Por Jesucristo nuestro señor.

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118 Plegaria a Nuestra Señora del Rosario
de Chiquinquirá Mis oraciones hacia Tí levanto Amparo de los pobres pecadores Dulcísima Señora en mi quebranto Reina del cielo, escucha mis clamores. Escucha mi plegaria fervorosa

119 Plegaria a Nuestra Señora del Rosario
de Chiquinquirá Da consuelo y alivio a mis dolores, Endulza mi amargura y presurosa La paz a mi alma atribulada envía. Oh Madre de mi Dios tan poderosa. Sálvame del pecado, Madre mía,

120 Plegaria a Nuestra Señora del Rosario
de Chiquinquirá De la virtud enséñame el camino, Enséñame el bien de la santa vía, Solitario y errante peregrino, A tu amparo me acojo gran Señora Mándame la gracia del don divino Piedad, piedad a quien su culpa llora A quien a tí de hinojos, compungido Reclama tu perdón, tu gracia implora. A Tí se acoge mi espíritu afligido De sus males en busca de consuelo. Oye Madre, mi acento dolorido Sálvame por piedad y dame el cielo.

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