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Ciclo A Por eso hay dos evangelios. Antes de comenzar la misa, propiamente dicha, en el templo o si se puede fuera, se lee lo que sucedió aquel día en.

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Presentación del tema: "Ciclo A Por eso hay dos evangelios. Antes de comenzar la misa, propiamente dicha, en el templo o si se puede fuera, se lee lo que sucedió aquel día en."— Transcripción de la presentación:

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2 Ciclo A

3 Por eso hay dos evangelios. Antes de comenzar la misa, propiamente dicha, en el templo o si se puede fuera, se lee lo que sucedió aquel día en Jerusalén, según nos lo cuenta, en este año del ciclo A, el evangelista san Mateo. El segundo será la lectura de la Pasión. Celebramos el triunfo de Jesús en su entrada en Jerusalén, porque Él lo quiso, y celebramos el comienzo de la Semana Santa.

4 Al acercarse a Jerusalén, llegaron a Betfagé, al monte de los Olivos; Jesús envió a dos discípulos, diciéndoles: "Id a la aldea de enfrente; a la entrada encontraréis una borriquilla atada, y con ella un pollino; desatadlos y traédmelos. Y si alguien os dice algo, decidle: "El Señor los necesita, y en seguida los devolverá". Esto ocurrió para que se cumpliera lo que había dicho el profeta: "Decid a la hija de Sión: Mira que tu rey viene a ti humilde y montado en un asno, en un pollino, hijo de animal de carga". Los discípulos fueron e hicieron como Jesús les ordenó, y trajeron la borriquilla y el pollino. Pusieron sobre ellos sus mantos, y Jesús se montó. Muchos alfombraban el camino con sus mantos, y otros con ramas que cortaban de los árboles. Los que iban delante y detrás gritaban: ¡Viva el hijo de David! Bendito el que viene en nombre del Señor. ¡Viva Dios altísimo! Al entrar él en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió; decían: "¿Quién es éste?". Y la gente respondía: "Éste es Jesús, el profeta de Nazaret de Galilea". Mt 21, 1-11

5 Jesús quiere entrar en Jerusalén de una manera solemne haciendo un gesto “profético” para decirnos que quiere ser rey, no en sentido material, aunque es rey y dueño de todo el mundo como Dios, sino rey de amor. Por eso no entra en caballo, signo de grandeza, sino en signo de mansedumbre, bondad y amor.

6 Allí va un cortejo de pobres, de gente sencilla que cortan ramas de árboles, especialmente de olivos, que era lo que más había por allí, y los niños y los que se hacen como niños salen al encuentro del Señor. En esa entrada de Jesús no hay grandeza militar, política o económica, no hay carros de guerra ni soldados.

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8 salieron al encuentro del Señor aclamando:

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12 Esto lo hace notar el evangelista Mateo, ya que al escribir su evangelio especialmente dirigido a los israelitas, aprovecha para citar algún profeta del Ant. Testamento. Jesús no quiere triunfar en la línea del poder, sino en la del amor. Es la línea que debemos seguir. El hecho de que Jesús entrase en Jerusalén en triunfo, pero de manera humilde, lo había profetizado el profeta Zacarías.

13 Jesús ha vencido en sí mismo todo tipo de egoísmo, de ambición y ansia de poder. Es un hombre totalmente libre, porque está vacío de sí mismo, entregado al Padre y a la humanidad. Ha cumplido fielmente la misión encomendada. Y esto es lo que nos va enseñando a nosotros.

14 Jesús ha puesto en marcha un movimiento imparable de amor, al que nos unimos nosotros. Es un movimiento de victoria sobre el pecado. Es la victoria sobre las fuerzas que atenazan y hacen sufrir al ser humano, toda serie de injusticias y pecados, que deben ser superados y perdonados. Con estos sentimientos de estar unidos a Cristo en la victoria sobre el mal, cantamos en este día en la procesión de ramos:

15 Au to má ti co

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17 el rey de Israel.

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19 En un mundo tan congestionado, donde hay tantos crímenes y guerras, con los ramos queremos tener los sentimientos de paz con los que entraba Jesús en Jerusalén. El ir a la procesión con ramos indica no sólo el deseo de alabar al Señor, sino el deseo de la paz.

20 Esa vez el ramo de la paz no lo transporta el pico de la paloma sino las manos inocentes de pobres y niños. Con Cristo anhelemos la paz y reconciliación entre Dios y los hombres y la paz entre toda la humanidad. La paz con Jesús entonces no iba sobre alas de palomas sino sobre las patas de un burrito.

21 El deseo de la paz siempre lo tenía Jesús en sus saludos Con los ramos proclamamos que queremos ser no sólo seres pacíficos sino pacificadores, procurando, a ejemplo de Jesucristo, superar toda violencia, enemistad y rencor, para ir construyendo el reino de la verdad, justicia, libertad y amor. con la palabra “Schalom”.

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33 El ambiente de la liturgia cambia en el momento de comenzar la misa después de la procesión de ramos, que es la procesión de entrada. La primera lectura nos muestra, siguiendo el texto del profeta Isaías, al Mesías como el siervo de Yahvé, que se ofrece al Padre al cargar con nuestros pecados.

34 Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido una palabra de aliento. Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los iniciados. El Señor Dios me ha abierto el oído; y yo no me he revelado ni me he echado atrás. Ofrecí la espalda a los que me golpeaban, la mejilla a los que mesaban mi barba. No oculté el rostro a insultos y salivazos. Mi Señor me ayudaba, por eso no quedaba confundido; por eso ofrecí el rostro como pedernal, y sé que no quedaré avergonzado. Isaías 50, 4-7

35 Jesús no es sólo el siervo doliente, paciente, abatido; sino que es el siervo compasivo, que sabe “decir una palabra al abatido”. El salmo nos recuerda una palabra de Jesús, que es de dolor, pero también de esperanza y de entrega:

36 Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado? Automático

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38 Hágase tu voluntad. Hacer CLICK

39 Esta lectura primera del profeta Isaías nos marca el ambiente en el que san Mateo proclama la pasión de Jesús. La “Pasión” es la misma; pero cada evangelista le da una motivación especial. San Mateo, como se dirige a los israelitas, propone a Jesús como el justo condenado que sufre la violencia de parte de los pecadores.

40 Nos podemos fijar en algunos pocos detalles de la Pasión narrada por san Mateo. Cuando es prendido Jesús en el huerto por los que vienen con Judas, un discípulo con la espada corta la oreja al criado del sumo sacerdote. Jesús le dice: “Envaina la espada”. Jesús no pretende vencer con las armas sino con el amor.

41 A veces la Iglesia tiene tentaciones de vencer con las armas del mundo: el poder, las leyes, la astucia terrena, la diplomacia, el dinero. Las armas que Jesús quiere que usemos son las del amor. Jesús no se alarma por las armas y palos de los enemigos. Jesús se alarma cuando ve el arma en manos de uno de los suyos. Empuñar la Iglesia las armas del mundo es pérdida. La única ganancia es por medio del amor.

42 Vemos a Judas que reconoce su pecado ante la autoridad diciéndoles: "He pecado, he entregado a la muerte a un inocente". Parece un acto de fe, pero no es una fe con esperanza. En la vida hay muchas personas que sienten un gran vacío en su alma. Nosotros, aun en medio de una caída debemos tener la esperanza en Dios que siempre está con nosotros.

43 Podemos ver cuando Jesús está en la cruz y los sumos sacerdotes se reían de El y decían: “Que baje ahora de la cruz y le creeremos”. Pero el amor mantiene la palabra. A Jesús más que los clavos le mantiene en la cruz el amor. El amor no disminuye ni cuando está en la cruz reducido a la impotencia. Este quedarse clavado en la cruz es la confirmación definitiva y especial de su amor.

44 Hoy en la 2ª lectura san Pablo nos describe esta bajarse de Jesús para ser exaltado. Seguramente era un himno que los filipenses sabrían, porque habría sido ya proclamado por san Pablo: Jesús en la cruz no cae en la tentación del triunfalismo. Siente en sí la voz de los torturados por las injusticias, la violencia, el sufrimiento del abandono. Está aceptando el morir. Pero sabemos que esa muerte no es definitiva, sino que será para ir al verdadero triunfo.

45 Hermanos: Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango, y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo, y le concedió el "Nombre-sobre-todo-nombre"; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se dobla -en el cielo, en la tierra, en el abismo-, y toda lengua proclame: "¡Jesucristo es Señor!", para gloria de Dios Padre. Filipenses 2, 6-11

46 inclu- so a la muer- te, Automático

47 una muerte de cruz.

48 Por eso Dios lo levantó sobre todo

49 y le concedió el nombre

50 sobre todo nombre Hacer CLICK

51 Jesús se rebajó para ser exaltado. Muchos creían que la muerte de cruz sería el final de todo y la losa que luego pondrían en el sepulcro sepultaría para siempre su doctrina y la semilla que había puesto en la naciente comunidad. Pero Cristo en la cruz quema el hombre viejo para resucitar en nosotros el hombre nuevo.

52 Termina hoy el evangelio de la Pasión de Jesús según san Mateo con una escena diferente: Después que habían cerrado el sepulcro con la gran piedra, “María Magdalena y la otra María se quedaron allí sentadas enfrente del sepulcro”. Es como una postura contemplativa con una mirada que va más allá de las apariencias.

53 Hoy termina el evangelio con un anuncio de la resurrección, un anuncio que paradójicamente lo hacen los sumos sacerdotes y fariseos, pidiendo guardias a Pilato, porque Jesús había dicho que iba a resucitar. Ellos con sus guardias van a ser los testigos de que Cristo vencerá a la muerte.

54 Terminamos en este domingo de ramos alabando a Jesucristo, sabiendo que su muerte será nuestra victoria. Y como niños le ofrecemos los ramos de la fe, esperanza y amor, porque siguiéndole en vida esperamos también seguirle en la resurrección eterna.

55 ¡Gloria, alabanza y honor. Gritad hosanna y haceos Automático

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57 ¡Gloria, alabanza y honor al que viene en el nombre del Señor!

58 ¡Gloria, alabanza y honor al que viene en el nombre del Señor!

59 Gloria y alabanza a Jesús con María para siempre. AMÉN


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