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LA LIBERTAD DE ELECCIÓN O DE ARBITRIO

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Presentación del tema: "LA LIBERTAD DE ELECCIÓN O DE ARBITRIO"— Transcripción de la presentación:

1 LA LIBERTAD DE ELECCIÓN O DE ARBITRIO
Nosotros tenemos conciencia de que podemos elegir y de que podemos elegir esto o aquello. Estas dos capacidades, de ejercicio y de especificación, integran la capacidad de autodeterminación de la voluntad que se conoce como libertad de arbitrio, según la cual efectuamos la elección.

2 Libertad y determinismo
El defecto en esta acepción de la libertad consiste en decir que la libertad de arbitrio no es real, sino aparente. Según esta doctrina (el determinismo) nuestras elecciones y decisiones están previamente determinadas por motivaciones que ignoramos pero que son las auténticas causas de nuestro comportamiento.

3 Libertad y determinismo
Todos estos factores reducirían casi a cero el margen de la libertad de elección: la libertad sería sólo una apariencia de libertad. Cuando uno cree actuar libremente, en realidad está siguiendo un interés predeterminado, aunque lo desconozca (supervivencia de la especie, de la clase social, inconsciente, represiones, etc.).

4 Libertad y condicionamiento
Es evidente que la síntesis pasiva condiciona nuestra libertad de decisión. Pero una cosa es condicionar y otra suprimir. Los intereses inclinan a la voluntad en un determinado sentido, pero no anulan la libertad.

5 Libertad y elección El exceso en la valoración de la elección consiste en decir que la libertad significa, de modo principal, elección, y que basta elegir para agotar los proyectos de quien es libre. Lo importante es elegir; el bien o el mal son categorías externas a la libertad, no influyen en ella.

6 Libertad y elección El más cualificado representante de este modo de pensar es J. S. MilI, para quien: «si una persona posee una razonable cantidad de sentido común y experiencia, su propio modo de disponer de su existencia es el mejor, no porque sea el mejor en sí mismo, sino porque es su modo propio».

7 Libertad y elección Sostiene MilI que:
«la única libertad que merece ese nombre es la de perseguir nuestro propio bien a nuestra propia manera mientras no intentemos privar a los demás del suyo (...) Cada uno es el mejor guardián de su propia salud física, mental o espiritual. La humanidad se beneficia más consintiendo a cada uno vivir a su manera, que obligándole a vivir a la manera de los demás».

8 Libertad y elección Esta mentalidad está muy extendida en Occidente, y viene a sostener que cada uno es libre de elegir lo que quiera siempre que los demás no se vean perjudicados: Aunque alguien se equivoque, es preferible dejarle en el error antes que imponerle una opinión o una elección que no sea la suya propia.

9 Libertad y elección Este modo de entender la libertad va necesariamente acompañado de la idea de que todos los valores son igualmente buenos para aquel que libremente los elige Pues lo que los hace buenos no es que en sí mismos lo sean, sino el hecho de que son libremente elegidos.

10 Libertad y elección A su vez, todo aquello que alguien elija libremente, es no sólo tolerable, sino admirable, puesto que es expresión de autenticidad. Lo importante no es hacer el bien o el mal, sino ser honrado con uno mismo, expresarse de un modo auténtico, no reprimir la propia espontaneidad con reglas o modos de hacer extraños a uno mismo.

11 Libertad y autenticidad
Esta opinión contiene verdades indudables: sin libertad de elección, no se puede usar de la libertad que constitutivamente se es Tampoco se puede imponer a nadie el bien y la verdad a costa de sacrificar su libertad: vale intentar educar, guiar hacia unos valores, etc., pero imponer a alguien que ya puede decidir desde sí mismo es rebajarle como persona La autenticidad es un ideal irrenunciable, y consiste en ser fiel a uno mismo.

12 Elección y deficiencias
Pero en el hecho de poner la libertad de elección como valor primero se advierten algunas deficiencias: a) Se tiende a dejar en la penumbra los condicionamientos de la elección. Por eso se concibe la libertad como espontaneidad, porque se piensa que el deseo espontáneo nace sólo de sí mismo, y con él se realiza uno a sí mismo. Pero ser de verdad espontáneo es muy difícil: creer que uno se realiza a sí mismo sólo por elegir lo que «espontáneamente» prefiera es engañarse, pues equivale a guiarse por los deseos e impulsos sensibles, no por la voluntad. Es un vivir que me pasa, más que un vivir cuya fuente de autenticidad sea yo.

13 Elección y deficiencias
b) Los fines de la acción pasan a ser indiferentes, lo que importa es el carácter libre de la elección. Se prima la espontaneidad, pero no se recomienda ningún valor en especial, ni un fin más que otro. Si vivir con autenticidad significa probarlo todo, al final lo que resulta es el vacío.

14 Elección y deficiencias
c) Cuando mi libertad se relaciona con la de los demás, ¿hasta dónde debo ser tolerante con la elección ajena?, desde la libertad entendida como espontaneidad, ¿tiene sentido la acción de aconsejar, de ayudar?, ¿hay algún criterio o todo vale lo mismo, o todo vale nada? Si sólo hay espontaneidad, si no existe un acuerdo previo acerca de qué cosas son perjudiciales, es imposible establecer los límites de lo tolerable y lo intolerable. «El ideal de la libre elección supone que hay otros criterios además del simple hecho de elegir».

15 Elección y deficiencias
d) Independientemente de la elección de algo, lo elegido tiene en sí mismo un determinado valor, que favorece o no el perfeccionamiento de la persona interesada y de los que le rodean: Las cosas y las acciones tienen un valor y una naturaleza objetivos. Si la marihuana es perjudicial o no, no es algo que dependa sólo de mi convicción.

16 Elección y deficiencias
e) Por último, la idea de que lo espontáneo es lo natural, y por tanto lo bueno, supone ponerse en manos de la biología La libertad es la adecuada gestión de las ganas, y unas veces habrá que seguirlas y otras, no. El deseo no es indicio de nada, más que de sí mismo. El deseo va dentro de proyectos más amplios, brillantes y creadores

17 Elección y criterios Podemos elegir bien, y mejorar nuestra condición, o mal, y equivocamos respecto de lo que nos conviene. Para logrado necesitamos unos criterios, de modo que las preferencias se lleven a cabo, no según las «ganas», sino respondiendo a un proyecto de vida concretado en ciertos valores, marcados por un determinado fin

18 Elección y criterios Esos valores se aprenden mediante una educación: uno se encuentra situado dentro de una institución (por ejemplo, y sobre todo, la familia) y de una tradición. Se puede elegir libremente una conducta que arruine la propia vida, o bien uno puede maximizar su libertad haciendo de su vida una vida bella.


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