Valor incomparable de la persona humana

Presentación del tema: "Valor incomparable de la persona humana"— Transcripción de la presentación:

1 Valor incomparable de la persona humana
Evangelium Vitae # 2

2 El hombre está llamado a una plenitud de vida que va más allá de las dimensiones de su existencia terrena, ya que consiste en la participación de la vida misma de Dios.

3 Lo sublime de esta vocación sobrenatural manifiesta la grandeza y el valor de la vida humana incluso en su fase temporal. La vida en el tiempo es condición básica, momento inicial y parte integrante de todo el proceso unitario de la vida humana.

4 Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!. El mundo no nos conoce porque no le conoció a él. 1 Jn 3, 1-2 Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal cual es.

5 No estamos llamados a la vida terrena:
En verdad, esa no es realidad «última», sino «penúltima»; es realidad sagrada, que se nos confía para que la custodiemos con sentido de responsabilidad y la llevemos a perfección en el amor y en el don de nosotros mismos a Dios y a los hermanos. No estamos llamados a la vida terrena:

6 Tiene un eco profundo y persuasivo en el corazón de cada persona, creyente e incluso no creyente, porque, superando infinitamente sus expectativas, se ajusta a ella de modo sorprendente. La Iglesia sabe que este Evangelio de la vida, recibido de su Señor:

7 El valor sagrado y el carácter inviolable de la vida (desde su inicio hasta su término natural)
El ser humano tienen inscrito desde siempre en su corazón: En el reconocimiento de este derecho se fundamenta la convivencia humana y la misma comunidad política. Los creyentes en Cristo deben, de modo particular, defender y promover este derecho.

8 «tanto amó al mundo que dio a su Hijo único» (Jn 3, 16)
En éste acontecimiento salvífico se revela el amor infinito de Dios. «tanto amó al mundo que dio a su Hijo único» (Jn 3, 16) «El Hijo de Dios, con su encarnación, se ha unido, en cierto modo, con todo hombre»

9 La Iglesia, escrutando asiduamente el misterio de la Redención, descubre con renovado asombro este valor y se siente llamada a anunciar a los hombres de todos los tiempos este «Evangelio», fuente de esperanza inquebrantable y de verdadera alegría para cada época de la historia.

10 El Evangelio del amor de Dios al hombre, el Evangelio de la dignidad de la persona y el Evangelio de la vida son un único e indivisible Evangelio. Por ello el hombre, el hombre viviente, constituye el camino primero y fundamental de la Iglesia.

11 «La morada de Dios con los hombres» (Ap. 21,3)
La Iglesia es: «La morada de Dios con los hombres» (Ap. 21,3) Tienda del encuentro con Dios de modo que el hombre no está solo. En ella, el hombre temeroso y con su esfuerzo por humanizar, encuentra apoyo en el amor redentor de Cristo.

12 La Iglesia es servidora de la salvación no en abstracto o en sentido meramente espiritual, sino en el contexto de la historia y del mundo en que el hombre vive, donde lo encuentra el amor de Dios y la vocación de corresponder al proyecto divino.