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Había una vez tres hermanos mozos, que tenían por nombres Ambicioso, Egoísta y Conforme. No tenían hogar en donde acomodarse, determinaron irse por esos.

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1 Había una vez tres hermanos mozos, que tenían por nombres Ambicioso, Egoísta y Conforme. No tenían hogar en donde acomodarse, determinaron irse por esos mundos a buscar refugio. Llegaron a un lugar en el que se tenian que separarse. Decidieron seguir cada cual por un camino diferente, quedando en un acuerdo de volver a reunirse allí mismo a los tres años, para platicar mutuamente cómo les había ido y lo que habían hecho en todo ese tiempo. Ambicioso Egoísta Conforme

2 Para aquel entonces, Nuestro Señor andaba por el mundo con sus discípulos. El mayor de los hermanos que se llamaba Ambicioso se encontró con el apóstol Pedro. Pedro lo saludo muy gentilmente; Buenos días, la paz sea contigo. A la misma vez le preguntó; ¿Cual es tu nombre? El joven le contesto Ambicioso. Pedro le dijo; Es un nombre muy poderoso si en realidad lo sabes usar. ¿Te gustaría ayudarme a servir a mi amo, Jesús ? A lo que estuvo él muy dispuesto. Ambicioso

3 Pedro le dijo: Te tengo que hacer una pregunta importante
Pedro le dijo: Te tengo que hacer una pregunta importante. ¿Y por qué me quieres ayudar a servir, por la gloria de hacerlo o por dinero? -Por el dinero, contestó Ambicioso. Pedro quedo un poco triste al oír la repuesta pero ambos quedaron conformes.

4 Egoísta Lo mismo sucedió con el segundo hermano que se llamaba Egoísta cuando se encontró con el apóstol Juan. Egoísta también lo ayudo a servir por el por dinero, como el hermano mayor lo hizo con Pedro. Juan también se sintió herido al escuchar la repuesta de Egoísta.

5 Conforme Pero no paso así con el más chico que se llamaba Conforme, que se encontró con Jesucristo. Cuando Jesús le pregunto que si quería servirle y por que lo haría; Conforme le dijo que no quería dinero, sino que lo haría por la gloria de servirlo.

6 Paso el tiempo y los tres hermanos le sirvieron a sus amos por tres largos años; entonces una vez cumplieron su tiempo se despidieron de sus amos, para cumplir la palabra que se habían dado de encontrarse los tres el día señalado en el lugar donde se habían separado.

7 Cuando se reunieron, Ambicioso y Egoísta sacaron el dinero que habían ganado durante el tiempo transcurrido. Habían ganado tanto dinero que muy fácilmente se harían ver como personas notable dentro de la sociedad. Tenían muchos planes para utilizar ese dinero en cosas materiales para así dar a entender de que ellos tenían valor como personas. Al ver a su hermano chico “Conforme” le preguntaron; Donde esta lo que te has ganado?; Ambicioso Egoísta

8 Este les contestó; nada traigo, yo sólo he servido a mi amo por la gloria de servirlo. Los hermanos se burlaron de él, y le dijeron; Tu estas loco o que te pasa. No sabes que si no tienes dinero no eres nadie. Nadie te va a tener respeto. Nadie te va ver como un señor de señores. Sabes que, nosotros nos vamos cada cual por nuestro camino y no se te ocurra venir a nosotros para pedir dinero cuando lo necesites. Tu perdiste el tiempo y la oportunidad de hacer bastante dinero como nosotros. “Conforme” quedo muy sentido cuando sus hermanos le hablaron de esa forma pero estaba muy contento por lo que había hecho. Conforme

9 Tanto Ambicioso como Egoísta se casaron con mujeres ricas, se pusieron a traficar con sus dineros y se hicieron unos señorones de los más prestigiados, gastando su dinero en mucho lujo y mucha fantasía. Se sentían contentos y afortunados. No les faltaba nada materialmente

10 Sin embargo “Conforme” el mas chico, como que era pobre, se casó con una joven pobre. Tuvo unos cuantos hijos, y cada vez se sentía mas pobre de lo debido. Fue tanta la pobreza que tuvo que ir a vivir a una chocita al campo. Tuvo que hacerlo para así poder cuidar a sus hijos. Esto nunca lo separo del amor que tenia por su amo. Siempre le daba gracias por todo lo que tenia.

11 Al cabo de muchos años el Señor y sus discípulos pasaron por aquella tierra. El Señor les propuso a sus apóstoles que fuesen cada cual a ver al criado que le había servido. Llegó, pues, Pedro a casa del hermano mayor Ambicioso, y le dijo a uno de los muchos criados que tenía: -Anda y dile a tu señor que aquí está su amo, que si lo quiere hospedar. Ambicioso al oír aquel recado se puso hecho un toro de fuego. -¡Yo servir! -contestó-. ¡Yo servir a un amo! Será mejor que ese tal amo me sirva a mi. Es que no se ha dado cuenta de mis propiedades son de herencia; yo nunca he servido; ese hombre está loco; dile que se vaya, y que si no, le echo los perros. Pedro al oír esto movió su cabeza de lado a lado. Solo le comento a los criados de “Ambicioso”; decidle que nada de lo que posee, tiene valor en las alturas.

12 Y lo mismo sucedió punto por punto cuando Juan se acerco a la casa de Egoísta el segundo hermano. Este le contesto en manera áspera; Fuera de mi propiedad, no tengo tiempo para atender a mendigos. Juan también tuvo mucha pena por ver como Egoísta se perdía entre las cosas del mundo. Juan a todo esto le dijo; La Paz este con vosotros! Entre tanto, el Señor había llegado a la choza de Conforme el hermano menor. Este había ido al monte por una carguita de Leña. Su esposa, cuando vio llegar a Jesús le dijo; adelante, Conforme no esta en estos momentos pero creo que no tarde. Jesús viendo la humildad paso y se sentó mientras esperaba por Conforme.

13 Cuando su esposa vio venir a Conforme del monte, le salió al encuentro y le dijo; apúrate, en la choza esta tu amo. El muy contento exclamo; -¡Mi amo! ¡Mi amo! -gritó el pobre fuera de sí de alegría-. ¡Mi amo! -repetía llorando y besando las manos de Jesús-. Le dijo; Poco tengo, Señor; pero ese poco es de tu merced. Le dijo a su esposa; Mujer, dale al amo lo que hay en casa; ¡todo! ¡Y pronto, pronto! Su esposa le dijo que nada había, solo pan. -¡Qué pena! -dijo afligido el marido-. Pero si otra cosa hay, tráelo.

14 Jesús se sentó en la mesa con ellos y comió el pan que de tan buen corazón le ofrecieron y le bendijo. Jesús nos enseña siempre debemos de pedir la bendición por nuestros alimentos; por eso, en fin, le nombra el hombre con reverencia y gratitud el pan de Dios.

15 Después que hubo comido, le dijo el Señor al pobre: -No te recompenso tu buena voluntad haciéndote rico, las riquezas nos dan la felicidad en la tierra pero dificultan mucho la entrada al cielo; Por tu fidelidad te prometo que no te faltará el pan a ti ni tampoco a tu familia aun cuando ganárselo no puedan, la caridad te lo dará. Sigue agradeciendo a quien contigo lo ejerza, que el agradecer es una obligación como el dar.

16 Fin! By Nabor Luciano


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