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IV Domingo de Cuaresma -B- 22 de marzo de 2009

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Presentación del tema: "IV Domingo de Cuaresma -B- 22 de marzo de 2009"— Transcripción de la presentación:

1 IV Domingo de Cuaresma -B- 22 de marzo de 2009
Música: “Jesús expira“ liturgia maronita IV Domingo de Cuaresma -B- 22 de marzo de 2009

2 2Cr 36, Del mismo modo todos los jefes de los sacerdotes y el pueblo pecaron sin cesar, practicando las abominaciones idolátricas de las naciones y contaminando el templo que el Señor se había consagrado en Jerusalén. El Señor, Dios de sus antepasados, en su afán de salvar a su pueblo y a su templo, les envió continuos mensajeros. Pero se burlaron de ellos, menospreciaron sus palabras, y se burlaron de sus profetas, hasta colmar la ira del Señor contra su pueblo, hasta tal punto que ya no hubo remedio. El templo del Señor fue pasto de las llamas, las murallas demolidas, los palacios incendiados y todos los objetos preciosos destruidos. Nabucodonosor deportó a Babilonia a los que habían escapado de la espada, los cuales pasaron a ser esclavos del rey y de sus hijos hasta el advenimiento del imperio persa. Así se cumplió la palabra del Señor pronunciada por Jeremías: «La tierra descansará asolada durante setenta años hasta que recupere sus años de descanso sabático». El año primero de Ciro, rey de Persia, en cumplimiento de la profecía de Jeremías, el Señor despertó el espíritu de Ciro, rey de Persia, que publicó de palabra y por escrito por todo su reino este edicto: «Así dice Ciro, rey de Persia: El Señor, Dios del cielo, me ha dado todos los reinos de la tierra y me ha encomendado construirle un templo en Jerusalén de Judá. Los que de entre vosotros pertenezcan a su pueblo, que vuelvan, y que el Señor su Dios esté con ellos». Ciro, rey de Persia

3 Salmo 136 Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti.
Junto a los ríos de Babilonia, nos sentábamos a llorar acordándonos de Sión; en los álamos de la orilla colgábamos nuestras cítaras.

4 Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti.
Los que allí nos deportaron nos pedían canciones, y nuestros opresores, alegría: «¡Cantadnos una canción de Sión!».

5 Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti.
¿Cómo cantar una canción al Señor en tierra extranjera? Si me olvido de ti, Jerusalén, que se me seque la mano derecha.

6 Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti.
Que se me pegue la lengua al paladar, si no me acuerdo de ti, si no te pongo, Jerusalén, en la cumbre de mi alegría..

7 Trinidad Ef 2,4-10 Pero Dios, que es rico en misericordia y nos tiene un inmenso amor, aunque estábamos muertos por nuestros pecados, nos volvió a la vida junto con Cristo –¡por pura gracia habéis sido salvados!–, nos resucitó y nos sentó con él en el cielo. De este modo quiso mostrar a los siglos venideros la excelsa riqueza de su gracia, hecha bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Por la gracia, en efecto, habéis sido salvados mediante la fe; y esto no es algo que venga de vosotros, sino que es un don de Dios; no viene de las obras, para que nadie pueda presumir. Somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para realizar las buenas obras que Dios nos señaló de antemano como norma de conducta. Dios es rico en amor

8 Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único. Jn 3,16

9 Lo mismo que Moisés levantó la serpiente de bronce en el desierto, el Hijo del hombre tiene que ser levantado en alto, para que todo el que crea en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenarlo, sino para salvarlo por medio de él. El que cree en él no será condenado; por el contrario, el que no cree en él, ya está condenado, por no haber creído en el Hijo único de Dios. El motivo de esta condenación está en que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque hacían el mal. Todo el que obra mal detesta la luz y la rehuye por miedo a que su conducta quede al descubierto. Sin embargo, aquel que actúa conforme a la verdad, se acerca a la luz, para que se vea que todo lo que él hace está inspirado por Dios.  Jn 3,14-21


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