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El Modelo de Salud Pública: Un paradigma alterno para el Manejo de la Adicción a Drogas & Retos para el Trabajo Social Gisela Negrón Velázquez, Ph.D.,

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Presentación del tema: "El Modelo de Salud Pública: Un paradigma alterno para el Manejo de la Adicción a Drogas & Retos para el Trabajo Social Gisela Negrón Velázquez, Ph.D.,"— Transcripción de la presentación:

1 El Modelo de Salud Pública: Un paradigma alterno para el Manejo de la Adicción a Drogas & Retos para el Trabajo Social Gisela Negrón Velázquez, Ph.D., M.S.W. Catedrática, Directora Interina Departamento de Trabajo Social UPR, Río Piedras Directora, Comisión para el Estudio de la Criminalidad & las Adicciones Viernes, 20 de marzo de 2009 NASW-PR

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3 Cuando reflexionamos sobre los vínculos que existen entre diversas manifestaciones de la violencia…
…..y la adicción a drogas (legales, ilegales y recetadas) podemos entender la pertinencia del tema para los y las trabajadoras sociales que son uno de los grupos profesionales que laboran diariamente con personas, familias y comunidades afectadas por problemas relacionados a la violencia y a los trastornos de sustancias.

4 Fijense donde actuan las diferentes substancias adictivas en el circuito del placer, aumentando la secrecion de dopamina y produciendo sensaciones placenteras, en muchas ocasiones mas potentes que las de las actividades autopreservadoras. El alcohol actua a nivel del globus pallidus, que se conecta al circuito. Por esto es que decimos que la adiccion es verdaderamente una enfermedad del cerebro, pues estas substancias actuan a nivel del cerebro y llegan a “secuestrar” el circuito del placer. Si no existe esto, no hay enfermedad adictiva. A medida que la ciencia avanza en el conocimiento de esta enfermedad, pueden ayudar a encontrar un tratamiento efectivo para el adicto en recuperacion.

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6 Trastornos de Sustancias
Podríamos concluir que la adicción es una enfermedad crónica primaria, con factores biológicos-genéticos, psicosociales y ambientales que influencian su desarrollo y manifestaciones, la cual, con frecuencia es progresiva y genera consecuencias fatales (ASAM, 2001; OMS, 2004).

7 Hoy hablamos sobre la base neurobiológica de las adicciones porque necesitamos revisar la forma en que hemos estado abordando los trastornos de sustancias de forma tal que logremos afianzar el proceso de cambio paradigmático que necesitamos tener. Por más de un siglo hemos partido de la premisa de que las adicciones son “un vicio”, o una debilidad humana que ocurre por la falta de moral, de integridad y de carácter de quienes la padecen. Este modelo de déficit y esta visión moralista y punitiva de las adicciones ha generado un fenómeno social conocido como la “criminalización” de las adicciones.

8 Capacidad Para Tratamiento de Drogas en PR, 2002:
Fuente : Colón, H. et al., CEA,2002

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10 Tasas de SIDA por 100 mil Habitantes para Puerto Rico y
otros países para el Año 2000 30 16.7 7.2 1.4 2.1 1.1 0.5 PR EE.UU. Espa Austr Can R.U. Alem 5 10 15 20 25 35 Tasa por 100 mil habitantes TASA

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12 Tratamiento Farmacológico Con servicios Psicosociales según sea necesario
____________________________________ DROGA                            MEDICAMENTO_____________________________________________ Heroina                          Metadona, buprenorfina  Alcohol                             naltrexona, antabuse, acamprosato  Tabaco/nicotina              Wellbutrin, Zyban, parchos, chicles y otras formulaciones de nicotina  Cocaína En desarrollo Marihuana Canabinol tabletas _________________________________________________

13 En el caso de la Diabetes Tipo II o en el caso de la Hipertensión, tendemos a utilizar el modelo de déficit porque culpamos a las personas por sufrir estas condiciones. Sin embargo ni por un segundo nos atreveríamos a considerar negarles el tratamiento médico que necesiten para controlar su condición de salud. Con los trastornos de sustancias también culpamos a las personas pero cruzamos mas allá de la adjudicación de culpas para incluso negarles el tratamiento médico-social que necesiten.

14 (Albizu et al., 2005) Las personas con abuso y/o dependencia a drogas están sobre-representadas en los penales del país en una proporción que es 10 veces mayor a la de la población en general y que los confinados con trastornos de drogas proceden de los estratos socio-económicas más bajos. Encarcelar a un adicto/a cuesta al año más de $40,000 mientras que el tratamiento con metadona cuesta unos $6,000. Se puede tratar a 7 personas adictas a heroína con lo que cuesta encarcelar a una.

15 “La criminalización y la estigmatización de los trastornos de sustancias sustentados por un modelo de déficit le ha traído al País muchísimas y graves consecuencias no anticipadas, tales como:

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22 La necesidad de tratar a las personas afectadas por trastornos de sustancias (adictas, en recuperación o en riesgo) como seres humanos valiosos y dignos que merecen recibir tratamiento libre de estigma, de discrimen y de otras barreras” debe ser un postulado firme y consistente de nuestra profesión.

23 El Modelo de Salud Publica: Un paradigma alterno: (Albizu, Negrón, González & Santiago, 2006)

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25 En PR existe la percepción ciudadana de que nuestra relación con EEUU nos impide adoptar políticas alternas a las que impone la prohibición. Entre 1996 y 2002, (46) estados adoptaron (150) medidas para reformar su política de drogas sustentándose en principios de salud pública, de derechos civiles y de responsabilidad fiscal. En 17 estados, refrendaron medidas tales como la legalización de la marihuana para tratamiento médico y actualmente California evalúa la legalización regulada. La reducción de las confiscaciones, el desvío a tratamiento en vez de ir a prisión y la reducción o eliminación de las sentencias mandatorias

26 California adoptó la política de enviar a los usuarios de drogas, que no hubieran cometido ofensas violentas, a tratamiento en vez de ir a prisión. Ahorro de los contribuyentes ascendente a dos dólares con cincuenta centavos ($2.50) por cada dólar invertido en tratamiento. El ahorro total del gobierno estatal y de los gobiernos locales generados al año de la implantación de la nueva medida se calcularon en $173.3 millones.

27 Premisas del Modelo de Salud Pública

28 Perspectiva sobre la salud en la que se reconoce la importancia de las relaciones sociales, de la política pública, de las desigualdades económicas, de las normas sociales y del entorno ecológico sobre las conductas vinculadas a la salud que llevan a cabo los individuos y sobre el estado de salud de la población (Albizu, Negrón, González & Santiago, 2006).

29 (Albizu, Negrón, González & Santiago, 2006).
Para la persona que no está lista para alcanzar la abstinencia o para entrar en un programa de medicación, por ejemplo, las estrategias de la salud pública se concentran en minimizar los riesgos que el uso de las drogas pueda representar para la persona y para su comunidad, mientras que no se esté listo para descontinuar el uso.

30 Estrategias de prevención deben ir dirigidas a disuadir o posponer el inicio del consumo de las drogas legales e ilegales centrados en información veraz y verificable que aumenten la confianza de los adolescentes en que los adultos les llevan mensajes creíbles. Estrategias de prevención para reducir el inicio y el uso problemático de las drogas en la adolescencia deben valerse de programas extracurriculares en las escuelas, de mentores, y de programas de adiestramiento para el mercado de trabajo diestro. La educación sobre drogas tiene que ser veraz, sin exageraciones y provista por personal académico debidamente adiestrado.

31 (Albizu, Negrón, González & Santiago, 2006).
La prevención también debe ir dirigida a reducir significativamente las consecuencias adversas que resultan del uso inadecuado de drogas con potencial de abuso, sea legal o ilegal, en los individuos, su familia y su comunidad. Estas estrategias deben estar sustentar en datos científicos y no en ideologías demonizantes. Tampoco se deben financiar programas cuya falta de efectividad haya sido comprobada

32 La postura oficial de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos
Entiende la adicción como una enfermedad crónica similar a la Diabetes tipo II, a la que contribuyen factores biológicos, ambientales y de estilo de vida que se caracteriza por remisiones y recaídas (NIDA, 2007). La terapia farmacológica facilita la normalización de la persona, reduce eventos adversos de salud y facilita su participación en otros componentes de tratamiento que atiendan sus necesidades sociales y de salud. Tanto con la diabetes con la hipertensión y con los trastornos de sustancias, se recomienda una combinación efectiva de tratamientos farmacológicos con servicios psicosociales, sustentado en evidencia científica. Esta combinación debe estar disponible a quienes lo necesitan.

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34 Bajo un modelo de salud pública no se asume que sólo el sector de servicios médico-hospitalarios tiene un rol protagónico en el manejo del fenómeno. Tampoco se explica el uso problemático de las drogas como una “enfermedad” biológicamente determinada, cuya trayectoria es indefinida y que sólo puede modificarse con la intervención del sector de servicios médicos. Se reconoce, sin embargo, que se pueden identificar factores de riesgo que se asocian con una mayor probabilidad de desarrollar un desorden debido al uso compulsivo de la sustancia, caracterizado por cambios biológicos a nivel cerebral, y que la compulsión puede desembocar en diversos grados de disfunción social.

35 Las medidas de salud publica no están orientadas a utilizar la coerción
Se reconoce la relevancia de la voluntariedad del tratamiento y la importancia de facilitar a la persona, cuyo uso es problemático, de las oportunidades para evaluar lo que para él o ella significa el uso de drogas y el valor que puede tener el tratamiento para mejorar su estado de salud y su funcionamiento social. Conforme a sus principios, la salud pública debe garantizar el acceso a un tratamiento efectivo y sensible a los derechos de los participantes, mediante servicios que no estigmaticen, discriminen o demonicen.

36 Practica basada en evidencia científica
(Evidence-Based Practice)

37 Se refieren a tratamientos específicos, acercamientos o procedimientos que han sido evaluados en estudios clínicos experimentales (Randomized control trials) y han demostrado ser más efectivos que “el tratamiento que comúnmente se usa” para tratar una condición en particular (Eliason, 2007). En estos estudios los/as participantes tienen la misma probabilidad de ser asignados al grupo experimental (recibe el tratamiento) y al grupo control (reciben un placebo) y se desarrollan manuales que sirven de guía al terapista para aplicar el modelo de intervención que se esté probando.

38 Este tipo de estudio ha demostrado que el mantenimiento con metadona, por ejemplo, es uno de los tratamientos más efectivos que existen no sólo en la adicción sino en muchas otras especialidades de la medicina. Se sabe que un programa de mantenimiento con metadona con un diseño adecuado, incluyendo dosis adecuadas del medicamento e intervenciones psicosociales con profesionales preparados, puede lograr hasta un 80% de retención en tratamiento a los 12 meses. Esto significa que 4 de cada 5 pacientes pueden tener buenos resultados reintegrándose a sus funciones de ciudadano responsable, trabajando, ejerciendo sus roles familiares, entre muchas otras ganancias.

39 Sin embargo, los estudios de efectividad en otras modalidades de tratamiento son escasos. Por lo mismo, investigadores/as de este campo han planteado la necesidad de aceptar otros tipos de evidencia que apunten hacia mejoras en los servicios aunque estas no sean producto de estudios experimentales ya que este tipo de estudio no siempre es viable, no siempre son éticos y/o no siempre responden a las preguntas de investigación (Victora, Habicht & Bryce, 2004; Eliason, 2007).

40 Una revisión exhaustiva de la literatura científica en este campo llevó a Hubble, Duncan y Miller (1999) a identificar cuatro factores que contribuyen significativamente al proceso de recuperación de las personas con trastornos de sustancias:

41 40%. Circunstancias de vida del participante
40% Circunstancias de vida del participante externas a la relación terapéutica 30% La relación paciente-profesional 15% Placebo, esperanzas y expectativas de cambio. 15% Modelos o técnicas especificas de tratamiento

42 40% Circunstancias de vida del participante
40% Circunstancias de vida del participante externas a la relación terapéutica La perdida de empleo, la perdida de personas significativas, experiencias de maltrato y abuso sexual, la deserción escolar, los procesos de socialización y las diferencias por género son ejemplos de factores externos a la relación terapéutica que pueden afectar el inicio, desarrollo, tratamiento, recuperación y consecuencias del comportamiento adictivo.

43 Las compañías de alcohol y tabaco dirigen sus campañas a niños y jóvenes.
Los menores reemplazan a las personas que han dejado de fumar o están muriendo por fumar. Aumentan la capacidad adictiva de su producto y las ganancias se maximizan. Entre 17.5 % -- $22.5 billiones – de las ganancias de las industrias de alcohol provienen del consumo de alcohol entre menores de edad.

44 Daniel Duncan, (October 12, 2006) We're Letting Down Our Kids Over Tobacco and Alcohol, Join Together “La mitad del dinero que se gasta en alcohol viene del bolsillo de alguna persona adulta adicta al alcohol o de algún menor.“

45 30% La relación paciente-profesional
Empatía del terapista (Network for the Improvement of Addiction Treatment, 2005): Se puede poner en el lugar de la otra persona. Tiene habilidad para escuchar reflexivamente. Clarifica el significado de lo que dice el paciente. No impone juicios ni valores. Dialoga sobre el consumo actual o recaída sin juzgar y sin usar términos punitivos. No avergüenza al participante.

46 Empatía del terapista (Network for the Improvement of Addiction Treatment, 2005):
Si tiene reservas para trabajar con esta población, busca mentoría de profesionales experimentados (ética) También es importante que el o la terapista muestre un interés genuino por el estado de salud y bienestar del paciente. Muestre disposición para trabajar con el/las necesidades del paciente al ritmo de éste/a. Muestra que aprecia el valor y respeta la dignidad del participante.

47 15% Placebo, esperanzas y expectativas de cambio.
Habilidad del terapista para partir desde donde está el cliente en su proceso y no desde donde el o la terapista desea que el paciente esté. Participación activa del paciente en el proceso de cambio, establecer las metas del tratamiento con el/a participante y dar refuerzo positivo cuando adopta conductas saludables, cuando eliminan conductas riesgosas y cuando mejora su estado clínico. Un área de especial atención para el trabajo social es el manejo y el rol que se le da a la religión y a la espiritualidad en el proceso de recuperación, respetando el principio de la libre determinación en todo momento. .

48 15% Modelos o técnicas especificas de tratamiento
El pasado 30 de junio, el National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism (NIAAA) encontró evidencia científica de que las personas que padecen de alcoholismo y toman medicinas para esta condición según les es recetada por sus médicos (naltrexone o acamprosate) son más exitosas en mantenerse sobrias durante tiempo prolongado que aquellos pacientes que no reciben medicamentos o que no los toman según indicados (Negrón-Velázquez, 2008).

49 NIAAA también encontró que las personas que recibían servicios psicosociales o de apoyo social, pero no recibían medicamentos, eran significativamente menos exitosas en el proceso de recuperarse (

50 Tratamiento Farmacológico
____________________________________ DROGA                            MEDICAMENTO_____________________________________________ Heroina                          Metadona, buprenorfina  Alcohol                            naltrexona, antabuse, acamprosato  Tabaco/nicotina              Wellbutrin, Zyban, parchos, chicles y otras formulaciones de nicotina  Cocaína En desarrollo Marihuana Canabinol tabletas _________________________________________________

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52 Existe, además, evidencia científica de que podemos ser exitosos en el tratamiento si (Network for the Improvement of Addiction Treatment, 2005): Creamos enlaces entre paciente y profesionales de ayuda (TS, consejero, psicologo-a, etc.). Eliminamos las barreras que obstaculizan el ingreso de los/as participantes a tratamiento y a la continuación del mismo. Facilitamos el aprendizaje entre pares y con los-as consejeros sobre las expectativas de las diversas modalidades de tratamiento. Integramos a la práctica profesional las tareas de cernimiento inicial (screening), intervención breve y referidos (SBIR). Utilizamos modelos de intervención con acercamientos motivacionales.

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54 Trece principios básicos de un tratamiento efectivo para los trastornos de sustancias, según NIDA (1999). No existe un solo tipo de tratamiento para todas las personas (no hay tratamiento “one-size-fits-all). El tratamiento tiene que estar disponible en todo momento para las personas que lo necesiten. El tratamiento efectivo atiende múltiples áreas de necesidad de las personas, no solo su consumo de drogas. El plan de tratamiento de una persona debe ser revisado continuamente para ajustarlo a los cambios que ocurran en las necesidades de los/as participantes. Un tratamiento efectivo requiere tiempo adecuado en tratamiento (no menos de 3 meses)

55 Los servicios psicosociales (individual y grupal) son un elemento esencial en el tratamiento efectivo de los trastornos de sustancias. La farmacología es un elemento esencial en el tratamiento de las adicciones y suele funcionar mejor cuando se combina con servicios psicosociales. Las personas que padecen de otras enfermedades concurrentes deben recibir tratamiento que integre el cuidado de ambas condiciones. La desintoxicación es solo una primera fase dentro de un continuo de tratamiento. La desintoxicación sola no produce cambios a largo plazo en el consumo de drogas. A corto plazo y sin supervisión, la desintoxicación puede aumentar el riesgo de una sobredosis.

56 El tratamiento involuntario puede ser efectivo.
Se debe monitorear el uso de drogas durante el tratamiento, no para castigar y sacar a la persona del servicio sino para trabajar junto al participante sus experiencias de remisión y recaídas. Todo programa de tratamiento debe llevar a cabo actividades de mitigación de daños que incluyan la prevención del contagio de VIH y de Hepatitis B y C, de forma tal que la persona modifique su conducta y reduzca el riesgo de infectarse y de infectar a otras personas. La recuperación de un trastorno de sustancias es un proceso a largo plazo y con frecuencia requiere múltiples experiencias de tratamiento.

57 Conclusiones & Recomendaciones

58 Educar a los y las trabajadores sociales sobre el fenómeno de las drogas es imperativo para poder contar con una fuerza laboral capaz de implantar con fidelidad y con convencimiento las estrategias que se adopten bajo la política centrada en un modelo salubrista.

59 Exigirle al estado que:
Redistribuya los recursos asignados a atender el fenómeno de las drogas de manera que la mayor inversión se haga en prevención y tratamiento y no en el control de oferta. Garantice enlaces entre agencias de servicios sociales, justicia, educación y salud (entre otras) de manera que desde cualquiera de estas agencias se identifique, evalué, refiera o trate de forma integral a la persona con un problemas de alcohol u otras drogas.

60 Diseñe beneficios estándares para los seguros de salud privados y públicos para que estos provean el continuo de servicios requeridos para atender las necesidades de las personas con un trastorno de sustancias. Aumente los recursos asignados al sector de tratamiento para reducir los costos sociales y de salud ocasionados por las adicciones sin tratar. Monitoree la necesidad para tratamiento a nivel isla, región y municipio.

61 Establecezca opciones de tratamiento en demanda que respondan al estado de conocimiento científico sobre las diversas adicciones. Asegure la adopción de intervenciones sustentadas en evidencia científica para cernimiento, evaluación y tratamiento. Facilite y asegurare que se adopten estándares consensuados de la calidad basados en evidencias científicas que apliquen a todos los sistemas de servicios y a todos lo pagadores.

62 Adopte indicadores de resultado de tratamiento fundamentados en el modelo de reducción de daño que propone la importancia de mejorar la salud y la productividad del paciente pese que este no pueda eliminar su consumo de drogas ilegales. Ejerza liderato para eliminar las actitudes estigmatizantes que facilitan las des-valoración de la persona con un trastorno de sustancias y su marginación social, las cuales proviene de diferentes sectores e instituciones de la sociedad, incluyendo el sector de tratamiento. Esto incluye el detener el uso de la cárcel y la no oferta de tratamiento como formas prioritarias de castigo a la persona que padece trastornos de sustancias. Facilite la participación de las persona con trastornos de sustancias en la planificación de los servicios.

63 Desarrolle una estrategia para capacitar profesionales y personal técnico que prestan servicios en áreas como salud, educación, familia y seguridad (entre otros) para que puedan prestar servicios fundamentados en evidencias, de calidad sensitivos a las necesidades del paciente. Diseñe mecanismos de pago que incorporen indicadores de ejecución y que sean afines a las metas del tratamiento.

64 Aspiramos a tener una sociedad con servicios de alta calidad para los problemas de alcohol y otras drogas con servicios ampliamente disponibles. Exhortamos a otras organizaciones y Colegios profesionales a que también adopten posiciones de política pública salubristas en relación al tema de las adicciones.

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