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Lectio divina del Salmo dominical Za 12,10-11;13,1: Mirarán al que atravesaron. Sal 62,2.3-4.5-6.8-9: Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío. Ga.

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2 Lectio divina del Salmo dominical Za 12,10-11;13,1: Mirarán al que atravesaron. Sal 62,2.3-4.5-6.8-9: Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío. Ga 3,26-29: Los que habéis sido bautizados os habéis revestido de Cristo. Lc 9,18-24: Tú eres el Mesías de Dios. El Hijo del hombre tiene que padecer mucho. Domingo XII del Tiempo Ordinario Año C: Desde la aurora te sigo, Señor.

3 Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.

4 Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti; mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua.

5 Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.

6 ¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu, fuerza y tu gloria! Tu gracia vale más que la vida, te alabarán mis labios.

7 Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.

8 Toda mi vida te bendeciré, y alzaré las manos invocándote. Me saciaré como de enjundia y de manteca, y mis labios te alabarán jubilosos.

9 Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.

10 Porque fuiste mi auxilio, y a la sombra de tus alas canto con júbilo; mi alma está unida a ti y tu diestra me sostiene.

11 Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.

12 Lectio : Ahora leemos el salmo entero, despacio… Salmo 62 (63) [ 1 Salmo. De David. Cuando estaba en el desierto de Judá.] 2 Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti; mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua. 3 ¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria! 4 Tu gracia vale más que la vida, te alabarán mis labios. 5 Toda mi vida te bendeciré y alzaré las manos invocándote. 6 Me saciaré como de enjundia y de manteca, y mis labios te alabarán jubilosos. 7 En el lecho me acuerdo de ti y velando medito en ti, 8 porque fuiste mi auxilio, y a la sombra de tus alas canto con júbilo; 9 mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. [ 10 Pero los que buscan mi perdición bajarán a lo profundo de la tierra; 11 serán entregados a la espada, y echados como pasto a los chacales. 12 Y el rey se alegrará con Dios, se felicitarán los que juran por su nombre, cuando tapen la boca a los traidores.] Si quieres escuchar este salmo en hebreo, su lengua original, pincha aquí.

13 Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio? Según el P. Ramón Ribera, monje de Montserrat, y otros estudiosos, el orden de los salmos no se debe al azar sino que hay toda una estructura interna.

14 Nuestro salmo se encuentra en la primera parte del salterio, dedicado a las súplicas a Dios, formada por los libros: 1º: salmos 1-40 1º: salmos 1-40 2º: salmos 41-71 2º: salmos 41-71 Y 3º: salmos 72-88 Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio? Dentro del segundo libro, este salmo pertenece a un conjunto de súplicas “mizmorim” (salmos 61-67) que constituyen un grupo homogéneo de siete salmos de alabanza en el que se hace una relectura posterior interpretando las antiguas plegarias individuales de David en sentido colectivo. Salmo 62: La añoranza de Dios.

15 En el salmo 62, todo el ser (v. 2bc: alma y cuerpo) del salmista -sea éste el rey o un levita desterrado y perseguido por sus enemigos- añora el templo, la Presencia del Señor (v. 3), día y noche (vv. 2a. 7). Y, desde esta añoranza del pasado descubre con gozo, en su presente anhelante de Dios, que Él ya está a su lado, que Su diestra lo sostiene (vv. 8b-9). Y con esta seguridad y certeza mira con confianza al futuro: volverá a alabar al Señor con júbilo (vv. 4-6), y sus enemigos serán derrotados (vv. 10-12). Cristo en la Cruz dijo: “Tengo sed” (Jn 19, 28). Oremos este salmo poniéndolo en labios de Jesús agonizante en la Cruz. ¡Qué bella profesión de confianza en el Padre! Porque Él, ciertamente, lo resucitará, lo librará de sus enemigos (el mal y la muerte), y hará que de nuevo Lo contemple, cara a cara, en su Seno (Jn 1, 18). También nosotros tenemos sed de Dios, acudamos al costado abierto de Cristo en la Cruz, ya que de Su seno brotan torrentes de Agua viva (cf. Jn 7, 37). Si decimos seguir a Cristo hemos de participar de su mismo destino: sencillamente, tomar nuestra cruz de cada día, y seguir sus pasos. Lectio : ¿Qué dice el texto?

16 Tu gracia vale más que la vida. Tras la palabra “gracia” se encuentra –en el original hebreo- el vocablo “hesed”, que también se puede traducir por “misericordia”, “amor.” Es esta gracia, misericordia, amor de Dios, que es Cristo mismo, Quien vale más que la vida. Por ello, el Señor, en el Evangelio nos invita a seguirlo sin condiciones porque “quien pierda su vida por mi, la salvará.” Meditatio : Lo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto. Esto es algo muy personal por ello aquí para ayudar a esta meditación relacionamos el salmo con las lecturas del domingo. Me c ditatio : Lo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto. Esto es algo muy personal por ello aquí para ayudar a esta meditación relacionamos el salmo con las lecturas del domingo.

17 ¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria! Vivimos de la contemplación del que ha sido traspasado, del que se entregó a la muerte por amor nuestro. Por eso, tomamos nuestra cruz de cada día y Le seguimos porque por donde pasó Él –pasión, muerte y resurrección- estamos llamados a pasar nosotros.

18 Desde nuestro bautismo vivimos “injertados en Cristo”, o bien, según otra imagen que hoy utiliza san Pablo, “hemos sido revestidos de Cristo.” ¡Qué toda nuestra vida sea un seguimiento y alabanza del Mesías de Dios! Mi alma está unida a Ti.

19 Oratio ¿Qué me hace decirle a Dios este salmo, la liturgia de este domingo? Te damos gracias, Señor, porque por amor nuestro no has rehuido tu destino de Mesías sufriente. Haz que te alabemos todos los días de nuestra vida y te sigamos con amor y fidelidad porque tu gracia vale más que la vida. Amén.

20 “En el lecho me acuerdo de ti y velando medito en ti. Así pues, es necesario acordarse siempre de Dios, sobre todo cuando la mente se encuentra en reposo, cuando [el alma] se puede examinar así misma mediante el recuerdo. Ciertamente, también habría que recordar durante el día, pero puesto que estáis siempre ocupados y distraídos en las cosas de la vida, por lo menos acordaos de Dios en vuestros lechos, y cuando os levantéis meditad en Él. Si al levantarnos meditamos estas cosas, después podremos ocuparnos de las cosas con total seguridad. Si en primer lugar hacemos que Dios sea propicio en la conversación y en la súplica, entonces no encontraremos ningún enemigo; y si los tuvieres, te reirás, pues tienes a Dios de tu lado. En la plaza hay batalla: las cosas diarias son un combate, un oleaje y una tormenta. Por tanto, conviene que estemos armados, pero la mejor arma es la oración.” (S AN J UAN C RISÓSTOMO, Sobre la Carta a los Hebreos, 14, 4)S AN J UAN C RISÓSTOMO Contemplatio Miro y me dejo mirar… En esto los Padres de la Iglesia son maestros…

21 El que quiera seguirme que tome su cruz de cada día y se venga conmigo. Actio ¿Qué me hace vivir el Señor a partir de esta Palabra? Es el momento de la “obediencia de la Fe”…


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