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El París más oculto Los pasajes cubiertos de París Típicamente parisinos y sin embargo más secretos que los monumentos desbordados de turistas, los pasajes.

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Presentación del tema: "El París más oculto Los pasajes cubiertos de París Típicamente parisinos y sin embargo más secretos que los monumentos desbordados de turistas, los pasajes."— Transcripción de la presentación:

1 El París más oculto Los pasajes cubiertos de París Típicamente parisinos y sin embargo más secretos que los monumentos desbordados de turistas, los pasajes cubiertos son apreciados por su calma, su belleza arquitectónica y por ser los últimos testimonios de un París casi desaparecido. Si en el siglo XIX se contaban más de ciento cincuenta, hoy no quedan más de una veintena. En sus orígenes representaron, no sólo verdaderas proezas arquitectónicas, sino la cima del desarrollo comercial, urbano y social de París. Un patrimonio secreto que invita a deambular y soñar

2 La historia de los pasajes comienza en París a fines del siglo XVIII
La historia de los pasajes comienza en París a fines del siglo XVIII. La capital era una ciudad de lujos y atracciones pero aún conservaba su estructura medieval. Sus callejuelas polvorientas o embarradas no tenían veredas, tampoco cloacas ni pavimento. Por ellas circulaba un gentío desordenado y era imposible desplazarse tranquilamente.

3 Hacia fines del siglo XVIII los jardines del Palais Royal eran propiedad del duque de Orleans, primo del rey Luis XVI, quien a su vez reinaría como Luis Felipe I, último rey de los franceses. Abrumado por las deudas, decidió abrir los jardines al público y a tales efectos encargó al arquitecto real la construcción en los cuatro laterales de arcadas y comercios para que los parisinos pudieran pasear protegidos, dando origen a las galerías de Bois que funcionaron hasta 1828.

4 Los primeros pasajes fueron creados entonces con un interés comercial, en respuesta a una necesidad de la época (y del duque). Para su construcción se emplearon nuevos materiales, más seguros y económicos: el hierro y el vidrio, combinados para sostener los techos transparentes que permiten la iluminación natural. De noche, por primera vez se utiliza una brillante luz de gas, que contrasta con la penumbra de las calles mal iluminadas. Pronto estos pasajes se convertirían en escenario de la vida social y cultural de París. En las galerías se podía asistir a pequeños conciertos o cruzarse en el camino con escritores, como Verlaine, con artistas o con caricaturistas, como el famoso Daumier. Tanto fue el éxito en ese momento que en el término de cincuenta años se construyeron cincuenta pasajes en todo París. Estos son algunos de los 20 pasajes cubiertos que sobreviven en París; los otros fueron desapareciendo principalmente por las obras del barón Georges-Eugène Haussmann al que Napoléon III le encarga en 1852 que «modernice» París, lo que acabó con buena parte de la ciudad medieval y con ella la mayoría de los pasajes. Todos se encuentran en la Rive Droite y salvo algunas excepciones, se agrupan en dos conjuntos principales: aquellos que, situados en el sector que va desde el Palais Royal hasta los grandes bulevares, restaurados o no, fueron y continúan siendo los más suntuosos. El segundo grupo, más austero, se concentra alrededor de la calle Saint-Denis.

5 Los pasajes cubiertos ubicados alrededor del Palais Royal
Galerie Véro-Dodat ubicada en el 19 de la rue Jean-Jacques Rousseau y 2, rue du Bouloi. A su entrada todavía se puede visitar el café de L´Epoque donde el poeta romántico Gérad de Nerval bebió su última copa antes de suicidarse. La decoración neoclásica refinada con un piso en damero blanco y negro, las vidrieras de madera oscura, un techo con pinturas enmarcadas con molduras de oro, ofrece un ambiente recogido y exquisito que se ha perdido en gran parte de los otros pasajes. En su interior se encuentran numerosos anticuarios, el luthier RF Charle, el famoso editor milanés Franco María-Ricci y la boutique de muñecas antiguas de Robert Capia.

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7 Galerie Vivienne 4, rue des Petits Champs
Galerie Vivienne 4, rue des Petits Champs. 5,rue de la Banque y 6,rue Vivienne, La reciente restauración le devolvió a la Gelerie Vivianne un poco de los brillos de antaño. El estilo arquitectónico es el neoclásico, que corresponde a la época de su construcción (1826), en la era posrevolucionaria. Los suelos están decorados con mosaicos del célebre artista italiano Faccina.

8 Tiene varios niveles, y se puede iniciar el recorrido por cualquiera de las tres entradas diferentes: por la rue Vivienne, por la rue des Petits Champs o por la rue de la Banque. En una de las entradas de la galería se encuentra el bar Le Bougainville, en honor del marino Louis-Antoine de Bougainville ( ), que murió en una de las viviendas del pasaje. En 1763, y en nombre de Luis XV, había tomado posesión de las islas Malvinas y fundado una colonia en la Gran Malvina, que él mismo restituyó más tarde a los españoles. Hacia el interior, en el salón A Priori-thé, se puede hacer una pausa antes de lanzarse, unos pasos más allá, a la búsqueda de obras raras en los estantes de la librería de usados D. F. Jousscaume (fundada en 1826 con el nombre de Petit-Siroux). Una boutique especializada en relojes de pulsera de los años y la bódega Lucien Legrand ayudan a darle el tono retro al conjunto del pasaje.

9 Galerie Colbert 4,rue Vivienne y 6,rue des Petits Chgamps
Paralela a la galería Vivienne, la galería Colbert fue construida poco tiempo después en el emplazamiento del antiguo Hôtel Colbert (residencia del regente Felipe de Orleáns). A la galería Colbert le resultaba muy difícil igualar a su vecina, pero no imposible. Con este objetivo se la dotó de una gran cúpula acristalada de 15 m de diámetro que ha sido enteramente restaurada por la Biblioteca de los Monumentos Históricos, titular del pasaje desde 1974. Entre la galería Colbert y la calle Vivienne, se puede disfrutar del encanto añejo del café-restaurante Le Grand Colbert. Sus frisos, de 1830, también están declarados de interés histórico. Esta brasserie parisina por excelencia.

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12 El Passage Choiseul 40, rue des Petits Champs - 23,rue Saint Agustin y 40,rue Dalayrac. alberga mayormente boutiques de ropa femenina y, en el final de la nave, la librería de usados Libria.

13 Por la calle Saint Denis (la antigua calle roja de París) se encuentra un segundo grupo de pasajes, de construcción mucho más sobria, desprovistos de decoración y construidos durante la Restauración ( ). Un poco apartados de los circuitos turísticos, estos pasajes comunican barrios más populares, con una gran actividad comercial y con una fuerte impronta extranjera. Esta calle es de antiguo conocida por la oferta de prostitución.

14 Pasaje du Grand Cerf 145,rue Saint Denis y 10,rue Dussoubs
Ocupado en su mayoría por negocios de diseño, el Passage du Grand Cerf es arquitectónicamente el más alto de los pasajes parisinos. Su arquitectura marcó un hito en la construcción de estos edificios al utilizar por primera vez una estructura metálica. Su bóveda de vitrales se eleva a 12 metros, más del doble del Passage des Panoramas.

15 Passage du Caire 2,place du Caire 33,rue d´Alexandrie y 237-239,rue Saint Denis
Al Passage du Caire se accede por una pequeña puerta. Su construcción se inspiró en los souks, o mercados cubiertos de Turquía, Persia y el resto de Oriente. Construido en 1799 cuando Napoleón Bonaparte lleva a cabo una campaña en Egipto; no en vano, este pasaje lleva ese nombre.

16 Pasaje del Prado 16, boulevard Saint-Denis 16, rue du Faubourg Saint-Denis
Este pasaje conserva los soportes del techo en diseño art déco, único vestigio del pasado.

17 Los pasajes cubiertos ubicados en la zona de les Grands Boulevards
Desde el Boulevar Montmarte a Faubourg se encuentran tres pasajes muy conocidos: des Princes, des Panoramas y Verdeau. A pesar de haber sido construidos en diferentes momentos, con casi cincuenta años de distancia, forman un asombroso conjunto que se continúa a lo largo de un mismo eje, como si se constituyeran en pasadizo secreto que atraviesa el corazón del barrio. Pasaje des Princes 5,boulevard des Italiens y 97, rue de Richelieu Este pasaje de 1860 fue el último construido en el siglo XIX. Prácticamente toda la galería está monopolizada por una gran juguetería, Village Joué Club que, respetando el diseño original de los locales, presenta sus productos en forma temática.

18 Pasaje des Panoramas 11,boulevard Montmartre y 10,rue Saint Marc, entradas accesorias: 38,rue Vivienne y 151,rue Montmartre Abierto en 1799, toma su nombre de una atracción que consistía en proyectar panorámicas de grandes ciudades pintadas por el americano Fulton en las paredes de una sala cilíndrica a oscuras. Muy frecuentado en su época por Eugène Delacroix y Alejandro Dumas. Actualmente se destacan los negocios de filatelistas.

19 Pasaje Verdeau 10,Rue Saint Marc
El pasaje Verdeau alberga antigüedades, acuarelas, diarios de época y una boutique Kodak de 1901 que vende cámaras de fotos antiguas. Allí se encuentra I golosi, una de las mejores cantinas italianas de París.

20 Pasaje Jouffroy 10-12, boulevard Montmartre y 9, rue de la Grange-Batelière
Ubicado frente al Pasaje des Panoramas, al atravesar el bulevard Montmatre, entramos en el Joufroy. Fue el primer pasaje en ser construido completamente con hierro y vidrio, aunque los detalles decorativos son de madera. En el número 34 se descubre la increíble tienda de bastones antiguos de Monsieur Segas: con precios que oscilan entre los 150 y los euros por un bastón de marfil tallado a mano. Desde 1882 funciona allí el célebre museo de cera Grévin.

21 En el otro extremo de la ciudad, no lejos del Arco de Triunfo, se encuentra una galería cuyo nombre da curiosidad: La Cité Argentine. Construida en 1907 por el innovador arquitecto Henri Sauvage, de quien Le Corbusier tomará algunas ideas, es un revival de los pasajes del siglo XIX. El nombre de la construcción se inspira en el país de origen de quien encargó la obra, Felipe Mayol de Senillosa, estanciero argentino (fundador de la localidad de San Mayol en Tres Arroyos) cuya mujer, María Luisa Cramer, compartía su tiempo entre París y Buenos Aires.

22 Los pasajes son un viaje en el tiempo, donde se encuentran referencias literarias, personajes históricos; donde se evocan vivencias personales y, sobre todo, donde diferentes mundos se entrelazan y comunican de una manera indefinida. Son, como decía Cortázar, el refugio imaginario de los caminantes de la ciudad..


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