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Publicada porGermán Vegas Modificado hace 11 años
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Sociedad Teosófica en Chile avanzar con mousse o barra espaciadora
FOLLETO TEOSOFICO FECHA:VI / 2013 Sociedad Teosófica en Chile avanzar con mousse o barra espaciadora
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Línea 1 del Metro, Estación Los Héroes
DIRECCIÓN: Grajales 1761, Stgo. Centro Línea 1 del Metro, Estación Los Héroes Línea 2 del Metro, Estación Toesca CELULAR: (09) BLOG: sociedadteosoficachile.blogspot.com Facebook: Sociedad Teosofica en Chile Twitter: teosofia2012 Página Web: sociedadteosofica.cl
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CONTENIDO Radha Burnier “SOLIDARIDAD HUMANA” H. P. Blavatsky
“UNA BASE DE RECTITUD” Radha Burnier “SOLIDARIDAD HUMANA” H. P. Blavatsky “EL LECTOR PINGÜINO, CAPÍTULO XIII: RELACIÓN Y AISLAMIENTO” J. Krishnamurti “EL SER INTERIOR” Mary Anderson “LOS PLANOS DE LA NATURALEZA:UN PUNTO DE VISTA ALTERNATIVO” Shirley J. Nicholson “EL JARDÍN DE LA VIDA HUMANA” Sharmila S. Parulkar “REFLEXIONES, PENSAMIENTOS , POEMAS Y MAS…….” “MEDITACIONES” (Extracto Libro: “Meditaciones·”), J. Krishnamurti)
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UNA BASE DE RECTITUD Radha Burnier
No hay nada bueno ni malo, se dice, sobre ciencia y tecnología; sólo es el uso que los humanos hacen de ellas lo que hace que sean buenas o malas. Lo mismo puede decirse de las facultades y funciones de nuestra conciencia, lo cual puede que sea el por qué el óctuple sendero buddhista utiliza la palabra recto antes de cada frase –lo cual resulta muy sugestivo. En el nivel más material radica la cuestión del significado correcto del modo de vivir. No es censurable ganarse la vida; la mayoría de la gente se ve impelida a trabajar para su sostén. Sin embargo, algunas tradiciones han enseñado que para subsistir toda persona tiene que trabajar. Por eso la usura era condenada, e incluso prestar dinero con interés era considerado reprensible. Muchos ricos del mundo no trabajan, pero desperdician sus vidas en frivolidades y en placeres sensuales, porque el interés monetario fluye. Otros hacen dinero por medios crueles, la guerra, estafando y muchas otras actividades que no pueden clasificarse como "rectos medios de vida". Sobre todo esto surgen preguntas: ¿es que cada persona no debería realizar algún trabajo –físico, mental, artístico o espiritual– para el bienestar de los demás y no solamente en beneficio propio, aparte de abstenerse de causar daño? Luego está "la recta creencia". Se dice que creer es un grillete o impedimento para buddhistas y para otros. Pero las creencias son de muchas clases y no pueden condenarse en general, porque existe algo como la recta creencia, por ejemplo, la creencia basada en la razón. Una creencia razonable sirve como base para muchas acciones y relaciones benéficas. Ni una sola persona sabe realmente que el sol saldrá mañana, pero lo sabemos asumiendo una base de razonamiento y experiencia. La suposición se incluye como medio válido de cognición en algunas escuelas filosóficas. ¿Es lícito creer que nadie es honrado, aunque uno no pueda saber en absoluto si lo es? De hecho ni siquiera lo sabemos de nosotros mismos. Bajo una gran tentación, o en un estado de apuro, ¿cuántos de nosotros puede jurar ser absolutamente honesto? A pesa de todo, la creencia razonable en la integridad de otra persona parece estar justificada. Depende mucho de lo que nosotros queramos significar por creencia. De manera que hay creencia recta y creencia equivocada, y también pensamiento recto y pensamiento equivocado. Hay personas que piensan que los seres humanos jamás pueden llegar a ser altruistas; por lo tanto, el egoísmo se acepta como norma. Ese modo de pensar implica repudiar la posibilidad de desarrollo de la humanidad de acuerdo con una línea espiritual y moral.
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UNA BASE DE RECTITUD Radha Burnier
El recto pensar puede relacionarse con la creencia en la bondad – oculta tal vez, pero con todo en el corazón de todos los seres vivos, con poder de florecer gloriosamente. Un mundo de tipo diferente y nuevo, vibrando en las relaciones entre los seres humanos y con toda la Naturaleza con toda posibilidad sólo puede conseguirse con el pensamiento y la creencia de que el bien conquistará al mal, y no a través del cinismo. El pensamiento es una facultad. Una facultad que necesitamos utilizar correctamente para obtener resultados benéficos y no dañinos. No puede prescindirse de ello. La imaginación es el vuelo del pensamiento. Todos nosotros construimos un concepto de nosotros mismos, es decir, una imagen propia. Pero la propia descripción –"yo soy esto" o "yo no soy aquello"– se cristaliza tan fuertemente que somos incapaces de liberarnos de esta forma de pensamiento particular. Es persistente, se concreta durante un largo período de tiempo, y ciega nuestra percepción. En cambio, la imaginación es una facultad muy valiosa. No parece que los animales la tengan. Si un compañero animal, especialmente de otra especie, sufre dolor, raramente evoca una respuesta en el mundo animal. Pero cuando los humanos vemos a otra criatura, humana o no, que sufre, nuestra imaginación nos ayuda a comprender lo que experimenta el otro. Sin imaginación no podríamos sentir compasión. Esa clase de imaginación es necesaria para ser humanos. Necesitamos utilizar la imaginación para comprender el sufrimiento de los pobres, las ansiedades de la vida sin recursos para el mañana. Imaginándolo, se siente compasión y surge el deseo de ayudar tanto como podamos. Otra clase de imaginación es la del artista o el poeta. Un arquitecto imagina un edificio que todavía no está construido. Un poeta ve en imaginación más de lo que otros pueden ver, y puede estar más cerca de la realidad que una persona sin imaginación. La imaginación puede ser un puente cuando se utiliza correctamente, entre donde estamos y la verdad. A través de la imaginación podemos tratar de captar algo del amor puro de un ser carente de egoísmo, iluminado, lo cual se convierte en una forma de meditación. ¿Qué amor es aquel en que no existe un interés propio, que no está limitado sino que es universal, que continuamente se abastece a sí mismo? El amor no se gasta cuando se da. Siempre está lleno. La meditación con imaginación puede aportar la belleza de ello a una persona y puede atraerla más cerca de la belleza, de la grandeza y de la pureza, igual que el sol atrae al girasol. De manera que podemos crecer como crece la flor, sin ambición, ayudados por la recta imaginación.
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UNA BASE DE RECTITUD Radha Burnier
La recta memoria o recto recuerdo (samyak smirti) traducido a menudo como atención, también es importante. Son numerosos los recuerdos de los que deberíamos desprendernos, por ejemplo, el recuerdo de las palabras hirientes que alguien u otro ha pronunciado. Cuando nos sentimos heridos somos incapaces de olvidar un incidente, porque seguimos pensando en ello y alimentando el agravio, esto no es una recta memoria. Puede que el daño proporcionado no sea realmente tan malo, porque en un momento de precipitación o de excitación a menudo se da un paso en falso. Puede ser que la otra persona haya dicho o hecho lo que no intentaba decir ni hacer. Si seguimos guardando esas cosas en nuestra mente, la cargamos y dañamos a los demás. ¡La recta memoria es el recto olvido! Por otro lado, muchos de nosotros aceptamos sinceramente los grandes principios de la vida que en nuestros mejores momentos consideramos como la verdad. Aceptamos sinceramente el principio de la fraternidad, de la unidad. Cuando lo olvidamos, nos estamos contradiciendo a nosotros mismos. Sin embargo, desarrollando esa clase de recuerdo o de atención que llamamos cuidado, gradualmente, cuando estamos al borde de hacer algo egoísta, acude a la mente el conocimiento de que esto no es la verdadera fraternidad. Entonces la falta de egoísmo perdura durante un tiempo. Hay personas que recuerdan mucho de lo que leen; incluso hacen una exposición de las notas y de la información que poseen para impresionar a los demás. Cuando la memoria se mezcla con el deseo de parecer superior, no existe recta memoria. De modo que hay recta memoria y memoria errónea. Hemos de pensar en profundidad sobre lo que es correcto y lo que no lo es, particularmente en nuestra relación con la gente. Cuando nuestras facultades se utilizan correctamente, se traducen en recto pensar, recto creer, recta acción, recta memoria y recto lenguaje. Abstenerse de hablar puede resultar más fácil que hablar adecuadamente. Hay personas que han permanecido en silencio durante años, sin llegar por eso a ser más sabios. El recto lenguaje significa decir lo que es necesario y provechoso. La rectitud es un gran don, con el que debemos sentirnos beneficiados, con la ayuda de la recta memoria, del hecho de que hay una manera recta y otra equivocada de utilizar nuestras facultades y poderes. PAZ
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SOLIDARIDAD HUMANA H. P. Blavatsky
Solidaridad: Dependencia mutua entre los hombres. Sentimiento que empuja a los hombres a otorgarse ayuda mutua. (Petit Larousse). Unidad o comunión de intereses y responsabilidades entre las naciones y la humanidad en general (Webster Encyclopedic Dic.). Interés común y lealtad común dentro de un grupo (Larousse Illustrated Int. Ency.) Coherencia y unidad en la naturaleza, relaciones, o intereses. . . (Funk & Wagnalls Standard Dic.) Solidario: (del lat. In solidum solidariamente). Unido en naturaleza o intereses (Funk & Wagnalls Standard Dic). Que está en una relación de ayuda mutua. En derecho se dice de las personas que responden unas de otras. Que liga a varias personas cada una siendo responsable de la totalidad de la obligación. (Petit Larousse). “El fin principal de nuestra organización, a la cual nos esforzamos por hacer una verdadera fraternidad, se expresa completamente en la divisa de la Sociedad Teosófica y de todos sus órganos. ‘No hay religión más elevada que la verdad’. . . la idea madre, la raíz misma de donde surge la bella planta que llamamos Teosofía, se denomina: ¡Investigación libre y completa a través de todos los misterios naturales, divinos o humanos! Salvo esta restricción, la Sociedad invita a todo el mundo a participar en sus investigaciones y descubrimientos. Quienquiera que sienta latir su corazón al unísono con el gran corazón de la humanidad; quienquiera que sienta sus intereses solidarios con los intereses de todo ser más pobre y más desafortunado que él; quienquiera, hombre o mujer, que esté siempre listo a tender la mano a aquellos que sufren; quienquiera que aprecie la palabra ‘Egoísmo’ en su justo valor, es un Teósofo de nacimiento y de derecho. Él siempre puede estar seguro de encontrar almas simpatizantes entre nosotros. Nuestra Sociedad, en efecto, es una pequeña humanidad especial, y como en el género humano, uno siempre encuentra su contraparte. Si se nos objeta que el ateo se codea con el deísta, y el materialista con el idealista, nosotros respondemos: ¡qué importa esto! Que un individuo sea materialista, es decir, que discierna en la materia una potencialidad infinita para la creación o más bien para la evolución de toda vida terrestre, o bien espiritualista, y que esté dotado de una percepción espiritual que el otro no tiene, ¿en qué impide esto a uno o al otro de ser un buen Teósofo?
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SOLIDARIDAD HUMANA H. P. Blavatsky Por otro lado, los adoradores de un dios personal o Substancia divina son mucho más materialistas que los Panteístas que rechazan la idea de un dios carnalizado, pero que perciben la esencia divina en cada átomo. Todo el mundo sabe que el Buddhismo no reconoce ni un dios ni dioses. Y sin embargo el Arhat, para el que cada átomo de polvo está tan lleno de Swabhavat (Substancia plástica, eterna e inteligente, aunque impersonal) lo cual es él mismo, y que trata de asimilar ese Swabhavat e identificarse con el Todo para llegar al Nirvana, debe recorrer para llegar ahí la misma vía dolorosa de renunciación, de buenas obras y de altruismo, y llevar una vida también santa, aunque menos egoísta en su motivo, que el Cristiano beatificado. Qué importa la forma que pase, si el fin que se persigue es siempre la misma esencia eterna, y que esta esencia se traduzca para la percepción humana en la forma de una substancia, de un aliento inmaterial o de ¡una nada! Admitamos la PRESENCIA, ya sea que se le llame dios personal o substancia universal, y confesemos una causa, ya que todos vemos los efectos. Pero, esos efectos siendo los mismos para el Buddhista ateo que para el Cristiano deísta, y la causa siendo también invisible y también inescrutable tanto para uno como para el otro ¿para qué perder nuestro tiempo corriendo detrás de una sombra inalcanzable? Al fin de cuentas el más grande de los Materialistas, al igual que el más trascendente de los filósofos, confiesa la omnipresencia de un Proteo impalpable, omnipotente en su ubicuidad a través de todos los reinos de la naturaleza, comprendiendo en éstos al hombre; Proteo indivisible en su esencia, sin forma y no obstante que se manifiesta en toda forma, que está aquí, allá, por todas partes y en ninguna, que es el Todo y la Nada, que es todas las cosas y siempre Uno, Esencia universal que une, limita y lo contiene todo y que todo la contiene. ¿Qué teólogo puede ir más allá? Basta reconocer estas verdades para ser un Teósofo; ya que semejante confesión equivale a admitir que no solamente la humanidad – aunque esté compuesta de miles de razas – sino que todo aquello que vive y vegeta, en una palabra, todo aquello que es, está hecho de la misma esencia y substancia, y animado del mismo espíritu, y que, por consiguiente, en la naturaleza, todo es solidario en lo físico así como en lo moral. (H. P. B., Le Cycle Nouveau [El Nuevo Ciclo], CW, XI, pp ). Ya lo hemos dicho en otra parte, en el Theosophist: ‘Nacida en los Estados Unidos de América, la Sociedad Teosófica ha sido constituida sobre el modelo de la madre patria. . .’ Así, cada rama como cada miembro tiene el derecho de profesar la religión y de estudiar las ciencias o las filosofías que él prefiera, con tal de que todo se mantenga unido por los lazos de Solidaridad y Fraternidad – nuestra Sociedad podría llamarse verdaderamente una ‘República de Consciencia’.
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SOLIDARIDAD HUMANA H. P. Blavatsky Estando libre de proseguir las ocupaciones intelectuales que más le gusten, cada miembro de nuestra Sociedad debe sin embargo aportar la razón que sea para pertenecer a ella; lo que equivale a decir que cada miembro debe aportar su parte, no importa lo pequeña que sea, en labor mental o de cualquier otra forma por el bien de todos. Si él no trabaja por el prójimo, no tiene razón alguna para ser un Teósofo. Todos nosotros, debemos trabajar por la liberación del pensamiento humano, por la eliminación de las supersticiones egoístas y sectarias y por el descubrimiento de todas las verdades que estén al alcance del espíritu humano. La manera más segura de lograr esta meta es por la cultura de la solidaridad en el trabajo mental. Ningún trabajador honesto, ningún investigador serio, puede irse con las manos vacías; y no puede suponerse que exista un hombre o una mujer tan ocupados, que no sean capaces de depositar su denario moral o pecuniario sobre el altar de la verdad. (Ïbid. pp ). “En el pasado, una vez fue detenido el crecimiento [de la Sociedad] debido a su conexión con fenómenos psíquicos, y aún podría llegar un día en que los cimientos morales y éticos de la Sociedad podrían arruinarse de una manera semejante. Lo que hay que hacer para evitar esto es que cada miembro de la Sociedad haga de la Teosofía un factor vital de su vida – hacerla una realidad, que sus principios estén firmemente soldados a sus vidas, en pocas palabras, hacerla suya y tratar a la Sociedad Teosófica como si fuese ellos mismos. Siguiendo muy de cerca lo anterior está la necesidad de Solidaridad entre los miembros de la Sociedad; el logro de un sentimiento tal de identidad con todos y cada uno de nuestros Hermanos, que un ataque sobre uno sea un ataque sobre todos. Entonces, consolidados y unidos en tal espíritu de Hermandad y Amor, a diferencia de Arquímedes, no necesitaremos ni de punto de apoyo ni de palanca, pero moveremos al mundo. [Segunda Carta de H. P. B. a la Convención Americana, CW, XI, 163]. ALGUNAS PALABRAS PARA LA VIDA DIARIA ESCRITAS POR UN MAESTRO DE SABIDURÍA. “Es sólo la Filosofía divina, la fusión espiritual y psíquica del hombre con la naturaleza la que, al revelar las verdades fundamentales que yacen escondidas bajo los objetos sensibles y de percepción, puede promover un espíritu de unidad y armonía a pesar de la gran diversidad de credos antagónicos. La Teosofía, por lo tanto, espera y exige de los miembros de la Sociedad una gran tolerancia mutua y caridad con los defectos de los demás, ayudándose mutuamente de buena gana y sin quejarse, en la búsqueda de verdades en todo departamento de la naturaleza – moral y físico – Y este modelo ético debe aplicarse resueltamente a la vida diaria” (CW, VII, 173) PAZ
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EL LECTOR PINGÜINO, CAPÍTULO XIII: RELACIÓN Y AISLAMIENTO
J. Krishnamurti La vida es experiencia, experiencia en la vida de relación. No se puede vivir en el aislamiento. La vida es, pues, convivencia, y ésta es acción. ¿Cómo puede tenerse esa capacidad para comprender la relación que es la vida? ¿No significa la relación, además de comunión con las personas, intimidad con las cosas e ideas? La vida es relación, que se expresa mediante el contacto con cosas, personas e ideas. Comprendiendo la relación, tendremos capacidad para hacer frente plena y adecuadamente a la vida. Nuestro problema no es, pues, la capacidad ‑ésta no es independiente de la relación- sino más bien la comprensión de la convivencia, que naturalmente producirá capacidad de pronta flexibilidad, pronta adaptación y pronta respuesta. La vida de relación es sin duda el espejo en el cual os descubrís a vosotros mismos. Sin convivencia, no sois. Ser es estar relacionado; estar relacionado es existir. Sólo existís en la relación; fuera de ella no existís, la existencia carece de sentido. No es porque pensáis que sois, que surgís a la existencia. Existís porque estáis relacionados; y es la falta de comprensión de la relación lo que causa conflictos. Ahora bien: no hay comprensión de la convivencia porque nos servimos de ésta como simple medio de promover la realización, la transformación, el devenir. La convivencia, empero, es un medio de autodescubrimiento porque la relación es ser, es existencia. Sin relación, no soy. Para comprenderme a mí mismo debo comprender la relación. Ésta es el espejo en que puedo mirarme. Dicho espejo puede estar deformado o puede estar como es y reflejar lo que es. Pero la mayoría de nosotros ve en esa relación, en ese espejo, las cosas que más nos agradaría ver; no vemos lo que es. Preferimos idealizar, evadirnos, vivir en el futuro en vez de entender la convivencia en el inmediato presente. Ahora bien, si examinamos nuestra vida, nuestras relaciones con los demás, veremos que es un proceso de aislamiento. El prójimo, en realidad, no nos interesa; aunque hablemos bastante al respecto, el hecho es que no nos interesa. Sólo estamos relacionados con alguien mientras esa relación nos resulta grata, mientras nos brinda un refugio, mientras nos satisface. Pero no bien sufre ella una perturbación que a nosotros nos produce incomodidad, dejamos de lado esa relación. En otros términos: sólo hay relación mientras estamos satisfechos. Esto podrá parecer desagradable, pero si realmente examináis vuestra vida con atención, veréis que se trata de un hecho; y el eludir un hecho es vivir en la ignorancia, lo cual jamás podrá producir verdadera convivencia.
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EL LECTOR PINGÜINO, CAPÍTULO XIII: RELACIÓN Y AISLAMIENTO
J. Krishnamurti De suerte que si echamos una mirada a nuestra vida y observamos nuestra vida de relación, vemos que ella es un proceso de erigir resistencias contra los demás, muros por encima de los cuales miramos y observamos al prójimo; y ese muro siempre lo retenemos, y detrás de él permanecemos, ya se trate de un muro psicológico, material, económico o nacional. Mientras vivimos en aislamiento, detrás de un muro, no existe la convivencia con los demás; y vivimos encerrados porque resulta mucho más satisfactorio y creemos que es mucho más seguro. El mundo está tan desgarrado, hay tanto dolor, tanta pesadumbre, guerra, destrucción y miseria, que deseamos escapar y vivir dentro de los muros de seguridad de nuestro propio ser psicológico. De suerte que, para la mayoría de nosotros, la vida de relación es en realidad un proceso de aislamiento; y es obvio que tal relación construye una sociedad que es también aisladora. Eso, exactamente, es lo que ocurre a través del mundo: permanecéis en vuestro aislamiento y extendéis la mano por sobre el muro, llamando a eso nacionalismo, fraternidad o lo que os plazca; pero lo cierto es que los gobiernos soberanos y los ejércitos continúan. Es decir, aferrándoos a vuestras propias limitaciones, creéis que podéis establecer la unidad mundial, la paz del mundo; y ello es imposible. Mientras haya una frontera ‑nacional, económica, religiosa o social- es un hecho evidente que no puede haber paz en el mundo. El proceso del aislamiento es el proceso de la búsqueda del poder. Y sea que uno busque el poder a titulo individual o para un grupo racial o nacional, tiene que haber aislamiento porque el deseo mismo de poder, de posición, es separatismo. Eso, en suma, es lo que cada cual desea, ¿verdad? Cada cual desea una posición fuerte en la que pueda dominar: en el hogar, en la oficina o en un régimen burocrático. Cada cual anda en busca de poder, y por el hecho de buscar el poder establecerá una sociedad basada en el poder: militar, industrial, económico, y lo demás. Ello, una vez más, es evidente. ¿El deseo de poder no es aislador por su propia naturaleza? Creo que es muy importante comprender eso; porque el hombre que desea un mundo pacifico, un mundo en el que no haya guerras, ni espantosa destrucción, ni miseria catastrófica en escala inconmensurable, tiene que comprender esta cuestión fundamental. ¿No es así?.
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EL LECTOR PINGÜINO, CAPÍTULO XIII: RELACIÓN Y AISLAMIENTO
J. Krishnamurti El hombre afectuoso, bondadoso, no tiene sentido alguno del poder, y por lo tanto ese hombre no está atado a ninguna nacionalidad, a ninguna bandera. Carece de bandera. Vivir en el aislamiento es cosa inexistente; no hay país; ni pueblo, ni individuo, que pueda vivir aislado. Ello no obstante, como buscáis el poder de tantas maneras diferentes, engendráis aislamiento. El nacionalista es una maldición porque con su espíritu de nacionalismo, de patriotismo, erige un muro de aislamiento; está tan identificado con su patria que construye un muro contra las demás. ¿Y qué ocurre cuando levantáis un muro en contra de algo? Ese algo golpea constantemente contra vuestro muro. Cuando resistís a algo esa misma resistencia indica que estáis en conflicto con lo otro. De suerte que el nacionalismo, que es un proceso de aislamiento, que es el resultado del afán de poder, no puede traer paz al mundo. El hombre que es nacionalista y habla de fraternidad dice una mentira, vive en estado de contradicción. Veamos ahora si se puede vivir en el mundo sin deseo de poder, de posición, de autoridad. Es evidente que sí se puede. Uno lo hace cuando no se identifica con algo más grande. Esta identificación con algo más grande ‑el partido, la patria, la raza, la religión, Dios- es la búsqueda de poder. Como en vosotros mismos sois vacíos, torpes, débiles, gustáis de identificaros con algo más grande. Este deseo de identificaros con algo más grande es el deseo de poder. La vida de relación es un proceso de autorrevelación; y si uno no se conoce a sí mismo, si no conoce las modalidades de la propia mente y corazón, el mero hecho de establecer un orden externo, un sistema, una fórmula sagaz, tiene muy poco sentido. Lo importante, pues, es comprenderse uno mismo en relación con los demás. Entonces la relación no se convierte en un proceso de aislamiento, sino que es un movimiento en el que descubrís vuestros propios móviles, vuestros propios pensamientos, vuestros propios empeños; y es ese descubrimiento, precisamente, que es el comienzo de la liberación, el comienzo de la transformación. PAZ
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EL SER INTERIOR MARY ANDERSON En un antiguo relato, había una vez un bello monasterio sobre la cima de una montaña, pero el abad y los monjes estaban muy preocupados. Los monjes mayores envejecían y morían. No había novicios que se sintieran atraídos a la vida contemplativa. El monasterio podría desaparecer y convertirse en ruinas, o volverse un mero monumento, una atracción turística, una bella ruina. El abad decidió consultar a un sabio Rabino que vivía un poco más abajo, en las montañas. Cuando el Rabino supo cuál era el problema, sonrió y dijo: “No se preocupe. Todo estará bien, ¡porque el Mesías está entre ustedes! ¡Susurre este secreto en el oído de cada uno de sus monjes!” El abad le agradeció al Rabí, regresó al monasterio e hizo lo que le había aconsejado. Gradualmente la actitud mutua de los monjes cambió. Cada uno de ellos reflexionaba: “¿Quién es? ¿Quién es el Mesías? Tal vez es el Hermano Santiago, que no me gusta, o el Hermano Juan, con quien tuve una actitud desagradable el otro día.” Así todos comenzaron a ver a los demás con una nueva luz y a tratarse con un respeto y afecto nuevos. A alguien se le ocurrió: “¡Tal vez yo soy el Mesías! ¡Entonces debería comportarme mejor!” Una atmósfera totalmente nueva reinó en el monasterio, una atmósfera de amor y de consecuente paz y armonía. Como siempre, visitantes ocasionales llegaban al monasterio: turistas, montañistas, caminantes, mochileros y mucha gente joven. Muchos de ellos percibieron la maravillosa atmósfera del monasterio: el afecto, la paz, la dicha, la armonía entre los monjes. Regresaron a casa y se lo dijeron a sus amigos, algunos de ellos se interesaron en la vida monástica e ingresaron al monasterio. Esto no es sólo un cuento de hadas, porque el “Mesías” está ciertamente en cada uno de nosotros. El ser interno de cada uno de nosotros, y por cierto de todos, de cada ser vivo, es divino. En A los Pies del Maestro se dice: Aprended a reconocer a Dios en todos los seres y en todas las cosas, prescindiendo del mal que puedan presentar en la superficie. Podéis ayudar a vuestros hermanos por medio de lo que tenéis de común con ellos, esto es, la Vida Divina. Aprended a despertarla y a vivificarla en ellos, así los salvaréis del mal. Existe un bello refrán: Cuando la gente ve lo divino en otro “el Espíritu salta al Espíritu a través del velo de la carne”. PAZ
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Planos de la Naturaleza
LOS PLANOS DE LA NATURALEZA:UN PUNTO DE VISTA ALTERNATIVO SHIRLEY J. NICHOLSON Al iniciar sus estudios, los teósofos se enfrentan a la idea del espacio como algo lleno de un número de esferas inter-penetradas, llamadas ‘planos de la naturaleza’. Esta enseñanza es crucial para comprender muchos fenómenos y estados de consciencia familiar a los teósofos. La mayoría de los estudiantes están familiarizados con la idea de planos de H. P. Blavatsky, desde el físico o el más denso al Âtmico o menos común y más etéreo. Quienes están acostumbrados a los escritos de Annie Besant (AB) y C. W. Leadbeater (CWL), también conocen una noción diferente que agrega dos planos más elevados en la parte superior de la lista. Âdi y Anupâdaka. Muchos de los que dependen de HPB respecto a las enseñanzas esenciales de Teosofía, sienten que esta interpretación es inapropiada y tal vez arbitraria. Aunque, según lo que conozco, AB y CWL nunca explicaron las razones de este cambio, tal vez la explicación está implícita en sus investigaciones clarividentes. A continuación está la versión de cada uno de los sistemas: Planos de la Naturaleza HPB AB / CWL Âdi Anupâdaka Âtmâ Buddhi Nirvânico Manas Kâma Rupa Astral Linga Sarira Prâna Etérico Sthula Sarira Físico
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LOS PLANOS DE LA NATURALEZA:UN PUNTO DE VISTA ALTERNATIVO
SHIRLEY J. NICHOLSON En enseñanzas privadas a su grupo interno, HPB mencionó que cada principio humano está en un plano diferente del universo, aunque ella no hizo explícita esta enseñanza (Hall, p.8). Para AB y CWL el ‘cuerpo’ o vehículo con el que se envuelve un principio humano, está compuesto de materia física o super-física del plano correspondiente. Los nombres para planos y divisiones dentro de la lista, cambiaron un poco de vez en cuando. ‘Nirvánico’ se usó a veces para el plano búdico o átmico. HPB usó el término ‘astral’ para lo que ahora se lo conoce como ‘etérico’. Los principios humanos incluían lo que HPB llamó el linga sarira, y AB/CWL el ‘doble etérico’. Más tarde esto se consideró como parte del plano físico. Prâna, a veces considerado como un plano y a veces no, se tomó como el principio vivificador de todas las cosas, y no limitado a ningún plano. Todos los planos se consideraron como compuestos de siete subplanos. Las semillas de una nueva visión universal se plantaron en 1895, aunque indicios de la misma, al parecer, fueron anteriores. Tanto AB como CWL tenían poderes clarividentes, y estaban agregando detalles sobre los planos por medio de la investigación clarividente. Todo comenzó cuando A. P. Sinnett, receptor de gran parte de las cartas de los Maestros, le pidió a CWL que tratara de penetrar en el misterio de la materia por medio de la clarividencia. Fue al final de una era. HPB había muerto cuatro años antes, y la última de las cartas de los Maestros se recibiría al año siguiente. En este punto Sinnett aparentemente sintió que más investigación clarividente sería útil. La Sra. Besant se unió al proyecto y Sinnett estaba presente como observador en las primeras sesiones. Noticias del proyecto aparecieron en 1895 en Lucifer, un periódico teosófico, y en un folleto titulado ‘Química Oculta’. Los primeros resultados de la investigación fueron sorprendentes. Los clarividentes trataron de dividir un átomo físico de un gas como el hidrógeno muchas veces. Vieron que lo que parecía ser el último átomo físico de gas, ya no era más físico, sino materia del próximo plano, del astral o emocional. Más investigación confirmó que el átomo final de cada plano, aporta átomos del plano superior siguiente. Según AB y CWL todos los átomos están compuestos de Anu o ‘burbujas en Koilon’, como las llamaban. Koilon es el nombre dado a una sustancia inerte análoga al éter, que a principios de 1900, los científicos sostenían que llenaba todo el espacio. Cada Anu es como una burbuja en una bebida carbonada. En sí misma está vacía, no está compuesta de nada. Al parecer, el éter es visible a la vista clarividente. Sin embargo, en la época de Einstein, el famoso experimento Michelson-Morley desaprobó la existencia del éter como se lo entendía en ese momento.
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LOS PLANOS DE LA NATURALEZA:UN PUNTO DE VISTA ALTERNATIVO
SHIRLEY J. NICHOLSON Pero actualmente ha surgido en física una noción similar con el descubrimiento de la ‘materia oscura’ invisible existente en todas partes, en cantidades mucho mayores que la materia visible. AB y CWL realmente contaron el número de átomos físicos finales característicos de cada plano. En los Yoga-sutra-s Patañjali escribió sobre los siddhi-s o poderes supernaturales latentes en los seres humanos. Él describe un poder como ‘Conocimiento de lo pequeño, lo oculto o lo distante, dirigiendo la luz de la facultad super-física’ (Taimni, p.324). Aparentemente AB y CWL habían desarrollado este siddhi. Ellos definieron los planos como ‘materia espiritual’, una combinación de consciencia y algún grado de materialidad, física o super-física. Se descubrió que cada plano estaba compuesto de átomos estructuralmente idénticos, con el mismo número de Anu. Por ejemplo, vieron que un átomo químico final de hidrógeno contiene 18 Anu, el oxígeno contiene 290, etc. AB y CWL describieron parte de su experiencia, al investigar lo que para la ciencia actual serían consideradas estructuras subatómicas: El primer átomo químico seleccionado para este examen fue un átomo de hidrógeno (H). Al observarlo cuidadosamente, se vio que estaba formado de seis cuerpos pequeños, dentro de una forma similar a un huevo. Rotaba con gran rapidez sobre su propio eje, vibrando al mismo tiempo, y los cuerpos internos giraban de modo similar. Todo el átomo giraba y temblaba, y debía ser estabilizado antes que fuera posible una observación exacta. Los Anu son notables porque están vacíos, son burbujas o espacios pequeños vacíos en el Koilon. La materia, física y super-física, está donde no está el éter inerte. El matemático y físico Henri Poincaré ( ), que publicó un informe científico como prueba de la discontinuidad quántica en , describió un átomo simplemente como un agujero en el éter. Según AB cada Anu o burbuja está llena de la consciencia del Logos Cósmico. Las Stanzas del Dzyan en La Doctrina Secreta, sugieren esto poéticamente. La Sra. Besant compara al Logos Cósmico con Fohat, cuando ‘Fohat cava agujeros en el espacio’ en el lenguaje de La Doctrina Secreta. Según la enseñanza esotérica, toda la creación descansa en un Vacío. Por lo tanto estos ‘agujeros’ que están vacíos de éter, son las verdaderas unidades finales de nuestros planos de la naturaleza. Aquí el Vacío se describe como unidades de carencia de sustancia pero llenos de Vida divina.
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LOS PLANOS DE LA NATURALEZA:UN PUNTO DE VISTA ALTERNATIVO
SHIRLEY J. NICHOLSON Contando el número de átomos finales característicos de cada plano, AB y CWL encontraron una estructura matemática perfecta. Âtma, que se consideraba como el plano más elevado, tenía 3 Anu, con cada plano inferior se agrega un Anu. Para completar la secuencia, se necesitaban dos planos más, uno con 2 Anu para Anupâdaka y uno con 1 Anu para Âdi. Así la estructura numérica que surgió de la investigación clarividente llevó a dos planos superiores. La Sra. Besant expresó que estos planos eran el resultado de una deducción, y no de una visión clarividente. Sería sorprendente si un área tan sublime tuviera una contraparte visible para la investigación humana. HPB aclaró que Âtma es el principio humano más elevado, y esta visión alternativa no negaba su posición. Muestra los siete principios humanos anclados en los cinco planos inferiores. Âdi y Anupâdaka están más allá del reino de la experiencia humana. Los planos físico, etérico, emocional, y mental, son los campos de desarrollo del reino humano y de los reinos inferiores. Âtmâ y Buddhi son los reinos del desarrollo super-humano y de la evolución de los iniciados. Âdi y Anupâdaka están en los reinos de actividad divina. En estos elevados niveles el Logos resplandece y desarrolla un universo más allá de nuestra esfera de conocimiento. En junio del 2006, la historiadora Julie Hall dio una conferencia para la Asociación para el Estudio del Esoterismo, en la Universidad de California, Davis, en la que exploró las razones de las diferencias entre los puntos de vista de HPB y de AB/CWL. Primero, ella sugirió que HPB misma, había enseñado algunas de las opiniones alternativas a su grupo interno, del que AB era miembro. Más tarde, la Sra. Besant publicó parte de este material. Segundo, Annie Besant, Presidenta de la Sociedad Teosófica, fue influida por las investigaciones clarividentes de CWL. Finalmente, la Teosofía se estaba volviendo más popular y la Sociedad Teosófica estaba creciendo. Existía la necesidad de una sistematización y aclaración de las enseñanzas teosóficas. Un sistema simple y coherente, sin basarse demasiado en términos sánscritos, sería de ayuda al enseñar Teosofía a los miembros nuevos. Ella señaló: El concepto teosófico saptaparna (sistema de siete planos separados pero interconectados) es un intento fascinante del siglo diecinueve para comprender la naturaleza de la consciencia y de los cuerpos humanos en relación con el universo más amplio. Éste revela una necesidad de una estructura numérica y una comprensión de la antropología y cosmología espiritual, una necesidad avalada a lo largo de la historia del pensamiento humano (Hall, p.5)
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LOS PLANOS DE LA NATURALEZA:UN PUNTO DE VISTA ALTERNATIVO
SHIRLEY J. NICHOLSON Las investigaciones que comenzaron en 1895 llevaron a la publicación de Química Oculta de AB y CWL, y Un estudio sobre la Consciencia de la Sra. Besant. Existe corroboración de estas ideas, por lo menos por un científico, el físico británico Stephen M. Phillips, que trabajó mucho para mostrar cómo AB y CWL comprendieron la naturaleza final de la materia. Él tiene un sitio web ( Su nuevo libro, La conexión matemática entre la Religión y la ciencia, no relacionado con AB y CWL, se publicó en 2009. Para los estudiantes teosóficos el esquema AB/CWL, ofrece una visión alternativa de los planos, con apoyos en experiencia clarividente y una sólida deducción. Presenta un sistema elegante de unidades vacías o Anu que se combinan en grupos de seis, entrelazándose y girando en un movimiento complejo, siempre de modo ordenado y nunca al azar. Para un vidente con percepción espiritual sin velos, toda la naturaleza resplandece con Luz divina, porque como HPB lo enseñó, al igual que los místicos a través de la historia, la naturaleza es sólo la cubierta externa de la Divinidad misma. Cuando la Sra. Besant escribió su famosa invocación, “Oh Vida Oculta que vibras en cada átomo”, indudablemente hablaba de algo muy real para ella. Referencias Besant, Annie y C. W. Leadbeater, Química Oculta: Observaciones clarividentes de los Elementos químicos. Editorial Teosófica, Londres, 1919. Hall, Julie, ‘El Saptaparna: El significado y orígenes de la Constitución Septenaria del Hombre’, Historia Teosófica: periódico cuatrimestral de Investigación, Octubre 2007, vol. XIII, Nº 4. Taimni, I. K., La Ciencia de la Yoga, Editorial Teosófica, Adyar, Chennai, 1961. PAZ
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EL JARDÍN DE LA VIDA HUMANA Sharmila S. Parulkar
Los antiguos Maestros usaron la correspondencia y la analogía para educar a la gente. El mito, el drama, la alegoría, eran todos elementos diferentes para transmitirle a la inteligencia humana incipiente, hechos y verdades de la naturaleza y de las Leyes de ésta. De modo que en la naturaleza de cada hombre crecen malezas y plantas ponzoñosas, y también bellas flores y árboles de sombra. Muchos poetas y escritores, antiguos y modernos, compararon las virtudes y defectos del hombre, y sus buenos y malos hábitos, a plantas de la jungla y a las de jardines floridos. Videntes y artistas vieron en el Loto, por ejemplo, el símbolo del Hombre Universal. En Egipto como en India, el Loto fue considerado la flor sagrada porque en su proceso de vida se vio el desarrollo del alma humana hacia su perfección, el individuo volviéndose el hombre universal, el microcosmos, desarrollándose en el Macrocosmos, el Hombre Celestial. De modo similar, algunos místicos occidentales y esoteristas vieron en la Rosa un símbolo de conocimiento secreto por medio del cual se desarrolla el Alma, como capullo, convirtiéndose en una Rosa florecida totalmente. El principio filosófico subyacente en este antiguo modo de aprendizaje, por medio de símbolos y emblemas es este: Como todo en la Naturaleza emana de la sustancia una homogénea que es la Vida, popularmente llamada Dios, cada objeto, cada ser y cada reino lleva consigo y refleja algún aspecto particular del Todo universal. Por lo tanto, cada piedra y metal, cada flor y fruto, toda ave y animal, refleja algún aspecto de la Naturaleza, de su lado luminoso o de su lado oscuro, generalmente de ambos. El reino humano, sin embargo, al ser el más elevado en la Naturaleza manifestada, es la sombra reflejada y la copia miniaturizada del Todo universal. Sólo una forma de Vida, particularmente, la forma humana puede volverse perfecta: en esa forma todos los poderes de la vasta Naturaleza están ocultos en latencia, es decir, en una condición aún no desarrollada. La forma del hombre es una miniatura, pero una copia perfecta de todo el Universo Dinámico, al igual que el bebé recién nacido es una copia en miniatura del cuerpo humano totalmente desarrollado. Al usar esta Ley de Correspondencia y Analogía, encontramos que la jungla, oscura, peligrosa, sin senderos, imposible de rastrear, refleja sus cualidades y características en la naturaleza humana. También, el jardín con sus cercas bien formadas, sus diseños y senderos, su colorida fragancia, sus rincones y esquinas sombreados, se reflejan en la naturaleza humana. Estos dos se pueden comparar a la naturaleza mala y buena en cada persona, pero no debemos ignorar que la selva tiene su propio valor, y ¡que en el jardín también se encuentran cobras y camaleones!
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No seguimos aquí el estudio de esta comparación de modo científico y preciso. Sólo de modo general podemos tratar esta comparación metafórica entre la oscura jungla, aparentemente sin objetivos, y la naturaleza del hombre oscura, viciosa y carente de orden; entre el jardín cuidado y el carácter humano bien formado. Un jardín no es posible sin la ayuda del hombre, en una naturaleza salvaje. La naturaleza por sí sola no produce un jardín. De pronto la jungla se eleva en un jardín descuidado, pero nunca surge un jardín en una jungla descuidada. Incluso un carácter virtuoso es asaltado por debilidades, si no se le presta atención; si no regamos sistemáticamente nuestros canteros de virtud, pronto se convertirán en malezas de vicio. A los fines de nuestro estudio podemos limitarnos a estos aspectos de la jungla: 1) su fuerza y poder, la ley de la selva es que el poder es bueno; 2) sus animales feroces, que le temen al hombre porque, aunque débil, él es inteligente; 3) sus enredaderas venenosas que matarán no sólo arbustos robustos, sino incluso árboles gigantes. Estos tres son los enemigos del hombre, porque tienen su reflejo correspondiente en la naturaleza humana. 1) En nuestra naturaleza inferior, el egoísmo, ahamkâra es la fuerza predominante, la tendencia a consolidar el ‘yo’. Todo el poder y la fuerza de nuestra naturaleza inferior proceden de este ‘yo’, la raíz del sentimiento de que cada uno de nosotros está separado, y es por lo tanto superior a todos los demás. Su producto es un burdo egoísmo. Todas las ambiciones y competencias surgen de esta fuerza de egoísmo, el fundamento mismo de nuestra naturaleza inferior. Esa naturaleza inferior obtiene toda su fuerza del egoísmo, y cuando lo logra, el hombre mundanal triunfa. En palabras del Bhagavadgitâ (XVI.13-16): Esto he adquirido hoy, y obtendré ese objeto tan apreciado por mí; tengo esta riqueza, y eso también será mío. A este enemigo ya lo he eliminado, y a otros derrotaré de inmediato; soy el señor, soy poderoso, y soy feliz. Soy rico y tengo prioridad sobre los otros hombres; ¿dónde existe otro que sea como yo? Haré sacrificios, daré limosnas y disfrutaré. 2) En esta espesa naturaleza que está gobernada por el ‘yo’, merodean bestias feroces, destructoras de nuestras nobles aspiraciones. Tres de ellas, que son los principales vicios del hombre, sus peores enemigos, y la peligrosa matriz de toda una prole de excesos, se llaman las ‘Puertas del Infierno’ en el mismo capítulo del Gitâ. Ellas son kâma, krodha y lobha, lujuria, ira y codicia. La muerte del egoísmo resulta de la destrucción de la avaricia, el alma viciada de la competencia; la ira surge de una ambición no satisfecha; y la lujuria aparece por deseos descontrolados, Sri Krshna las llama las “destructoras del alma”.
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Estas tres bestias le temen al Alma espiritual del hombre, y por lo tanto atacan al Alma. Y la gente tonta, que permanece inconsciente de la fortaleza del alma existente en su interior, cae presa de los lacerantes colmillos de la lujuria, de la ira y de la codicia. 3) Pero, ¿cuáles son las enredaderas venenosas de nuestra naturaleza humana? No son las bestias rugientes cuya existencia y presencia se detectan fácilmente, sino esas tendencias parásitas, astutas, de apariencia débil, rastreras, retorcidas, que en silencio destruyen nuestra humanidad, nuestra nobleza y la posibilidad de crecimiento. Nuestra humanidad, en general, no sufre tanto de maldad burda, como de insignificante insensatez. Sin lugar a dudas, existe mucha gente estúpida, cuyas vidas están sofocadas por hábitos decadentes, por hábitos insignificantes, una repetición sin propósito, como la enredadera que se envuelve alrededor del tronco del árbol que seguramente va a destruir. Estas tres, hacen de la vida humana una jungla. Se debe construir un jardín en su lugar. ¿Cómo lo haremos? Esta respuesta también viene del Gitâ: con la espada del conocimiento podemos cortar la nefasta influencia de las enredaderas venenosas; también podemos destruir las bestias de la lujuria, la ira y la avaricia. Al luchar con el egoísmo por medio del conocimiento llegamos a lo ‘Real’, el Ego Real, el Alma humana o el Pensador, y nos enseña cómo hacer un jardín donde antes existía una jungla. Podremos crear un jardín a partir de esta jungla de naturaleza humana sólo cuando encontremos al jardinero. El Alma en nosotros es el jardinero. Si la educación moderna, desde su mismo comienzo, le enseñara a los niños a buscar sus propias Almas, dentro de sus propias mentes y corazones, la jungla del carácter y de la naturaleza inferior no surgiría tan fácilmente. Es más difícil para el adulto transformar su jungla en un jardín; pero, aunque difícil, no es imposible; y más aún, es urgente que cada hombre y cada mujer emprendan la tarea. ¿Por qué? Porque sus Almas, cuando están dominadas por el egoísmo, la lujuria, la ira y la codicia, por hábitos, costumbres y creencias ciegas, encontrarán la muerte. Desgraciadamente, los Muertos-Vivientes son muchos. ¿Cómo construir un jardín a partir de nuestra naturaleza humana? El primer requisito es que actuemos como seres humanos. En nosotros predomina la naturaleza animal. Para volvernos humanos debemos ocupar nuestra vida diaria con dignidad de propósito.
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Un jardinero hace sus planes: la forma de los canteros, el lugar de los mismos, la ubicación del césped, cómo obtener agua desde la distancia más corta, la compra de buenas semillas, luego sembrarlas, y finalmente, cuidar el proceso hasta que crezcan completamente. Necesitamos conocimiento, conocimiento del modo en que funciona nuestra mente y el reconocimiento del Alma que es más elevada que la mente, y controla sus movimientos. El Alma es el jardinero, y su mente es el arma principal con la que limpia el terreno, da vuelta la tierra, riega y planta las semillas elegidas. De aquí la necesidad de conocimiento de nuestro propio carácter, del Alma con su capacidad de controlar la mente, de la mente con su fuerte tendencia a ser impresionada por sentimientos, emociones y deseos, producidos por los sentidos y objetos de los sentidos. Y en tercer lugar, el conocimiento de que cada ser humano puede y debe cultivar un jardín a partir de su propia naturaleza. Nadie más puede hacer ese trabajo: los grandes Maestros, poetas y profetas sólo pueden señalar el camino, pero cada uno debe transitarlo por sí mismo; esto es Karma. Karma no es fatalismo, no existe el destino fijo e inamovible; Karma es acción, el hacer y el llegar a ser. Sea lo que sea que hayamos hecho en el pasado, por plagado de malezas que nuestro carácter pueda estar, por oscuras que sean las junglas de nuestros sentimientos y pensamientos, el Alma como el Sol en el cielo brilla sobre nosotros y las lluvias de su bendición caen sobre nosotros. Si no desesperamos, y con coraje moral nos tomamos en nuestras propias manos, aprenderemos la verdad sobre la felicidad y el progreso. Y debo trabajar duramente durante meses, Y años cultivando Mi propio y pequeño terruño Para hacer Crecer mi propia plantación, Aprovecharé las lluvias cuando caigan No me irritaré; Será suficiente, si finalmente Florece un pequeño jardín. Tennyson PAZ
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PENSAMIENTOS Y ….
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Los árboles son poemas que la tierra escribe en el cielo.
Los cortamos y los convertimos en papel, para poder dejar constancia de nuestro vacio. Kahlil Gibran
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Yo no puedo enseñarle nada a nadie. Solo puedo hacerles pensar
Sócrates
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CUENTO: “EL EGOÍSMO” El primer ministro de la dinastía Tang era un héroe nacional por su éxito como estadista y líder militar. Pero a pesar de su fama, poder, y riqueza, se consideraba a sí mismo como un humilde y devoto budista. Visitaba a menudo a su maestro preferido de Zen para estudiar bajo su instrucción, y parecían llevarse muy bien. El hecho de que era primer ministro no tenía, aparentemente, ningún efecto en su relación, la cual parecía ser simplemente una de un reverendo maestro y un respetuoso estudiante. Un día, durante su usual visita, el primer ministro le preguntó al maestro, "Su Reverencia, según el Budismo ¿qué es el egoísmo?". La cara del maestro se puso roja, y en un tono de voz muy condescendiente e insultante, increpó a modo de respuesta, "¿¡Qué clase de pregunta estúpida es ésa!?". Esta imprevista respuesta conmocionó tanto al primer ministro que llegó a fruncir el ceño y a enfadarse. Entonces el maestro de Zen sonrió y dijo, "ÉSTO, Su Excelencia, es egoísmo.“ PAZ
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CUENTO: “EL PROBLEMA” Cuenta la leyenda que en un monasterio budista ubicado en una ladera casi inaccesible de las frías y escarpadas montañas del Himalaya, un buen día uno de los monjes guardianes más ancianos falleció. Le hicieron los rituales tibetanos propios para esas ocasiones, llenas de profundo respeto y misticismo. Sin embargo, era preciso que algún otro monje asumiera las funciones del puesto vacante del guardián. Debía encontrarse el monje adecuado para llevárselas a cabo. El Gran Maestro convocó a todos los discípulos del monasterio para determinar quién ocuparía el honroso puesto de guardián. El Maestro, con mucha tranquilidad y calma, colocó una magnifica mesita en el centro de la enorme sala en la que estaban reunidos y encima de ésta, colocó un exquisito jarrón de porcelana, y en él, una rosa amarilla de extraordinaria belleza y dijo: -―He aquí el problema. Asumirá el puesto de Honorable Guardián de nuestro monasterio el primer monje que lo resuelva. Todos quedaron asombrados mirando aquella escena: un jarrón de gran valor y belleza, con una maravillosa flor en el centro. Los monjes se quedaron como petrificados en el más respetuoso silencio, hundidos en sus interrogantes internas… ¿Qué representaría ese bello jarrón con flores? ¿Qué hacer con él? ¿Cuál podría ser el enigma encerrado de tan delicada belleza? ¿Simbolizaría acaso las tentaciones del mundo? ¿Podría ser algo tan simple como que necesitara agua la flor? Eran tantas preguntas… En un momento determinado, uno de los discípulos sacó una espada, miró al Gran Maestro, y a todos sus compañeros, se dirigió al centro de la sala y … zas!! Destruyó todo de un solo golpe. Tan pronto el discípulo retornó a su lugar, el Gran Maestro dijo: ―Alguien se ha atrevido no sólo a dar solución al problema, sino a eliminarlo. Honremos a nuestro Guardián del Monasterio. PAZ
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MEDITACIONES
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La meditación es la liberación total de la energía.
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En el ámbito creado por el pensamiento no hay amor
En el ámbito creado por el pensamiento no hay amor. Este espacio separa a un hombre de otro, y en él se encuentran todo el devenir, la batalla de la vida, la agonía y el temor. La meditación es el cese de este espacio, el cese del «yo». Entonces la relación posee un significado muy diferente, porque en ese espacio que no está creado por el pensamiento, el otro no existe, porque tú no existes.
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La meditación a aquella hora era libertad; era como entrar en un mundo desconocido de belleza y quietud; era un mundo sin imagen, símbolo o palabra, sin oleadas de recuerdo. El amor era la muerte de cada minuto y cada muerte era la renovación del amor. No era apego, no tenía raíces; florecía sin causa y era una llama que consumía los lindes, las vallas cuidadosamente levantadas de la conciencia. Era la belleza más allá del pensamiento y del sentimiento; no era una composición sobre lienzo, en palabras o mármol. La meditación era dicha y con ella vino una bendición.
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