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Jirafas altas y elefantes gordos.

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Presentación del tema: "Jirafas altas y elefantes gordos."— Transcripción de la presentación:

1 Jirafas altas y elefantes gordos

2 Tener una oportunidad muy grande, es como tener una jirafa al frente y sólo verle las rodillas. Las rodillas es lo que ven los niños, procura mostrales todo.

3 Un día sin horarios, un ratito mas en la cama, un helado a medias y unas carantoñas compartidas.

4 A veces los niños no juegan, están realizando sus mas serias actividades.

5 ¿Qué es lo necesario para ver que un niño es diferente, y no le motiva lo mismo que a otros? ¿Acaso no somos todos y cada uno diferente de los demás? Somos diferentes, como las jirafas ninguna tiene las manchas iguales,

6 La jirafa es alta y tiene un cuello muy largo pero tiene las mismas vértebras cervicales que un humano

7 Ya que es cierto que los niños tiene que crecer, procuremos que lo hagan con mas sonrisas que lagrimas.

8 Para lograr que los niños crezcan en todos sus aspectos, debemos participar de sus alegrías.

9 El elefante es gordo y PODEROSO, Y se mueve con agilidad; sin embargo se dice que el elefante a vceces llora.

10 Me maravilla ver a los niños siempre ocupados en algo, y verlos contentos sin un motivo que los adultos entendamos.

11 No digas sintomáticamente que no, razona tus respuestas y conseguiras niños despiertos

12 NO BASTA AMAR A LOS NIÑOS, ES PRECISO QUE ELLOS SE DEN CUENTA QUE SON AMADOS

13 Aprende a escuchar a los niños y serás un adulto sabio.

14 Ellos quieren que no te salgas del marco, pero,recuerda colorear fuera de los limites, así es como vas a poder expresar lo que eres. No lo que quieren que seas.

15 EL ELEFANTE ENCADENADO...
Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante. Durante la función, la enrome bestia hacia despliegue de su tamaño, peso y fuerza descomunal... pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas clavada a una pequeña estaca clavada en el suelo. Sin embargo, la estaca era solo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir. El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces? ¿Por qué no huye? Cuando tenía 5 o 6 años yo todavía en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre, o a algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado.

16 Hice entonces la pregunta obvia: -Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan?
No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo me olvide del misterio del elefante y la estaca... y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta. Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta: El elefante del circo no se escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde muy, muy pequeño. Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró, sudó, tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo, no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado, y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que le seguía... Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no se escapa porque cree -pobre- que NO PUEDE. Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás... jamás... intentó poner a prueba su fuerza otra vez Jorge Bucay

17 Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres
Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres. Pitágoras

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