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Todos los años en este 4º domingo de Pascua se presenta: la alegoría del Buen Pastor.

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Presentación del tema: "Todos los años en este 4º domingo de Pascua se presenta: la alegoría del Buen Pastor."— Transcripción de la presentación:

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3 Todos los años en este 4º domingo de Pascua se presenta: la alegoría del Buen Pastor.

4 Alegoría es una especie de parábola, donde cada frase tiene una correspon- dencia con la vida y los mensajes de Jesucristo.

5 Para los oyentes de Jesús era un ejemplo muy claro y tradicional. Era un oficio muy conocido: el pastor que va delante de las ovejas, animales dóciles, para indicarles los lugares mejores de buen pasto.

6 Era tan apropiado el ejemplo que se llamaba “Pastor” al mismo Dios. Así lo decía el salmo 22

7 Este salmo 22 (ó 23) nos presenta todo un desarrollo de la vida espiritual, unida con Jesús, desde que nos toma consigo hasta vivir con Él en el cielo.

8 El Señor es mi Pastor. Nada me falta. Automático

9 En verdes praderas me hace recostar.

10 Me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas.

11

12 nada temo

13 porque tu vas conmigo

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15 Preparas una mesa ante mi

16 y mi copa rebosa.

17 Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida.

18 Y habitaré en la casa del Señor

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20 El Señor es mi Pastor.

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22 En verdes praderas me hace recostar. Hacer CLICK

23 Este año, al ser el ciclo C, se expone la parte final. Es como una conclusión de la alegoría. Pertenece al evangelio de san Juan. Jn 10, 27-30 Dice así:

24 En aquel tiempo, dijo Jesús: "Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno."

25 Veamos las cualidades que nos presenta el evangelio sobre Jesús como nuestro buen pastor.

26 Jesús conoce a sus ovejas. No es un conocimiento frío, calculador, sólo por sus características externas; sino que las conoce en su intimidad, en su más propia identidad. Las conoce por su nombre. En aquella cultura eso significaba algo muy importante y profundo.

27 Se trata de un conocimiento creador, porque Dios, cuando conoce, va dando algo. Existo porque Él pensó en mí desde siempre. Y sigo existiendo porque Él sigue pensando en mí y me sostiene.

28 Ya decía el profeta Isaías: “Aunque una madre se pueda olvidar de su niño, Dios nunca se olvida de nosotros”. Por eso se trata de un conocimiento amoroso. Podemos ver sus ojos que penetran en nuestras entrañas. No son ojos inquisidores ni curiosos, sino cariñosos y llenos de misericordia.

29 Cada uno de nosotros estamos siendo mirados, penetrados y comprendidos por quien más nos ama. Con ese amor dice Jesús: “Yo conozco a mis ovejas”. Y entre esas ovejas (hijos nos llamará otras veces porque lo somos) estamos nosotros.

30 Quizá alguno diga: ¿Cómo le puedo importar yo tanto al gran pastor cuando tiene otras ovejas mucho más importantes a quienes creer y querer y otros asuntos más importantes? Dios es infinito y puedo con razón pensar que en este momento el asunto más importante soy yo y mi salvación.

31 En el evangelio nos dice Jesús que sus ovejas son suyas, le pertenecen, porque las ha conocido y las ha amado. Y le pertenecen porque las “ha comprado con su sangre”, como nos dice san Pedro en su 1ª carta.

32 También dice el evangelio que Jesús defiende a sus ovejas. Es valiente y generoso, ve los peligros a los que están expuestas y es capaz de arriesgar hasta sacrificar su vida por sus ovejas.

33 Esto indica el alimento que va dando continuamente a los que le siguen. Nos da el mejor “pasto”, que es su propia vida, es su Cuerpo y Sangre que nos da en la comunión. El evangelio nos dice que no sólo Jesús da vida sino que nos “da la vida eterna”.

34 Por eso es hermoso, y real, cuando podemos decir que Jesús no sólo es el pastor, sino el pasto también.

35 Oveja perdida, ven Automático

36 sobre mis hombros, que hoy

37 no sólo tu pastor soy,

38 sino tu pasto también.

39 no sólo tu pastor soy,

40 Hacer CLICK

41 Hoy también en la 2ª lectura se nos dice cómo Jesús es al mismo tiempo cordero y pastor: Es el Cordero y es pastor. Los santos, que han lavados sus vestidos en la sangre del Cordero, se postran ante Él, que al mismo tiempo es el Pastor. Apocalipsis 7, 9. 14b-17.

42 Yo, Juan, vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua, de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos. Y uno de los ancianos me dijo: - "Éstos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero. Por eso están ante el trono de Dios, dándole culto día y noche en su templo. El que se sienta en el trono acampará entre ellos. Ya no pasarán hambre ni sed, no les hará daño el sol ni el bochorno. Porque el Cordero que está delante del trono será su pastor, y los conducirá hacia fuentes de aguas vivas. Y Dios enjugará las lágrimas de sus ojos."

43 Jesús es nuestro pastor, que nos va dando vida para un día darnos la vida eterna. Pero nosotros no somos muchecos, sino que tenemos libertad: podemos seguirle o dejar de seguirle. Esa es nuestra grandeza.

44 El evangelio nos habla hoy de dos virtudes que debemos tener para ser “buenas ovejas” o discípulos de Jesús: Debemos escuchar al pastor y seguirle.

45 Escucharle significa conocer a Jesús. Cuanto más le conozcamos, mejor podremos escucharle para seguirle. No nos debe bastar con una fe incipiente o tradicional, que se queda sólo con las tradiciones. Debe llegar a lo profundo del ser. Escucharle profundizando en sus palabras y mensajes.

46 Este conocimiento, como el de Jesús, debe estar lleno de amor. Como el amor debe estar unido al conocimiento. Nada se ama si no se conoce; y nada se ama mucho si no se conoce mucho.

47 Debemos escuchar y conocer a Jesucristo, especialmente a través de un contacto frecuente en la oración y un contacto íntima por la comunión eucarística.

48 No basta con escuchar a Jesús. Debemos seguirle. De hecho ya el creer en Jesús significa seguirle. La palabra escuchada es alimento y fuerza transformadora. Seguir a Jesús quiere decir querer imitarle y compenetrarse con Él.

49 Esta progresiva compenetración debe llevarnos a ser pastores de alguna manera. Todo padre y madre de familia deben ser pastores, siguiendo al gran Pastor.

50 No siempre es fácil. Hoy la 1ª lectura nos habla de la predicación de Pablo y Bernabé, cómo predicaban con alegría en medio de la persecución de los judíos que había en Antioquía de Pisidia.

51 Es curioso cómo esos judíos excitaron “a las señoras distinguidas y devotas y a los principales de la ciudad”, para que expulsaran a Pablo y Bernabé. Hay gente, que se cree distinguida, pero aprisiona la palabra de Dios, que es amor, entrega y servicialidad.

52 “Ellos sacudieron el polvo de los pies, como protesta contra la ciudad, y se fueron a Iconio”. Para ser pastor, seguidor de Jesús, es necesaria la perseverancia. El Espíritu Santo nos dará la alegría de ser fieles al Señor. Perseverando en el seguimiento amoroso a Jesús podremos en verdad decir: Jesús es mi Pastor.

53 Jesús es mi pastor, nada me faltará. Automático

54 Todo por el amor que Él me tiene y me da.

55 Padre nuestro que estás aquí en mi corazón,

56 no te alejes jamás, aunque sea un pecador.

57 Yo creo en Jesucristo

58 para llegar al cielo,

59 por la fe que yo tengo,

60 porque Él siempre fue bueno.

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63 AMÉN


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