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Ayudas para este tiempo: Leccionario, Lectio Divina, Viacrucis, y el Santo Rosario.

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Presentación del tema: "Ayudas para este tiempo: Leccionario, Lectio Divina, Viacrucis, y el Santo Rosario."— Transcripción de la presentación:

1 Ayudas para este tiempo: Leccionario, Lectio Divina, Viacrucis, y el Santo Rosario.

2 1. El leccionario Es doble: del dominical y el ferial. El dominical tiene tres ciclos: A, B, C; el ferial, en cambio, repite todos los años las mismas lecturas. En los domingos primero y segundo de todos los ciclos se han conservado las narraciones de las tentaciones y de la transfiguración, si bien se leen según los tres sinópticos. En los domingos siguientes se siguen estas narraciones:

3 Ciclo C: Es una llamada a la conversión a Dios. Los domingos primero y segundo presentan también las tentaciones y la transfiguración. Los otros domingos desarrollan el tema de la paciencia y del perdón de Dios: el Señor es paciente y sabe esperar (tercer domingo: “Si no os convertís, todos pereceréis”), aguarda nuestro retorno con los mismos anhelos y actitudes que el padre del hijo pródigo (cuarto domingo) y nos acoge si nos convertimos; basta con que ese arrepentimiento sea sincero y no queramos pecar más (quinto domingo: la mujer adúltera). Todos estos domingos están orientados, por tanto, en la misma dirección: la conversión, la paciencia divina y el perdón, concedido a quienes, sintiéndose culpables, se esfuerzan por cambiar de vida.

4 I.EL TIEMPO DE CUARESMA 1.Un tiempo con características propias. La Cuaresma es el tiempo que precede y dispone a la celebración de la Pascua. Tiempo de escucha de la Palabra de Dios y de conversión, de preparación y de memoria del Bautismo, de reconciliación con Dios y con los hermanos, de recurso más frecuente a las "armas de la penitencia cristiana": la oración, el ayuno y la limosna (ver Mt 6,1-6.16-18).

5 La Cuaresma es uno de los cuatro tiempos fuertes del año litúrgico y ello debe verse reflejado con intensidad en cada uno de los detalles de su celebración. Cuanto más se acentúen sus particularidades, más fructuosamente podremos vivir toda su riqueza espiritual Por tanto habrá que esforzarse, entre otras cosas: -Por que se capte que en este tiempo son distintos tanto el enfoque de las lecturas bíblicas (en la santa misa prácticamente no hay lectura continua), como el de los textos propios y determinados casi siempre de modo obligatorio para cada una de las celebraciones). -Por que los cantos, sean totalmente distintos de los habituales y reflejen la espiritualidad penitencial, propia de este tiempo. - Por lograr una ambientación sobria y austera que refleje el carácter de penitencia de la Cuaresma.

6 2. Estructuras del tiempo de Cuaresma. Para poder vivir adecuadamente la Cuaresma es necesario clarificar los diversos planos o estructuras en que se mueve este tiempo. En primer lugar, hay que distinguir la "Cuaresma dominical", con su dinamismo propio e independiente, de la "Cuaresma de las ferias". a.La "Cuaresma dominical". En ella se distinguen diversos bloques de lecturas. Además el conjunto de los cinco primeros domingos, que forman como una unidad, se contraponen al último domingo - Domingo de Ramos en la Pasión del Señor-, que forma más bien un todo con las ferias de la Semana Santa, e incluso con el Triduo Pascual.

7 b. La "Cuaresma ferial". Cabe también señalar en ella dos bloques distintos: -El de las Ferias de las cuatro primeras semanas, centradas sobre todo en la conversión y la penitencia. - Y el de las dos últimas semanas, en el que, a dichos temas, se sobrepone, la contemplación de la Pasión del Señor, la cual se hará aún más intensa en la Semana Santa.

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9 Leer, meditar, rezar, actuar: La lectio divina en cuatro pasos fáciles La lectio divina es una forma de tener un encuentro con Dios a través de la Sagrada Escritura, y se hace normalmente tomando un pasaje determinado de la Biblia para hacer la oración.

10 Paso 1. Leer: ¿Qué dice el texto? En primer lugar, se lee el texto. Al nivel más básico, uno se pregunta: ¿Qué sucede en este pasaje del Evangelio? A veces, conviene usar un comentario bíblico o leer la explicación de la propia Biblia para entender mejor el contexto.

11 Paso 2. Meditar: ¿Qué me dice Dios a mí en este texto? En este punto, uno ve si hay algo que Dios quiere darle a conocer en este pasaje. Casi siempre uno puede relacionarlo con algún suceso o experiencia de su vida.

12 Paso 3. Rezar: ¿Qué le quiero decir yo a Dios sobre el texto? Después de meditar en este pasaje, tal vez uno sienta temor por lo que cree que el Señor le pide hacer. Si esto significa defender a alguien que ha sido maltratado, o incluso defenderse uno mismo, quién sabe si la idea pueda asustarle. Tal vez uno tema ser rechazado, y más aún, ser rechazado por los conocidos y amigos cercanos, como lo fue Cristo en su propia ciudad.

13 Paso 4. Actuar: ¿Qué hacer como resultado de la oración? Finalmente, uno actúa. La oración debe movernos a actuar, aunque esto solamente signifique ser más compasivos y fieles.

14 Saborear y escuchar. Hay otro modo de rezar la lectio divina ligeramente diferente, en el cual uno se queda meditando sobre una idea, una sola palabra o una frase que uno escoge del pasaje leído. De esta manera uno puede “saborear” el texto, como decía San Ignacio de Loyola. Esto resulta muy bien con los salmos.

15 El Vía Crucis es una antigua tradición en la Iglesia Católica que surgió de las peregrinaciones que los cristianos realizaban a Tierra Santa y encierra un rico y profundo significado, sobre todo para vivir la Cuaresma.

16 para entender mejor el significado de la cruz: 1.- Nos permite poner nuestra confianza en Dios “En la Cruz de Cristo está todo el amor de Dios, está su inmensa misericordia. Y es un amor del que podemos fiarnos, en el que podemos creer. Queridos jóvenes, fiémonos de Jesús, confiemos en Él (cf. Lumen fidei, 16). Porque Él nunca defrauda a nadie. Sólo en Cristo muerto y resucitado encontramos la salvación y redención”. 6 razones del Papa Francisco para rezar el Vía Crucis.

17 “Miren, Jesús con su Cruz recorre nuestras calles y carga nuestros miedos, nuestros problemas, nuestros sufrimientos, también los más profundos. Con la Cruz, Jesús se une al silencio de las víctimas de la violencia, que ya no pueden gritar, sobre todo los inocentes y los indefensos”. 2.- Nos ubica en la historia

18 3.- Nos interpela “Vos, ¿como quien querés ser? ¿Querés ser como Pilato, que no tiene la valentía de ir a contracorriente, para salvar la vida de Jesús, y se lava las manos? Decidme: Vos, sos de los que se lavan las manos, se hacen los distraídos y miran para otro lado, o sos como el Cireneo, que ayuda a Jesús a llevar aquel madero pesado, como María y las otras mujeres, que no tienen miedo de acompañar a Jesús hasta el final, con amor, con ternura”.

19 4.- Nos lleva a la acción “Nos enseña así a mirar siempre al otro con misericordia y amor, sobre todo a quien sufre, a quien tiene necesidad de ayuda, a quien espera una palabra, un gesto. La Cruz nos invita a salir de nosotros mismos para ir al encuentro de ellos y tenderles la mano”.

20 5.- Nos anima a seguir el camino “En la Cruz de Cristo está el sufrimiento, el pecado del hombre, también el nuestro, y Él acoge todo con los brazos abiertos, carga sobre su espalda nuestras cruces y nos dice: ¡Ánimo! No la llevás vos solo. Yo la llevo con vos y yo he vencido a la muerte y he venido a darte esperanza, a darte vida (cf. Jn 3,16)”.

21 6.- Nos da certeza del amor fiel de Dios “Llevemos nuestras alegrías, nuestros sufrimientos, nuestros fracasos a la Cruz de Cristo; encontraremos un Corazón abierto que nos comprende, nos perdona, nos ama y nos pide llevar este mismo amor a nuestra vida, amar a cada hermano o hermana nuestra con ese mismo amor”.

22 Santo Rosario La Cuaresma es un tiempo durante el cual podemos descubrir de nuevo la oración. Es la ocasión de tomar nuestro rosario para meditar con María los misterios de la vida del Señor. Podríamos pensar que la Cuaresma es el período del año litúrgico que se acuerda bien con los misterios dolorosos del Rosario. En efecto, es lo primero que se nos ocurre espontáneamente.

23 La meditación de estos misterios será la ocasión de unirnos a los que sufren en sus cuerpos y en sus corazones, de rezar por aquellos que son perseguidos por la justicia, a causa de su adhesión a Cristo. no podemos dejar de pensar en nuestros hermanos cristianos acosados y asesinados a causa de su fe en Nigeria, en el Próximo y Medio Oriente, en la India y en otros muchos lugares.

24 Durante la Semana Santa, celebraremos la Institución de la Eucaristía, un misterio luminoso. Por fin no olvidemos que la Resurrección, misterio glorioso, ha sido anunciada por Cristo a sus discípulos. ¡Jesús va a dar su vida para vencer la muerte! Va a sufrir y morir, ¡El que es la Resurrección y la Vida! ¡Durante esta Cuaresma, con nuestro Rosario -todo el Rosario-, tomemos decididamente el camino de Jerusalén!

25 – Practicar las obras de misericordia corporales y espirituales como lo sugiere la Bula del Papa para el Jubileo extraordinario de la Misericordia. – Asistir a retiros espirituales y peregrinaciones. Rezar el Viacrucis y el Rosario con la familia y la comunidad. Algunas coordenadas para vivir este tiempo de gracia.

26 – Recordar la práctica del ayuno, la limosna y las obras de caridad así como las misiones para evangelizar especialmente en las “periferias existenciales” como lo pide siempre el Papa.

27 Algunas coordenadas para vivir este tiempo de gracia. – Incrementar nuestro conocimiento sobre el Misterio Pascual y los sacramentos. – Fomentar un mayor contacto con la Palabra de Dios. Aprender y practicar la Lectio Divina con los textos cuaresmales. – Participar con más frecuencia en la Eucaristía, en las celebraciones penitenciales y, sobre todo, en la recepción del sacramento de la penitencia. “Dios no se cansa de perdonar, somos nosotros quienes nos cansamos de pedir perdón”, dice Francisco.

28 Finalmente, tengamos presente estas palabras del Papa Francisco: “Este es el tiempo oportuno para cambiar de vida. Este es el tiempo para dejarse tocar el corazón. Ante el mal cometido, incluso crímenes graves, es el momento de escuchar el llanto de todas las personas inocentes depredadas de los bienes, la dignidad, los afectos, la vida misma. (…) Dios no se cansa de tender la mano. Está dispuesto a escuchar, y también yo lo estoy, al igual que mis hermanos obispos y sacerdotes. Basta solamente que acojáis la llamada a la conversión y os sometáis a la justicia mientras la Iglesia os ofrece misericordia” (Misericodiae Vultus No. 19)


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