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La IIª República Española y la guerra civil 1931- 1939 La lucha entre las dos españas.

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Presentación del tema: "La IIª República Española y la guerra civil 1931- 1939 La lucha entre las dos españas."— Transcripción de la presentación:

1 La IIª República Española y la guerra civil 1931- 1939 La lucha entre las dos españas

2 “Una guerra es como un gran pie que se colocase bruscamente interrumpiendo la vida de un hormiguero” María Teresa León

3 ACEITUNEROS Andaluces de Jaén, aceituneros altivos, decidme en el alma: ¿quién, quién levantó los olivos? No los levantó la nada, ni el dinero, ni el señor, sino la tierra callada, el trabajo y el sudor. Unidos al agua pura y a los planetas unidos, los tres dieron la hermosura de los troncos retorcidos. Levántate, olivo cano, dijeron al pie del viento. Y el olivo alzó una mano poderosa de cimiento. Andaluces de Jaén, aceituneros altivos, decidme en el alma: ¿quién amamantó los olivos? No la del terrateniente que os sepultó en la pobreza, que os pisoteó la frente, que os redujo la cabeza. Árboles que vuestro afán consagró al centro del día eran principio de un pan que sólo el otro comía. ¡Cuántos siglos de aceituna, los pies y las manos presos, sol a sol y luna a luna, pesan sobre vuestros huesos! Andaluces de Jaén, aceituneros altivos, pregunta mi alma: ¿de quién, de quién son estos olivos? Jaén, levántate brava sobre tus piedras lunares, no vayas a ser esclava con todos tus olivares. Dentro de la claridad del aceite y sus aromas, indican tu libertad la libertad de tus lomas. Miguel Hernández, 1937 Vuestra sangre, vuestra vida, no la del explotador que se enriqueció en la herida generosa del sudor.

4 GALOPE Las tierras, las tierras, las tierras de España, las grandes, las solas, desiertas llanuras. Galopa, caballo cuatralbo, jinete del pueblo, al sol y a la luna. ¡A galopar, a galopar, hasta enterrarlos en el mar! A corazón suenan, resuenan, resuenan las tierras de España, en las herraduras. Galopa, jinete del pueblo, caballo cuatralbo, caballo de espuma. ¡A galopar, a galopar, hasta enterrarlos en el mar! Nadie, nadie, nadie, que enfrente no hay nadie; que es nadie la muerte si va en tu montura. Galopa, caballo cuatralbo, jinete del pueblo, que la tierra es tuya. ¡A galopar, a galopar, hasta enterrarlos en el mar! Rafael Alberti

5 ME LLAMARÁN, NOS LLAMARÁN A TODOS Blas de Otero...porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin más ni más... SANCHO (Quijote, II cap. 74.) 1 Me llamarán, nos llamarán a todos. Tú, y tú, y yo, nos turnaremos, en tornos de cristal, ante la muerte. Y te expondrán, nos expondremos todos a ser trizados ¡zas! por una bala. Bien lo sabéis. Vendrán por ti, por ti, por mí, por todos. Y también por ti. (Aquí no se salva ni dios, lo asesinaron.) Escrito está. Tu nombre está ya listo, temblando en un papel. Aquél que dice: abel, abel, abel...o yo, tú, él... 2 Pero tú, Sancho Pueblo, pronuncias anchas sílabas, permanentes palabras que no lleva el viento...

6 Algunos poetas como Manuel Machado, dedicaron unos versos a Franco: “Caudillo de la nueva reconquista, Señor de España que en su fe renace Sabe vencer y sonreír, y hace Campo de pan la tierra de conquista.”

7 ¡Y cómo iguala la muerte los rojos y los azules! -------------------------------- Nadie es nada, todos son Sílabas que se resumen En un romance sin nombre Y en un olvido sin cruces. ¡Cómo se achica aquel bravo y aquel capitán se pudre! Y la miliciana aquella De entreabiertos ojos dulces Con su fusil y su "mono" Muerta en la yerba de bruces. ¡Que montoncillo tan leve de campanillas azules! Pero Dios sabe sus nombres Y los separa en las nubes.

8 como dice Luis Cernuda, “si por fatal destino no les salva su talento, [...] tal vez les salve en la memoria futura el recuerdo de la tempestad a través de la cual se alzaron sus voces, asombradas unas y otras confundidas”.(Cernuda, 1975:269-270)

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10 “No sentís a la patria, camaradas, Alegres artesanos madrileños, Tú que de niño fuiste con nosotros Al ritmo de un sencillo pasacalle, Delante de la alegre infantería, Bajo balcones de rizadas palmas? ¿Tú que estuviste el otro día al lado mío En el mismo columpio de verbena, En la grada dorada de los toros, En la parada de palomas y húsares, En la pradera junto al Manzanares? Tú, hermano del taller y la tahona, Cerrajero que abriste nuestra puerta, Sereno de las tres de la mañana, Campanero de abril de altos balcones, Maquinista del tren de mis veranos, Cochero del Retiro y de mi infancia, Guarda del césped, vendedor humilde De globos y banderas, ¿Por qué, alzados, Lucháis con odio contra mí y los míos?” Foxá 1937.

11 Francisco Franco. Caudillo de la nueva Reconquista, Señor de España, que en su fe renace, sabe vencer y sonreír, y hace campo de pan la tierra de conquista. Sabe vencer y sonreír... Su ingenio militar campa en la guerrera gloria Seguro y firme. Y para hacer Historia Dios quiso darle mucho más: el genio. Inspira fe y amor. Doquiera llega El prestigio triunfal que lo acompaña, Mientras la Patria ante su impulso crece, para un mañana que el ayer no niega, para una España más y más España, ¡la sonrisa de Franco resplandece! Manuel Machado.

12 “¡Miradla, a España rota! y pájaros volando sobre ruinas, y el fachismo y su bota, y faroles sin luz en las esquinas” Jorge Guillén.

13 “Madre: Cuando al ejército vine no sabía poner mi nombre, Ahora te escribo una carta; ya soy feliz, soy más hombre. Este ejército que lucha con las armas en vanguardia, para aplastar al fascismo lucha en nuestra retaguardia contra el analfabetismo. Y acudimos los soldados como si fuéramos niños, con la sonrisa en los labios y entre las manos los libros. Así ganamos dos guerras, tu hijo te lo asegura: con las armas la de España; con los libros la cultura”. Ignacio García, en la revista Pasaremos en 1937

14 “Si mi pluma valiera tu pistola de capitán, contento moriría.” Antonio Machado.

15 “Y por los vientos del mundo Con temblor de meridiano, Desde América virgen Hasta oriente lejano, Retumbó el nombre del César, ¡Franco! ¡Franco! ¡Franco! ¡Franco!” Federico de Urrutia

16 “Niños y mujeres lloran por las calles las manos tendidas al cielo y al aire. Los látigos rusos arden en sus carnes...” Francisco Javier Martín Abril

17 “Y como cualquier propietario o explotador de hombres exigía además que le llamásemos Señor. Esto nos enseñaron desde niños los curas, el arzobispo en su visita pastoral y los dueños del campo que labramos hasta que nos derriba. Éramos más que bestias. Pero ahora, Señor, una hoz te ha segado para siempre...”. (0C, I, 527) “La lucha por la tierra” 1932 Rafael Alberti

18 “Y las viejas familias cierran las ventanas, afianzan las puertas, y el padre corre a oscuras a los Bancos y el pulso se le para en la Bolsa y sueña por la noche con hogueras, con ganados ardiendo, que en vez de trigo tienen llamas, en vez de granos, chispas, cajas, cajas de hierro llenas de pavesas. [...] Un fantasma recorre Europa, el mundo. Nosotros lo llamamos camarada”. (OC, I, 523-524) En la revista Octubre 1933 Rafael Alberti.

19 “Rusia torva y helada -látigo y cheka, tanque y servidumbre-, ¡quédate en tus estepas sepultada!, ¡déjame estar en mi española lumbre! [...] Frente a tu Plaza Roja, mi Alcázar toledano; frente a tu descreimiento, mi crisma de cristiano; y frente al agrio gesto de tu hoz y martillo, la generosa y franca sonrisa del Caudillo.” Dolor y resplandor de España Manuel de Góngora

20 Alfonso Y. Álvarez en su “La caída de Mola” (Romancero Popular 140) hace del poema un ataque contra toda la aviación fascista: “Aviadores, tripulantes de las aves del fascismo, italianos sin conciencia, alemanotes cretinos, si vuestra obra en España es la obra de exterminio, si lanzáis vuestra metralla contra mujeres y niños, contra ciudades abiertas, sobre humildes edificios. ¿cómo habéis cambiado un instante vuestro criminal designio? ¿Por qué habéis matado a Mola? ¿Qué terrible mal os hizo? ¿No era Mola, entre vosotros, un maestro de asesinos?... Mola, Mola el sanguinario, Mola el traidor ha caído.”

21 El “falangista” ocupa un poema de Gabriel G. Narezo (Romancero general 271). Escuchad: El falangista se levanta muy temprano (las doce de la mañana). Se peina, se hace las uñas, se pone el traje y se calza. Sale contento a la calle y al bar de moda se marcha. Se toma el aperitivo, con unas muchachas charla, se va después a comer, y el falangista descansa de tanto que ha trabajado desde que salió de casa. Por la tarde se va al cine con una guapa muchacha, también de rancia familia que dicen que es una santa. Después se va al cabaret, al baile o a lo que salta. ¡Cómo trabaja el fascista! ¡Sólo pensarlo da lástima!

22 Miguel Hernández “Aceituneros” No los levantó la nada, ni el dinero, ni el señor, sino la tierra callada, el trabajo y el sudor. Vuestra sangre, vuestra vida, no la del explotador que se enriqueció en la herida generosa del sudor. No la del terrateniente que os sepultó en la pobreza, que os pisoteó la frente, que os redujo la cabeza.

23 “Ganarás el pan...” Antonio Agraz -¿Quién ara la tierra, madre cuando el cierzo cortador hiere la carne, que guardan camisas de mal retor? -¡Quién quieres, hijo, que are! ¡Quién va a arar: el arador! -¿Quién siembra la tierra, madre, cuando el viento rondador pasa embozado en la niebla cantando acariciador? -¿Quién quieres que siembre, hijo, en la tierra? El sembrador. -¿Quién escarda los sembrados, cuando el tallo rompedor corta con su aguja verde el terruño envolvedor? -Le limpia el escardador. -¿Quién siega y siega las mieses 161 bajo el sol agotador, regando la tierra seca con lluvia de buen sudor? ¿Quién los hace agavilla? -¿Quién va a ser? ¡El segador! -¿Quién sobre el trillo, da vueltas a la era? -¡El trillador! -¿Quién hace del grano harina, moliéndolo? -¡El moledor! ¿Quién cuece el pan en el horno de fuego? -¡El paleador! -¿Y quién se lo come luego? -¡Calla, hijo! ¡Qué sé yo!

24 “¿Otra vez tú, poniendo flores sobre la tumba improvisada, sobre el terrón de la trinchera y esa apariencia de colores en esa patria ensangrentada? ¿Otra vez tú, la primavera?” (OC, I, 690-691) “Abril 1938” Rafael Alberti

25 “Una España yo quiero igual que aquella España que hace doscientos años se nos quedó dormida.” Miguel Martínez del Cerro en “Cantos a la España deseada”

26 “El fusil de hoy garantiza la cultura de mañana.” Eslogan de Cultura Popular

27 “Malas nubes. Tiempo fuerte. Nubes de sangre y espanto”. Emilio Prados (PC, I, 476)

28 Mitin “¡Camaradas! Se acerca el alba de las manos arriba, oídla, el alba del espanto en los ojos biliosos de la usura, el alba de la huida precipitada de los lechos, el alba de la toma de los bancos, el alba del asalto a las minas y las fábricas, el alba de la conquista de la tierra, el alba de la derrota y expulsión de los ángeles...” Rafael Alberti (OC, III, 756)

29 “el dominio de corazones y mentes es la continuación de la propia guerra”

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32 Resultados elecciones del 28 de junio de 1931

33 Composici ó n de las Cortes Constituyentes

34 Composici ó n de las Cortes, 12-1933

35 Composici ó n de las Cortes 12-1933

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37 La proclamaci ó n de la Rep ú blica fue acogida con euforia por la mayor í a de la poblaci ó n. Para estas multitudes la republica representaba la esperanza de una nueva Esp moderna y m á s justa. Mientras el pa í s celebraba la proclamaci ó n de la Rep ú blica, Alfonso XIII abandonaba palacio rumbo a un exilio voluntario. Antes de marcharse dej ó a los espa ñ oles esta proclama: "Las elecciones celebradas el domingo, me revelan claramente que no tengo hoy el amor de mi pueblo [...]. Hallar í a medios sobrados para mantener mis regias prerrogativas, en eficaz forcejeo con quienes las combaten. Pero, resueltamente, quiero apartarme de cuanto sea lanzar a un compatriota contra otro, en fraticida guerra civil [...]. Espero conocer la aut é ntica y adecuada expresi ó n de la conciencia colectiva, y mientras habla la naci ó n suspendo deliberadamente el ejercicio del poder real y me aparto de Espa ñ a, reconoci é ndola como ú nica se ñ ora de sus destinos."

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42 Frente a la nueva convocatoria de elecciones en noviembre de 1933, la derecha se preparaba para la toma del poder. En 1931 sus principales candidaturas habían sido barridas debido fundamentalmente a su falta de unidad en un sistema electoral que primaba las coaliciones. Ahora sus esperanzas se centraban en una nueva coalición, la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas). La CEDA fue el primer partido católico de masas en España y su líder era José María Gil Robles. La izquierda se lanzó a la campaña en defensa de las realizaciones de su gobierno, pero, como ya en 1931 le había ocurrido a la derecha, esta vez acudían desunidas. No es de extrañar pues el resultado que arrojaron los comicios que traducido en escaños fue el siguiente:

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