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Pasando de la infancia y vida secreta en Nazareth a la vida publica de Jesús, nuestra contemplación nos lleva a los misterios que pueden ser llamados.

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Presentación del tema: "Pasando de la infancia y vida secreta en Nazareth a la vida publica de Jesús, nuestra contemplación nos lleva a los misterios que pueden ser llamados."— Transcripción de la presentación:

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3 Pasando de la infancia y vida secreta en Nazareth a la vida publica de Jesús, nuestra contemplación nos lleva a los misterios que pueden ser llamados en una manera especial "misterios de luz." Seguramente, el misterio entero de Cristo es un misterio de luz. El es "La luz del mundo" (Juan 8: 12). Pero esta verdad sale en una manera especial durante los años de su vida publica. Extracto de la Carta Apostólica "El Rosario de la Virgen María", Papa Juan Pablo II, 16 de Octubre, 2002

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5 13 Entonces Jesús fue desde Galilea hasta el Jordán y se presentó a Juan para ser bautizado por él. 14 Juan se resistía, diciéndole: «Soy yo el que tiene necesidad de ser bautizado por ti, ¡y eres tú el que viene a mi encuentro!». 15 Pero Jesús le respondió: «Ahora déjame hacer esto, porque conviene que así cumplamos todo lo que es justo». Y Juan se lo permitió.

6 16 Apenas fue bautizado, Jesús salió del agua. En ese momento se abrieron los cielos, y vio al Espíritu de Dios descender como una paloma y dirigirse hacia él. 17 Y se oyó una voz del cielo que decía: «Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección».

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8 1 Tres días después se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. 2 Jesús también fue invitado con sus discípulos. 3 Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: «No tienen vino». 4 Jesús le respondió: «Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía». 5 Pero su madre dijo a los sirvientes: «Hagan todo lo que él les diga».

9 6 Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificación de los judíos, que contenían unos cien litros cada una. 7 Jesús dijo a los sirvientes: «Llenen de agua estas tinajas». Y las llenaron hasta el borde. 8 «Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven al encargado del banquete». Así lo hicieron.

10 9 El encargado probó el agua cambiada en vino y como ignoraba su origen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo 10 y les dijo: «Siempre se sirve primero el buen vino y cuando todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad. Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento». 11 Este fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él.

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12 15 «El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia». 21 Entraron en Cafarnaúm, y cuando llegó el sábado, Jesús fue a la sinagoga y comenzó a enseñar. 22 Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.

13 35 Por la mañana, antes que amaneciera, Jesús se levantó, salió y fue a un lugar desierto; allí estuvo orando. 36 Simón salió a buscarlo con sus compañeros, 37 y cuando lo encontraron, le dijeron: «Todos te andan buscando». 38 El les respondió: «Vayamos a otra parte, a predicar también en las poblaciones vecinas, porque para eso he venido».

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15 28 Jesús tomó a Pedro, Juan y Santiago, y subió a la montaña para orar. 29 Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto y sus vestiduras se volvieron de una blancura deslumbrante. 30 Y dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, 31 que aparecían revestidos de gloria y hablaban de la partida de Jesús, que iba a cumplirse en Jerusalén.

16 32 Pedro y sus compañeros tenían mucho sueño, pero permanecieron despiertos, y vieron la gloria de Jesús y a los dos hombres que estaban con él. 33 Mientras estos se alejaban, Pedro dijo a Jesús: «¡Maestro, ¡qué bien estamos aquí! Hagamos tres carpas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías». El no sabía lo que decía.

17 34 Mientras hablaba, una nube los cubrió con su sombra y al entrar en ella, los discípulos se llenaron de temor. 35 Desde la nube se oyó entonces una voz que decía: «Este es mi Hijo, el Elegido, escúchenlo».

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19 22 Mientras comían, Jesús tomo el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: «Tomen, esto es mi Cuerpo».

20 23 Después tomó una copa, dio gracias y se la entregó, y todos bebieron de ella.24 Y les dijo: «Esta es mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que se derrama por muchos.

21 25 Les aseguro que no beberé más del fruto de la vid hasta el día en que beba el vino nuevo en el Reino de Dios».

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23 Los archivos del mes puedes descargarlos en: http://siembraconmigo.blogspot.com/ Si deseas recibir archivos de Espiritualidad Católica envía un correo sin asunto y sin texto a: siembra_amor+subscribe@googlegroups.com Servicio Gratuito


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