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El Concilio Vaticano II y la Constitución “Dei Verbum”

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Presentación del tema: "El Concilio Vaticano II y la Constitución “Dei Verbum”"— Transcripción de la presentación:

1 El Concilio Vaticano II y la Constitución “Dei Verbum”
sobre la Revelación Divina Lic. Claudia Mendoza /// 2009

2

3 El Concilio Vaticano II fue un concilio ecuménico de la Iglesia Católica
Fue uno de los eventos históricos que marcaron el siglo XX El papa Juan XXIII anunció su idea de convocarlo el 25 de enero de 1959 El 11 de octubre de 1962 se iniciaba oficialmente

4 Él no pudo concluir este Concilio ya que falleció un año después,
El Concilio se desarrolló en cuatro sesiones. La primera de ellas fue presidida por el mismo Juan XXIII, en el otoño de 1962 Él no pudo concluir este Concilio ya que falleció un año después, el 3 de junio de 1963

5 Las otras tres sesiones
fueron convocadas y presididas por su sucesor, el Papa Pablo VI, hasta su clausura en 1965 La lengua oficial del Concilio fue el latín

6 Asistieron además miembros de otras confesiones religiosas cristianas
Ha sido el Concilio más representativo de todos, con una media de asistencia de unos dos mil padres conciliares procedentes de todas las partes del mundo y de una gran diversidad de lenguas y razas Asistieron además miembros de otras confesiones religiosas cristianas Imagen tomada de:

7 Objetivos principales
Promover el desarrollo de la fe católica Lograr una renovación moral de la vida cristiana de los fieles Adaptar la disciplina eclesiástica a las necesidades y métodos de nuestro tiempo

8 revisando el fondo y la forma de todas sus actividades.
Se pretendió que fuera un aggiornamento o “puesta al día” de la Iglesia, renovando los elementos que más necesidad tuvieran de ello, revisando el fondo y la forma de todas sus actividades.

9 una apertura dialogante con el mundo moderno,
Pretendió proporcionar una apertura dialogante con el mundo moderno, actualizando la vida de la Iglesia sin definir ningún dogma, intentando un nuevo lenguaje conciliatorio frente a problemas actuales y antiguos

10 La Iglesia El Mundo Comunicar la Palabra de Dios (revelación)
¿Cuál es su identidad, cuál es su origen? ¿Cuál es su razón de ser, su tarea, su misión? Comunicar la Palabra de Dios (revelación) la Vida de Dios (liturgia) El Mundo “Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que todo el que crea en Él …tenga Vida Eterna…” (Juan 3,16) El Concilio Vaticano II pensó cómo la Iglesia ha de comunicar eficazmente en el mundo que le toca vivir, tan difícil, tan cambiante, la Vida y la Palabra de Dios

11 elaborados por el Concilio Vaticano II hayan reflexionado precisamente
De ahí que los cuatro documentos más importantes elaborados por el Concilio Vaticano II hayan reflexionado precisamente sobre esas cuatro dimensiones esenciales e interconectadas de la identidad y la misión de la Iglesia

12 Sacrosanctum Concilium
Lumen Gentium Constitución Dogmática sobre la Iglesia Gaudium et Spes Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual Dei Verbum Constitución Dogmática sobre la Divina Revelación Sacrosanctum Concilium Constitución sobre la Sagrada Liturgia

13 Los otros Documentos

14 Declaraciones Gravissimum Educationis Nostra Aetate Dignitatis Humanae
Declaración sobre la Educación Cristiana Nostra Aetate Declaración sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas Dignitatis Humanae Declaración sobre la libertad religiosa

15 Decretos Ad Gentes Presbyterorum Ordinis Apostolicam Actuositatem
Decreto sobre la actividad misionera de la Iglesia Presbyterorum Ordinis Decreto sobre el ministerio y vida de los presbíteros Apostolicam Actuositatem Decreto sobre el apostolado de los laicos Optatam Totius Decreto sobre la formación sacerdotal Perfectae Caritatis Decreto sobre la adecuada renovación de la vida religiosa

16 Unitatis Redintegratio Orientalium Ecclesiarum Inter Mirifica
Christus Dominus Decreto sobre el ministerio pastoral de los obispos Unitatis Redintegratio Decreto sobre el ecumenismo Orientalium Ecclesiarum Decreto sobre las Iglesias Orientales Católicas Inter Mirifica Decreto sobre los medios de comunicación social

17 La constitución Dei Verbum sobre la Divina Revelación

18 Novedades y aportes de la "Dei Verbum"
Con el trabajo de reflexión que desembocó en la promulgación final del documento sobre la “Revelación Divina”, por primera vez en un “Concilio” se estudiaron categorías tan fundamentales del cristianismo como son la “Revelación”, la “Tradición”, la “Inspiración”

19 Y por primera vez se afrontaron tan claramente
cuestiones tan álgidas de la reflexión teológica –que habían quedado arrinconadas desde hacía demasiado tiempo– como: Las relaciones entre “Escritura” - “Tradición” - “Magisterio” La relación entre “Verdad” e “Inerrancia” de la Escritura La “Historicidad de los Evangelios”

20 Estructura de la Dei Verbum
PROEMIO (DV 1; cf. 1 Jn 1,2-3) LA REVELACIÓN EN SI MISMA (DV 2-6) Hecho y carácter de la revelación Sus etapas históricas Su plenitud en Cristo La respuesta humana a la revelación.

21 TRANSMISIÓN DE LA REVELACIÓN DIVINA (DV 7-10)
Por ser la revelación histórica y por haber tocado ya su plenitud, ha de transmitirse a todas las generaciones por una tradición continua, que contiene toda la revelación, la desarrolla, garantiza su vida. Toda la Iglesia es portadora de revelación.

22 INSPIRACIÓN DIVINA DE LA SAGRADA ESCRITURA Y SU INTERPRETACIÓN (DV 11-13)
Además, la revelación, en cuanto palabra, cristaliza y se fija en unos escritos llamados “Sagrada Escritura”. Como “escritura”, piden una interpretación que corresponda a su carácter divino y humano.

23 EL ANTIGUO TESTAMENTO (DV 14-16)
EL NUEVO TESTAMENTO (DV 17-19) La Escritura se compone de dos grupos de libros: el Antiguo Testamento, que recoge la antigua economía, la hace presente, la incorpora en forma de palabra (IV) Y el Nuevo Testamento, que comprende los evangelios en el puesto central y otra serie de escritos sobre el misterio de Cristo y la vida de la Iglesia (V).

24 LA SAGRADA ESCRITURA EN LA VIDA DE LA IGLESIA (DV 20-26)
La Escritura vivifica de muchos modos a la Iglesia, y el cristiano debe colaborar a su acción por la lectura, el estudio, la predicación.

25 Pasajes seleccionados de la Constitución Dei Verbum
sobre la Revelación Divina

26 PROEMIO 1. El Santo Concilio, escuchando religiosamente la palabra de Dios y proclamándola confiadamente, hace cuya la frase de San Juan, cuando dice: "Os anunciamos la vida eterna, que estaba en el Padre y se nos manifestó: lo que hemos visto y oído os lo anunciamos a vosotros, a fin de que viváis también en comunión con nosotros, y esta comunión nuestra sea con el Padre y con su Hijo Jesucristo" (1 Jn 1,2-3).

27 Por tanto …se propone exponer la doctrina genuina sobre la divina revelación
y sobre su transmisión… …para que todo el mundo… …oyendo, crea el anuncio de la salvación …creyendo, espere …y esperando, ame

28 CAPÍTULO I LA REVELACIÓN EN SÍ MISMA
Naturaleza y objeto de la revelación Dispuso Dios en su sabiduría revelarse a Sí mismo y dar a conocer el misterio de su voluntad, mediante el cual los hombres, por medio de Cristo, Verbo encarnado, tienen acceso al Padre en el Espíritu Santo y se hacen “consortes de la naturaleza divina”...

29 DV 2 …En consecuencia, por esta revelación, Dios invisible habla a los hombres como amigos, movido por su gran amor y mora con ellos, para invitarlos a la comunicación consigo y recibirlos en su compañía.

30 DV 2 Este plan de la revelación se realiza con hechos y palabras intrínsecamente conexos entre sí, de forma que las obras realizadas por Dios en la historia de la salvación manifiestan y confirman la doctrina y los hechos significados por las palabras, y las palabras …proclaman las obras y esclarecen el misterio contenido en ellas.

31 Pero la verdad íntima acerca de Dios y acerca de la salvación humana
DV 2 Pero la verdad íntima acerca de Dios y acerca de la salvación humana se nos manifiesta por la revelación en Cristo, que es a un tiempo mediador y plenitud de toda la revelación 

32 La revelación hay que recibirla con fe
5. Cuando Dios revela hay que prestarle "la obediencia de la fe", por la que el hombre se confía libre y totalmente a Dios prestando "a Dios revelador el homenaje del entendimiento y de la voluntad", y asistiendo voluntariamente a la revelación hecha por El.

33 DV 2 DV 5 Para profesar esta fe es necesaria la gracia de Dios, que proviene y ayuda, los auxilios internos del Espíritu Santo… Y para que la inteligencia de la revelación sea más profunda, el mismo Espíritu Santo perfecciona constantemente la fe por medio de sus dones.

34 Las verdades reveladas
Mediante la revelación divina quiso Dios manifestarse a Sí mismo y los eternos decretos de su voluntad acerca de la salvación de los hombres, “para comunicarles los bienes divinos, que superan totalmente la comprensión de la inteligencia humana”

35 CAPITULO II LA TRANSMISIÓN DE LA REVELACIÓN DIVINA
Los Apóstoles y sus sucesores, heraldos del Evangelio 7. Dispuso Dios benignamente que todo lo que había revelado para la salvación de los hombres permaneciera íntegro para siempre y se fuera transmitiendo a todas las generaciones.

36 DV 7 Por ello Cristo Señor… mandó a los Apóstoles que predicaran a todos los hombres el Evangelio […] Mas para que el Evangelio se conservara constantemente íntegro y vivo en la Iglesia, los Apóstoles dejaron como sucesores suyos a los Obispos...

37 DV 7 Por consiguiente, esta Sagrada Tradición y la Sagrada Escritura de ambos Testamentos son como un espejo en que la Iglesia peregrina en la tierra contempla a Dios, de quien todo lo recibe, hasta que le sea concedido el verbo cara a cara, tal como es (cf. 1 Jn., 3,2).

38 Mutua relación entre la Sagrada Tradición
y la Sagrada Escritura 9. …la Sagrada Tradición y la Sagrada Escritura están íntimamente unidas y compenetradas. Porque surgiendo ambas de la misma divina fuente, se funden en cierto modo y tienden a un mismo fin.

39 Ya que la Sagrada Escritura es la palabra de Dios
DV 9 Ya que la Sagrada Escritura es la palabra de Dios en cuanto se consigna por escrito bajo la inspiración del Espíritu Santo, y la Sagrada Tradición transmite íntegramente a los sucesores de los Apóstoles la palabra de Dios, a ellos confiada por Cristo Señor y por el Espíritu Santo para que … la guarden fielmente, la expongan y la difundan con su predicación …

40 DV 9 …se sigue que la Iglesia no deriva solamente de la Sagrada Escritura su certeza acerca de todas las verdades reveladas. Por eso se han de recibir y venerar ambas con un mismo espíritu de piedad.

41 CAPITULO III INSPIRACIÓN DIVINA DE LA SAGRADA ESCRITURA
Y SU INTERPRETACIÓN

42 Las verdades reveladas por Dios,
que se contienen y manifiestan en la Sagrada Escritura, se consignaron por inspiración del Espíritu Santo.

43 y como tales se le han entregado a la misma Iglesia.
DV 11 La santa Madre Iglesia, según la fe apostólica, tiene por santos y canónicos los libros enteros del Antiguo y Nuevo Testamento con todas sus partes, porque, escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios como autor y como tales se le han entregado a la misma Iglesia.

44 DV 11 Pero en la redacción de los libros sagrados, Dios eligió a hombres, que utilizó usando de sus propias facultades y medios, de forma que obrando Él en ellos y por ellos, escribieron, como verdaderos autores, todo y sólo lo que El quería.

45 DV 11 DV 11 Pues, como todo lo que los autores inspirados o hagiógrafos afirman, debe tenerse como afirmado por el Espíritu Santo, hay que confesar que los libros de la Escritura enseñan firmemente, con fidelidad y sin error, la verdad que Dios quiso consignar en las sagradas letras que nuestra salvación.

46 DV 11 Así, pues, “toda la Escritura es divinamente inspirada y útil para enseñar, para argüir, para corregir, para educar en la justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y equipado para toda obra buena” (2 Tim 3,16-17)

47 Cómo hay que interpretar la Sagrada Escritura
Habiendo, pues, hablando dios en la Sagrada Escritura por hombres y a la manera humana, para que el intérprete de la Sagrada Escritura comprenda lo que Él quiso comunicarnos, debe investigar con atención lo que pretendieron expresar realmente los hagiógrafos y plugo a Dios manifestar con las palabras de ellos.

48 DV 12 Para descubrir la intención de los hagiógrafos, entre otras cosas hay que atender a “los géneros literarios”.

49 DV 12 Puesto que la verdad se propone y se expresa de maneras diversas en los textos de diverso género: histórico, profético, poético o en otros géneros literarios. En la Biblia hay muchos Géneros Literarios, o sea, maneras especiales de decir las cosas y de narrar los acontecimientos. Y es muy importante conocer en qué Género Literario esta escrito un pasaje de la Biblia, para entender qué es lo que allí el autor quiere decir y significa. Por ejemplo: si el pasaje está escrito en género Épico (épico o epopeya es la narración de hechos muy gloriosos) usará números y comparaciones en superlativos que no pretenden ser entendidos matemáticamente: "Los israelitas eran tan numerosos como las arenas del mar". La plata en tiempos de Salomón era "tan abundante en Jerusalen como las piedras". Si el autor de un libro de la Biblia usa el género Apocalíptico (Apocalipsis es: Descubrir lo que va a suceder), usará muchos símbolos (por ejemplo 7, 12, 40, para significar algo que es completo) y muchas imágenes. Ver los libros de Daniel y el Apocalipsis de San Juan. Uno de los Géneros Literarios más usados en la Biblia es el Midrash que consiste una reflexión religiosa acerca de hechos que la tradición narra para sacar de ellos lecciones de santidad. Por ejemplo; Libro de Tobías, Jonás, Ruth, Judit, etc. [

50 y expresó el hagiógrafo en cada circunstancia según la condición
DV 12 Conviene, además, que el intérprete investigue el sentido que intentó expresar y expresó el hagiógrafo en cada circunstancia según la condición de su tiempo y de su cultura, según los géneros literarios usados en su época. Hermenéutica es la ciencia de interpretar correctamente la Biblia usando el método gramático-historico tomando en cuenta el impacto directo del contexto en el cual se dio la Palabra de Dios.  Se sigue la interpretación literal de las palabras sin ignorar las figuras literarias y retóricas, las parábolas, la poesía y la profecía.  Provee las herramientas para ser un buen intérprete de las Escrituras. El intérprete de la Biblia no debe olvidar jamás que la Biblia, en su integridad, tal cual hoy la poseemos, no fue un don que repentinamente descendió del cielo; sino que es el producto lento y gradual de muchos siglos. Se halla compuesta de gran diversidad de partes, las que se produjeron en muchas épocas distintas. Por consiguiente, hay que reconocer que nuestras actuales Escrituras canónicas constituyen un registra de revelación divina progresiva. El mismo Dios que en los últimos días nos habló en la persona de su Hijo también habló en las revelaciones más antiguas (Hebr. 1:1) y podemos escudriñar su Palabra en la confianza de que hallaremos en ella orden y sabiduría divinos desde el principio hasta el fin. Las porciones sucesivas que él reveló de tiempo en tiempo se adaptaron a las variantes condiciones y necesidades de su pueblo. A veces la palabra fue dejada en condición imperfecta, a causa de la dureza del corazón del pueblo (Marc. 10: 5). A veces el progreso fue lento e interrumpido por largos períodos de decadencia espiritual, surgiendo luego, nuevamente, en nuevos desarrollos de vida nacional. Para interpretar bien las Escrituras y emplearlas eficazmente es necesario prestar considerable atención a este carácter progresivo de las revelaciones divinas. Esa atención nos ayudará a descartar los cargos de discrepancias doctrinales y éticas que se han allegado. La idea de que la doctrina paulina de la justificación sea cosa esencialmente distinta de las enseñanzas de Jesús carece de fuerza si se nota que toda la Epístola a los Romanos es, prácticamente, un esmerado trato sistemático de las palabras de nuestro Señor a Nicodemo, "De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquél que en él cree no se pierda mas tenga vida eterna" (Juan 3:16) . La afirmación, de que el Nuevo Testamento contradice al Antiguo, se ve que es errónea tan pronto como descubrimos que las más antiguas revelaciones fueron, necesariamente, imperfectas y que, evidentemente, no tenían por objeto presentar toda la verdad de Dios. Cosas que, contempladas desde un punto de vista parecen ser contradictorias desde otros se ve que no son más qué porciones separadas, porciones de un todo, las que una vez unidas se ve que forman una armonía grandiosa. La "ley del talión" y los procederes violentos del "vengador de la sangre" estaban basados en las justas exigencias de una justicia retributiva y eran formas arcaicas de ejecutar la ley. Una civilización más elevada, establecida sobre revelaciones más claras, adopta otros medios penales pero recenoce los mismos principios esenciales de derecho. Analogía de la fe Las anteriores observaciones preparan el camino para una comprensión correcta de la analogía de la fe como auxilio en la exposición de las Escrituras. Esta expresión, tomada de Romanos 12:6 pero usada en un sentido diferente del que se propuso el apóstol, denota aquella armonía general de doctrina fundamental que corre a través de toda la Biblia. (x) ( N. del T.Véase la importante nota de Clarke sobre esta expresión. Pratt dice "analogía de la fe" y la versión francesa, también). Presume que la Biblia se interpreta a sí misma y que lo que es oscuro en un pasaje puede ser iluminado por otro. A ninguna declaración única ni a ningún pasaje oscuro de un libro se puede permitir hacer a un lado una doctrina que se halla claramente establecida por varios pasajes. Los textos obscuros han de interpretarse a la luz de los claros, sencillos y positivos. Dice Fairbairn: "La fe según la cual se determina el sentido de un pasaje especial, debe ser tal que descanse sobre el amplio significado de alguna de las más explícitas declaraciones de las Escrituras, acerca del significado de las cuales no puede caber duda razonable en una mente libre de prejuicios. Y cuando, para fijar principios generales de fe debamos elegir entre dos pasajes, siempre deberemos conceder mayor peso a aquellos en los cuales no se mencionen meramente de una manera accidental los asuntos relacionados con ella, sino que se los trate y discuta formalmente; pues en tales casos no nos es dado dudar de que el punto acerca del cual buscamos una declaración autorizante, estuvo claramente, ante los ojos del escritor". Es evidente que ninguna doctrina que se apoya en un solo pasaje de las Escrituras puede pertenecer a doctrinas fundamentales reconocidas en la analogía de la fe. Mas no ha de inferirse de esto que ninguna declaración específica de las Escrituras sea autorizante a menos que esté apoyada por otros pasajes paralelos. A menos que esté claramente contradicha o excluida por la analogía de la fe, o por alguna otra declaración igualmente explícita, una declaración positiva de la Palabra de Dios es suficiente para establecer un hecho o doctrina. De aquí se sigue que la analogía de la fe, como principio de interpretación, es, necesariamente, limitada en su aplicación. Es útil para sacar a luz la importancia y prominencia relativas de diferentes doctrinas y para preservar contra exposiciones de los sagrados oráculos viciadas por parcialidades. Exhibe la unidad interna y la armonía de toda la Revelación di­vina. Encarece la importancia de consecuencia en la in­terpretación, pero no puede gobernar al intérprete en la exposición de aquellas partes de la Biblia que se hallan sin paralelo real y a las que ningunas otras partes se le oponen. Porque del progreso de las doctrinas en la Biblia es dable inferir con justicia que aquí y acullá puedan haberse dado revelaciones aisladas de verdad divina en pasajes en los que el contexto no dió ocasión para mayores desarrollos o elaboración. Hermenéutica por M. S. Terry en:

51 DV 12 Pues para entender rectamente lo que el autor sagrado quiso afirmar en sus escritos, hay que atender cuidadosamente tanto a las formas nativas usadas de pensar, de hablar o de narrar vigentes en los tiempos del hagiógrafo, como a las que en aquella época solían usarse en el trato mutuo de los hombres

52 DV 12 Y como la Sagrada Escritura hay que leerla e interpretarla con el mismo Espíritu con que se escribió para sacar el sentido exacto de los textos sagrados, hay que atender no menos diligentemente al contenido y a la unidad de toda la Sagrada Escritura, teniendo en cuenta la Tradición viva de toda la Iglesia y la analogía de la fe. R. Fisichella, art. “ANALOGÍA” en: En su significado etimológico indica una "correspondencia» o, mejor dicho, una "proporción». Está presente en el lenguaje filosófico, a partir sobre todo de Platón y de Aristóteles. que solía distinguir entre conceptos "unívocos», "equívocos» y análogos, esto es, conceptos que se basan en la semejanza de una relación. Con la palabra "analogía» se indica, hoy especialmente, un uso particular de los términos que, sin perder nada de su significado original, saben indicar proporcionalmente la realidad a la que se refieren. La analogía resulta necesaria sobre todo cuando el sujeto quiere expresar su apertura a lo trascendente, partiendo de su propia condición de ser histórico y finito. Se debe sobre todo a E. Prevara el haber demostrado que la analogía no es una mediación secundaria en el conocimiento y en la expresividad de lo trascendente, sino la condición necesaria y primigenia para poder expresarlo en lenguaje humano. Teológicamente, la analogía encontró en el concilio Lateranense IV su codificación definitiva. El concilio, en 1215, se encontraba en la necesidad de corregir dos posiciones extremas, presididas respectivamente por Joaquín de Fiore -que defendía una identidad mística entre Dios y la criatura- y por Pedro Lombardo -que sólo veía una pura distinción racional entre los dos-. Tomando como punto de partida la analogía, el concilio afirma que: “inter Creatorem et creaturam non potest similitudo notari, quin inter eos major sit dissimilitudo notanda» (DS 806). Es preciso distinguir entre una analogia entis y una analogia fidei. Con analogia entis nos referimos al papel esencial que representa el lenguaje humano respecto al ser, que constituye al mismo tiempo el término más significativo y más genérico de nuestro lenguaje. La analogía, en este horizonte, indica que todas las realidades existentes participan del ser, pero en cada ocasión de manera diferente, hasta el punto de que nuestro conocimiento, en el momento en que expresa el objeto, afirma su existencia, pero siempre de manera distinta. En el pensamiento filosófico, la analogia entis no ha tenido un camino fácil. Kant y Hegel, por motivos totalmente diversos, niegan su existencia; Heidegger, por el contrario, la ve como un elemento esencial en el momento en que es preciso superar el olvido del ser. También la ha criticado fuertemente K. Barth. que la definía como "invención del Anticristo», diciendo que era éste el motivo último que le impedía hacerse católico. De todas formas, el concepto de analogia se basa y se apoya en el de creación. Si Dios crea, entonces puede ser también conocido y "pronunciado» por la criatura; de lo contrario, quedaría eliminada la razón misma de la creación. Sin embargo, lo que es considerado sobre todo a través de la analogía es que, entre los dos sujetos, a pesar de que se da una gran semejanza, la desemejanza es siempre mayor a la hora de definirlos. La analogía de la fe encuentra su fundamento en la misma Escritura, donde Pablo dice que todo el que tenga "el don de la profecía debe ejercerlo según la analogía de la fe» (Rom 12,6). El apóstol quiere decir que el que tenga un don, especialmente los que tengan el don de profetizar, no tienen que actuar ufanándose de él ante los demás creyentes; lo que han de hacer es vivir "de acuerdo» con la fe, según su "medida». Así pues, el apóstol ve en la fe el principio en torno al cual debe girar toda la existencia del creyente, A partir de esta perspectiva, en la historia de la teología el concepto de analogia fidei fue tomando significados más amplios. En el período patrístico indicaba la coherencia o la relación que se creaba entre el Antiguo y el Nuevo Testamento; Agustín hablará de “regula” como sinonimo de analogía. Anselmo, en el Proslogion, cuando quiere señalar la circularidad del credo ut intelligam, entiende por analogia fidei sobre todo la correspondencia que existe entre el conocimiento divino y el conocimiento humano dentro de la fe. El Vaticano I, al hablar en la Dei Filius de la relación entre la fe y la razón, afirma que mediante la analogía es posible tener una inteligencia cada vez mayor del misterio revelado, ya que con ella se indica el camino que permite ver el acuerdo de los misterios entre sí y el fin último de la criatura (DS 3Ol~). Finalmente, el concilio Vaticano II parece recuperar el sentido patrístico de esta expresión cuando, en DV 12, pone a la analogia fidei como uno de los criterios fundamentales por los que hav que proceder en la interpretación de la Escritura: "Para descubrir el verdadero sentido del texto sagrado hay que tener en cuenta con no menor cuidado el contenido y la unidad de toda la Escritura, la Tradición viva de toda la Iglesia, la analogía de la fe". Así pues, la analogia fidei sirve a la teología no sólo como su principio constitutivo en el momento en que se pone a «decir” a su Dios, sino también como principio que permite tener una inteligencia cada vez mayor del misterio de la fe, a lo largo de la historia. Bibl.: J Splett - L. B. Puntel, Analogía del ser, en SM, 1, ; P. A. Sequeri, Analogía. en DTI, 1, ; E. Praara, Analogia entis, Einsiedeln 1962; J G. Caffarena, Analogía del ser y dialéctica en la afirmación humana de Dios, Pensamiento 16 (1960) Cf.

53 DV 12 Es deber de los exégetas trabajar según estas reglas para entender y exponer totalmente el sentido de la Sagrada Escritura, para que, como en un estudio previo, vaya madurando el juicio de la Iglesia.

54 DV 12 Por que todo lo que se refiere a la interpretación de la Sagrada Escritura, está sometido en última instancia a la Iglesia, que tiene el mandato y el ministerio divino de conservar y de interpretar la palabra de Dios

55 Condescendencia de Dios
En la Sagrada Escritura, pues, se manifiesta, salva siempre la verdad y la santidad de Dios, la admirable “condescendencia” de la sabiduría eterna, “para que conozcamos la inefable benignidad de Dios, y de cuánta adaptación de palabra ha uso teniendo providencia y cuidado de nuestra naturaleza”.

56 DV 13 Porque las palabras de Dios expresadas con lenguas humanas se han hecho semejantes al habla humana, como en otro tiempo el Verbo del Padre Eterno, tomada la carne de la debilidad humana, se hizo semejante a los hombres

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