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Publicada porRichard Lopez Modificado hace 6 años
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«El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo y seguid lo bueno». —Romanos 12.9 Lección 25 Equidad en la conducta Romanos12.9-21
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Propósito Conocer la propuesta ética y moral que nos presenta el apóstol Pablo. Al estudiarla, evaluar su valor como norte para la conducta personal (individual) y en su connotación colectiva. Analizar el impacto de la conducta cristiana desde el punto de vista de la justicia, con énfasis en la equidad. Examinar la necesidad de una proyección social de ese modelo ético centrado en los valores de la fe que proclamamos.
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Bosquejo de la lección I. Dar énfasis al aspecto no solamente personal, sino social de la conducta. II. Interpretar esa conducta teniendo como referente el nuevo modelo de vida que se desprende del ministerio y predicación de Jesús. III. Ver el impacto profético y eclesial de la ética cristiana como propuesta para mejorar las relaciones interhumanas. IV. Analizar el alcance público del cumplimiento de los deberes cristianos en el presente tiempo.
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Vocabulario bíblico «AMOR FRATERNAL»: Se refiere al amor relacional entre hermanos y hermanas. El énfasis fraternal en las relaciones interhumanas es fundamental en la iglesia primitiva donde la cohesión interna era esencial, elemento que legitimaba su testimonio cristiano. «TRIBULACIÓN»: Momentos muy difíciles que por distintas razones pueden retar la fe de los creyentes. No tiene en este texto connotaciones apocalípticas. «IRA DE DIOS»: No tiene necesariamente connotaciones de castigo divino, más bien responde al juicio de Dios que con sus criterios emite dictámenes finales sobre cómo valorar la conducta. «ARDA LA CARA DE VERGÜENZA»: En esta traducción el término sustituye a otras más imprecisas como «ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza». En nuestro léxico quiere decir, «que se avergu ̈ ence».
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Romanos12.9-10 RVR 9 El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo y seguid lo bueno. 10 Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros. VP 9 Ámense sinceramente unos a otros. Aborrezcan lo malo y apéguense a lo bueno. 10 Ámense como hermanos los unos a los otros, dándose preferencia y respetándose mutuamente.
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Romanos12.11-13 RVR 11 En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; 12 gozosos en la esperanza, sufridos en la tribulación, constantes en la oración. 13 Compartid las necesidades de los santos y practicad la hospitalidad. VP 11 Esfuércense, no sean perezosos y sirvan al Señor con corazón ferviente. 12 Vivan alegres por la esperanza que tienen; soporten con valor los sufrimientos; no dejen nunca de orar. 13 Hagan suyas las necesidades del pueblo santo; reciban bien a quienes los visitan.
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Romanos12.14-16 RVR 14 Bendecid a los que os persiguen; bendecid y no maldigáis. 15 Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran. 16 Unánimes entre vosotros; no seáis altivos, sino asociaos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión. VP 14 Bendigan a quienes los persiguen. Bendíganlos y no los maldigan. 15 Alégrense con los que están alegres y lloren con los que lloran. 16 Vivan en armonía unos con otros. No sean orgullosos, sino pónganse al nivel de los humildes. No presuman de sabios.
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Romanos12.17-19 RVR 17 No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. 18 Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. 19 No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios, porque escrito está: «Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.» VP 17 No paguen a nadie mal por mal. Procuren hacer lo bueno delante de todos. 18 Hasta donde dependa de ustedes, hagan cuanto puedan por vivir en paz con todos. 19 Queridos hermanos, no tomen venganza ustedes mismos, sino dejen que Dios sea quien castigue; porque la Escritura dice: «A mí me corresponde hacer justicia; yo pagaré, dice el Señor.»
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Romanos12.20-21 RVR 20 Así que, si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber, pues haciendo esto, harás que le arda la cara de vergu ̈ enza. 21 No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal. VP 20 Y también: «Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; y si tiene sed, dale de beber; así harás que le arda la cara de vergu ̈ enza.» 21 No te dejes vencer por el mal. Al contrario, vence con el bien el mal.
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Resumen Un día Dios nos visitó con un Evangelio distinto. Una noticia que contenía un mensaje de salvación, mas no era algo esotérico, una utopía o sueño irrealizable. Era que Dios quiso entregarnos el Regalo que nos igualaba a todos: Jesucristo. Él vino para que nuestra conducta respondiese a una ética equitativa. Equidad en la justicia social, donde todos tuviésemos las mismas oportunidades de desarrollo y de participar sin discrimen del crecimiento económico de los pueblos: que nadie carezca del bien común en el orden de la supervivencia material. «El pan nuestro de cada día es para todos».
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Resumen Justicia social en la equidad de género, donde el hombre y la mujer reciban el mismo trato social y económico. Hay creencias negativas que demonizan la diferenciación de géneros creando conductas onerosas de discrimen contra (lo que ha sido más evidente) la mujer. Olvidamos que la imagen de Dios en el ser humano iguala al hombre y a la mujer. En tiempos de Jesús Él contaba con varias mujeres que le ayudaban con sus bienes (Lc 8.1-3). Habló con una mujer en el campo abierto cuando tal conducta era un tabú en aquella cultura y sistema religioso. Es fundamental poner la mira en un paradigma nuevo: evitar la toxicidad religiosa, cultural y social para encontrarnos en lo que es esencial para la vida y para la fe: la convicción de que todos tenemos un mismo Padre, Señor en el Cielo y en la tierra y un Mediador justo y compasivo: nuestro Redentor Jesucristo. En la iglesia, el Cuerpo de Cristo, todos somos del mismo linaje. Participamos de la misma naturaleza espiritual, porque el Espíritu Santo mora en todos. Por eso nuestra conducta debe reflejar la vocación de ese Espíritu que nos iguala a todos y a todas.
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Oración Padre bueno, un día llegaste en humilde forma humana para manifestar tu gran amor por nosotros. Te hiciste uno de los nuestros, igualándote con nosotros sin exhibir una naturaleza pecaminosa. Gracias por esa igualdad que revela tu santidad y nos sirve de modelo para crear conciencia de que es en Ti y por tu Espíritu que somos iguales. Haz que nuestra conducta sea equitativa para amar a los demás como lo hacemos con nosotros mismos. En Cristo Jesús. Amén.
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