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Sed sencillos, acogedores... Sed pequeños
Lectio divina Domingo XXV T. O. Ciclo B. 23 Septiembre Secretariado Catequesis de Cádiz y Ceuta Música: Instrumental: Violín y oboe Elaboración: Manuel López/Eloísa Díaz-Jara Montaje: Eloísa Díaz-Jara Avance Manual
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Oración inicial Señor Jesús, derrama tus gracias en mi vida
para que más allá de lo que pueda saber de ti, busque en todo momento vivir como Tú, actuar como Tú. Haz realidad tu vida en la mía, en mis gestos y actitudes. Regálame la gracia de imitarte en el servicio y la entrega a los demás. Quiero ser el primero en ponerme al servicio de los demás, ser un influjo positivo y guía de otros para ayudarles a conocerte y que Tú seas luz en su camino, Señor.
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TEXTO BÍBLICO Mc En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará». Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle. Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutíais por el camino?». Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Quien quiera ser primero, que sea el último de todos y el servidor de todos». Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado».
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LECTURA ¿Qué dice el Texto?
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La narración del evangelista nos ha ido dando suficientes datos de palabras y de hechos de Jesús, como para imaginarnos el bienestar que suponía para aquellos primeros discípulos el hecho de pertenecer a esa compañía incipiente del Maestro.
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Sus ojos, acostumbrados a la rutina cotidiana de una vida vulgar transcurrida entre los afanes de un pueblo pequeño y las fatigas del bregar de redes, se había visto sorprendida por este Jesús que habla bien, que hace el bien, que está en la boca de todos y en la necesidad de tantos... Y nada menos que ellos, han sido llamados personalmente por su nombre para acompañar a tan insigne Personaje. Estaban de enhorabuena.
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Pero no acaban de entender el viaje de fondo de su Maestro
Pero no acaban de entender el viaje de fondo de su Maestro. Digamos que disfrutan en cada estación, se envalentonan en cada parada del camino, justamente cuando el Maestro habla, cuando cura, cuando hace milagros…
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Entonces va Jesús y les vuelve a decir delicadamente: “el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará”. La reacción que provocaba en ellos estas graves palabras, queda magistralmente dibujada en el breve apunte de Marcos: “ellos no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle”.
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Y quedaron efectivamente mudos
Y quedaron efectivamente mudos... de vergüenza, pues no venían comentado las palabras de su Maestro, sino que por el contrario se habían estado repartiendo su pretensión: cuál de ellos era el más importante. Al llegar a Cafarnaún, Jesús les hará una curiosa pregunta: ¿de qué discutíais? Pero ellos, extrañamente, no quisieron contestar…
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Humanamente hablando, era una situación desalentadora para Jesús… Jesús adoptará una actitud comprensiva llena de misericordia, y les explicará en qué consiste la “importancia” a la que ellos deben aspirar: ¿veis un niño? pues así vosotros. No vayáis de “trepa” por la vida, sed sencillos, acogedores, sed pequeños.
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Sólo a ellos se les revela el verdadero sentido de la vida, los secretos del Reino de Dios, sólo ellos son los verdaderamente grandes.
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¿Qué me dice el Señor en el Texto?
meditación ¿Qué me dice el Señor en el Texto?
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Jesús les hace a sus discípulos una pregunta aparentemente indiscreta: «¿De qué discutían por el camino?». Una pregunta que también puede hacernos hoy: ¿De qué hablan cotidianamente? ¿Cuáles son sus aspiraciones? «Ellos no contestaron... Les daba vergüenza decirle a Jesús de lo que hablaban. Como a los discípulos de ayer, también hoy a nosotros, nos puede acompañar la misma discusión: ¿Quién es el más importante?
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Jesús no le teme a las preguntas de los hombres.
Fiel a su estilo, asume nuestras búsquedas, nuestras aspiraciones y les da un nuevo horizonte. Fiel a su estilo, logra dar una respuesta capaz de plantear un nuevo desafío, descolocando «las respuestas esperadas» o lo aparentemente establecido. Fiel a su estilo, Jesús siempre plantea la lógica del amor. Una lógica capaz de ser vivida por todos, porque es para todos.
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Esta es la gran paradoja de Jesús
Esta es la gran paradoja de Jesús. Los discípulos discutían quién ocuparía el lugar más importante, quién sería seleccionado como el privilegiado… Quién escalaría más pronto para ocupar los cargos que darían ciertas ventajas. Jesús les trastoca su lógica diciéndoles sencillamente que la vida auténtica se vive en el compromiso concreto con el prójimo. Es decir, sirviendo.
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Servir significa cuidar a los frágiles de nuestras familias, de nuestra sociedad, de nuestro pueblo.
Son los rostros sufrientes, desprotegidos y angustiados a los que Jesús propone mirar e invita concretamente a amar.
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Amor que se plasma en acciones y decisiones
Amor que se plasma en acciones y decisiones. Amor que se manifiesta en las distintas tareas que como ciudadanos estamos invitados a desarrollar. Son personas de carne y hueso, con su vida, su historia y especialmente con su fragilidad, las que Jesús nos invita a defender, a cuidar y a servir.
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Ser cristiano entraña servir la dignidad de sus hermanos, luchar por la dignidad de sus hermanos y vivir para la dignidad de sus hermanos. Por eso, el cristiano es invitado siempre a dejar de lado sus búsquedas, afanes, deseos de omnipotencia ante la mirada concreta de los más frágiles.
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¿Qué respondo al Señor que me habla en el Texto?
oración ¿Qué respondo al Señor que me habla en el Texto?
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Partir con quien nada tiene, pero que es digno de todo a sus ojos
COMPARTIR Partir con quien nada tiene, pero que es digno de todo a sus ojos y a los de Dios.
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Partir no sólo lo sobrante, también lo que hemos robado,
lo que hemos trabajado, y hasta lo necesario. Partir por justicia, por amor, por encima de lo que es legal, sin llevar la cuenta, hasta que el otro se sienta a gusto.
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Partir con sencillez y entrega, sin creerse superior o mejor,
sin exigir cambio o reconocimiento. Partir evangélicamente en todo tiempo, en todo lugar, en toda ocasión, ahora ya.
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y menos aún para sentirse salvado; sencillamente para hacer posible
Partir, o al menos intentarlo; nunca en soledad, siempre en compañía; nunca para salvar, y menos aún para sentirse salvado; sencillamente para hacer posible el compartir, como Tú, Señor. (Florentino Ulibarri)
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¿Cómo reflejo en mi vida lo que me dice Dios en el Texto?
contemplación ¿Cómo reflejo en mi vida lo que me dice Dios en el Texto?
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¿Servir a los demás si queremos ser los primeros. Parece una locura
¿Servir a los demás si queremos ser los primeros? Parece una locura. ¡Qué lección tan dura nos está dando Jesús en este evangelio!
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Jesús es el primero de entre todos los hijos de Dios
Jesús es el primero de entre todos los hijos de Dios. Él es de quien se puede resumir su vida: "pasó haciendo el bien". Nada lo hizo por su propia cuenta, todo por la salvación de los hombres, sus hermanos.
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Servir a los demás es el centro del cristianismo
Servir a los demás es el centro del cristianismo. Lo decían los paganos del siglo I: "¡Mirad cómo se aman y cómo están dispuestos a morir unos por otros!" Éste es el secreto del primer puesto, la caridad para con todos.
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Si quieres estar en el primer puesto olvídate de ti mismo y piensa en hacer feliz a la persona que encuentras a tu derecha, y cuando ella ya lo sea, procura con la de la izquierda. Sigue así hasta que todas las personas a tu alrededor sean verdaderamente felices. No te preguntes tanto si tú eres feliz, más bien pregúntate si son felices los que viven a tu alrededor.
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Si Él pudo, ¿por qué tú no? No es una locura el servir a los demás. Si eres cristiano es porque quieres imitar a Jesús, tu maestro y señor, que murió para salvarte de la muerte.
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acción ¿A qué me comprometo?
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Jesús dijo: «Quien quiera ser primero, que sea el último de todos y el servidor de todos». Procurar valorar a los demás, no te consideres el primero.
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Sé el último y el servidor de todos, y da ejemplo de hacer en tu vida realidad las enseñanzas de Jesús.
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Ante esta invitación del Señor, de ser el más importante, siendo el servidor de todos, ¿cómo es tu actitud y disposición en la comunidad?
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¿Qué puedes hacer para que tu servicio sea en verdad de actitud y de entrega y no de palabras vacías y buenas intenciones.
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Trasciende tu actitud y ve al Señor en la persona necesitada y encuéntralo en aquel que requiere tu presencia?
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Examina: ¿Cuándo Jesús te habla, cuál es tu actitud
Examina: ¿Cuándo Jesús te habla, cuál es tu actitud? ¿cómo acoges a los demás, a los diferentes, a los que no piensan como tú…?
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Da gracias a Jesús por ser uno de los suyos, por haberte elegido, por ser su discípulo.
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«El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado». Acoge a los demás desde la inocencia de los niños y no desde la “sospecha” y la “sabiduría de los primeros “. FIN
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