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“Jesús... se puso a hablar, enseñándoles”

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Presentación del tema: "“Jesús... se puso a hablar, enseñándoles”"— Transcripción de la presentación:

1 “Jesús... se puso a hablar, enseñándoles”
DOMINGO IV T. O. – Ciclo A “Jesús... se puso a hablar, enseñándoles” BARTHIMEUS, Instituto para el Progreso Humano.

2 “Señor, concédenos amarte con todo el corazón y
ORACIÓN COLECTA DE LA MISA DEL DOMINGO IV T.O. – A “Señor, concédenos amarte con todo el corazón y que nuestro amor se extienda también a todos los hombres”. La semana pasada Jesús nos dijo : Conviértanse y Síganme. Hoy nos da palabras de guía y de aliento.

3 “Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos”
Salmo (145)

4 Monte de las Bienaventuranzas
Ubicado entre Cafarnaún (Israel) y Taba (Egipto), cerca al Mar de Galilea. Posee una amplia planicie al pie del monte, con óptimas condiciones acústicas.

5 Mateo 5, 1-12a “En aquel tiempo, al ver Jesús la muchedumbre, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles :

6 Algunos lo han llamado “programa de vida del cristiano”.
Revisaremos el mensaje conocido como Sermón de la Montaña. Algunos lo han llamado “programa de vida del cristiano”. Si eso fuera así, tendríamos que pensar que vivir es hacer el bien pero siempre sufriendo, llorando, abusados y perseguidos. Y ese no sería un plan de Dios para sus hijos . El programa de vida del cristiano son los Mandamientos, en su versión antigua o en la breve de Jesús : Amar a Dios y amar al prójimo. Pero, como Jesús sabe que el mundo no facilita el cumplimiento de esos Mandamientos, y que cuando no se cumplen hay dolor en el mundo, Jesús nos muestra la “lógica de la esperanza” con la que podemos superar el posible dolor de vivir tratando de seguirlo, nos alienta a no perder la paz ni la alegría y a confiar en la Justicia Divina.

7 `Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

8 Pobres porque reconocen su necesidad espiritual.
(Que se es criatura necesitada del Señor) Pobres porque se han liberado de la servidumbre al dinero, aunque no todos pueden asumir el mismo grado de pobreza. Pobres porque viven con sobriedad, no se envanecen y son capaces de compartir. Jesús no rechazó a nadie por ser rico. La riqueza no es mala. La hacemos mala con nuestra vanidad y con nuestra avaricia. Dueños del reino porque la confianza es puesta en Dios y en su providencia, porque saben que el dinero y los bienes se acaban y la misericordia de Dios no, sabedores de que el bienestar material no es la meta de la vida humana.

9 Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra.

10 Hay mucho motivo de dolor en el mundo,
todos conocemos el dolor o lo conoceremos. En medio del dolor, bienaventurados los sufridos, los pacientes, los estables, los que pasan por alto las pequeñeces, los serenos, los que saben que el poder lo tiene el Señor. Heredarán la tierra (el paraíso), entienden que el dolor sirve de penitencia y es redentor (de nuestros pecados y los del mundo), y desde ya –por su modo paciente de ser- se hacen querer, son bien acogidos. Y se poseen a sí mismos, son dueños de sí, mantienen el equilibrio interno.

11 Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados.

12 Los afligidos, los que sufren por sí
y por las necesidades de los demás. Consolados desde ya porque se saben bajo la mirada amorosa de Dios y saben que pueden unir su dolor a los de Cristo. Sufren inocentemente, como sufrieron Jesús, María y José. Y sufren confiando en que no serán abandonados.

13 Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos quedarán saciados.

14 Con hambre de ser fieles a Dios,
de vivir justamente, de hacer vida la fe, de ser santos. Buscan la Voluntad de Dios para cumplirla. Quieren caminar con Cristo y no se conforman con “salvarse”. Saciados. El que busca a Dios, lo encuentra. El que más ansía a Dios, más lo tiene.

15 Dichosos los misericordiosos , porque ellos alcanzarán misericordia.

16 La misericordia supera a la justicia, llega al amor caritativo.
Es parecerse a Dios, Padre de misericordia y Dios de compasión. Es ser compasivo como Cristo. La misericordia combate el mal pero se compadece del malvado. El misericordioso evita recordar el mal; trata de disculpar; si puede ayudar, ayuda. Y recibe de Dios lo mismo. Comencemos a practicar misericordia con las debilidades humanas, enseñando, acompañando, consolando; luego podremos practicarla aún con los que obran el mal.

17 Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

18 El que vive una vida recta, verá a Dios.
Limpios de corazón, de buenas intenciones, con motivaciones nobles, de sensualidad controlada, castos, buscan placeres lícitos. Cuidan su conciencia porque se saben creados a imagen divina. El que vive una vida recta, verá a Dios.

19 Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios.

20 Es esperanzado y se opone al mal con optimismo.
La paz, ese don de Dios basado en la justicia y en la verdad, comienza en el corazón de cada uno. El pacífico se libra de resentimientos, es realista, conoce el mal, pero no guarda amarguras. Es esperanzado y se opone al mal con optimismo. Conoce la serenidad, busca la concordia, porque si Dios está con él ¿quién podrá contra él?

21 Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.

22 si Dios lo permite, que hacer el mal.
La persecución es movida por el mundo contra los discípulos de Cristo, persecución solapada o persecución a muerte. No significa infortunio, sino bienaventuranza, porque es la garantía de que esa persona y sus obras son de Cristo, son auténticas. Duele que un corrupto o un malvado te persiga por hacer el bien, pero es mejor padecer haciendo el bien, si Dios lo permite, que hacer el mal.

23 Dichosos ustedes cuando los insulten y los persigan y los calumnien de cualquier modo por mi causa. Estén alegres y contentos, porque su recompensa será grande en el cielo.´” Palabra de Dios

24 y todo lo podemos “en Cristo, que nos fortalece” Fil. 4,13 .
Siguiendo a Jesús podremos sufrir lo mismo que Jesús sufrió, porque “ningún discípulo es más que su maestro” Mt. 10,24 , estamos “revestidos de Cristo” Rom.13,14 y todo lo podemos “en Cristo, que nos fortalece” Fil. 4,13 .

25 La paz sea contigo Amado Señor ,
concédeme vivir en paz conmigo y con todos -empezando por mi hogar- , y ayúdame a perseverar en tu seguimiento, aún cuando hacerlo me signifique sufrir injusticia y dolor, para poder llegar a ser Bienaventurado como tu Santa Madre. La paz sea contigo Barthimeus, Instituto para el Progreso Humano


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