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Publicada porAlejandro Alcantar Modificado hace 10 años
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Segundo domingo de Adviento 7 de diciembre de 2008
Música: “Lux fulgebit” siglo V Segundo domingo de Adviento 7 de diciembre de 2008 Ciclo B
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Is 40:1-5, 9-11 Consolad, consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios, hablad al corazón de Jerusalén, gritadle que se ha cumplido su condena y que está perdonada su culpa, pues ha recibido del Señor doble castigo por todos sus pecados. Una voz grita: «Preparad en el desierto un camino al Señor, allanad en la estepa una calzada para nuestro Dios». Que se eleven los valles, y los montes y colinas se abajen; que lo torcido se enderece y lo escabroso se allane. Entonces se revelará la gloria del Señor y la verán juntos todos los hombres –lo ha dicho la boca del Señor–. Súbete a un monte elevado, mensajero de Sión; alza tu voz con brío, mensajero de Jerusalén; álzala sin miedo y di a las ciudades de Judá: «Aquí está vuestro Dios, aquí está el Señor; viene con poder y brazo dominador; viene con él su salario, le precede la paga. Apacienta como un pastor a su rebaño y amorosamente lo reúne; lleva en brazos los corderos y conduce con delicadeza a las recién paridas».
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Salmo 84 Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.
Voy a escuchar lo que dice Dios: el Señor anuncia la paz a su pueblo y a sus fieles. Sí, la salvación está cerca de los que le honran, la gloria habitará en nuestra tierra. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.
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Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.
El amor y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan; la fidelidad surge de la tierra, y la justicia se asoma desde el cielo. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.
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Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.
El Señor nos dará también la lluvia, y nuestra tierra dará su cosecha; la justicia marchará delante de él, y la rectitud seguirá sus pasos. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.
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2Pe 3:8-14 Una cosa, queridos, no se os ha de ocultar: que un día es para el Señor como mil años, y mil años como un día. Y no es que el Señor se retrase en cumplir su promesa como algunos creen; simplemente tiene paciencia con vosotros, porque no quiere que alguno se pierda, sino que todos se conviertan. Pero el día del Señor llegará como un ladrón. Y ese día, los cielos se derrumbarán con estrépito, los elementos del mundo se desintegrarán presa del fuego, y la tierra y todo lo que se haya hecho en ella quedará al descubierto. Si todas las cosas van a desmoronarse de este modo, ¡qué conducta tan santa y tan religiosa deberá ser la vuestra, mientras esperáis y apresuráis la venida del día de Dios! Ese día en que los cielos se desintegrarán presa del fuego y los elementos del mundo, abrasados, se derretirán. Nosotros, sin embargo, según la promesa de Dios, esperamos unos cielos nuevos y una tierra. nueva, en que habite la justicia. Por tanto, queridos, mientras esperáis estos acontecimientos, procurad vivir en paz con Dios,limpios e irreprochables ante él. Esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva
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Aleluya Lc 3: 4,6 Preparad el camino al Señor, allanad sus senderos; y todos verán la salvación del Señor. El pueblo de NAZARET, con la Basílica de la Anunciación.
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( Del evangelio según san Marcos ) Mc 1: 1-8
Comienzo de la buena noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios. Según está escrito en el profeta Isaías: Mira, envío mi mensajero delante de ti, el que ha de preparar tu camino. Voz del que grita en el desierto: ¡Preparad el camino al Señor; allanad sus senderos! Apareció Juan el Bautista en el desierto, predicando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados. Toda la región de Judea y todos los habitantes de Jerusalén acudían a él y, después de reconocer sus pecados, Juan los bautizaba en el río Jordán. Iba Juan vestido con pelo de camello, llevaba una correa de cuero a su cintura, y se alimentaba de saltamontes y de miel silvestre. Esto era lo que proclamaba: –Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo. Yo no soy digno ni de postrarme ante él para desatar la correa de sus sandalias. Yo os bautizo con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo. Interior de la Basílica. Gruta de la Anunciación, lugar (arqueológicamente comprobado) donde estaba la casa de MARÍA.
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Pueblo de Sión, ya no tendrás que llorar se apiadará de ti al oír tu gemido, en cuanto te oiga te respondará. Is 30: 19
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