Las preposiciones

Las preposiciones Preposiciones: Son parte invariable de la oración cuyo oficio es indicar la relación que entre si tienen dos palabras o términos.

Que son las preposiciones Son elementos relacionantes; es decir, que ponen en relación una palabra con otra: la casa de Pedro. Son invariables: no tienen género, número... Es decir, no llevan desinencias: La casa de los primos. Subordinan nombres: El libro de lengua, pronombres (saldré contigo), oraciones con verbos en forma no personal (digna de ser amada), complementos (directo: amo a Luisa; indirecto: le regalé un libro a Teresa; circunstancial: Miraba el libro con atención; determinativo: entrada con descuento).

Estas son las preposiciones: a, ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde, en, entre, hacia, hasta, para, por según, sin, sobre, tras.

Los hombres se quedaron quietos. Encierra en un círculo las preposiciones que encuentres en él. Lee el siguiente fragmento del cuento “El dragón” La noche soplaba en el pasto del páramo. No había ningún otro movimiento. Desde hacía años, en el casco del cielo, inmenso y tenebroso, no volaba ningún pájaro. Cabe recordar que hace tiempo atrás, se había desmoronado algunos pedruscos convirtiéndose en polvo. Ahora, solo la noche temblaba ante el alma de los dos hombres, encorvados en el desierto, junto a la hoguera solitaria; la oscuridad les latía calladamente en las venas, les golpeaba silenciosamente las muñecas y en las sienes. Las luces del fuego subían y bajaban por los rostros despavoridos y se volcaban en los ojos como jirones anaranjados. Cada uno de los hombres espiaba la respiración débil, fría y los parpados de lagarto. Los hombres se quedaron quietos.

-Aquí en esta desolación ni siquiera sé en que mes estamos- . Aguardaron largo tiempo, pero según ellos solo sintieron un temblor nervioso de la piel, de los cabellos como tamboriles de terciopelo negro que replicaban en las argollas de la plata de los estribos, suavemente. Uno de los hombres suspiró – Qué tierra de pesadillas. Todo sucede aquí, hasta que alguien apaga el sol; ¡oh Dios, escucha! Este dragón dicen que tiene ojos de fuego y un aliento a gas blanquecino, que lanza rayos y azufre, y que al terminar de comer deja los cuerpos esparcidos de Aquí para Allá. ¿Cuántos caballeros me pregunto yo, han muertos en estos cerros? ¿Cuántos caballeros me pregunto yo, habrán perseguido a este monstruo y han fracasado, así como nosotros fracasaremos? -Aquí en esta desolación ni siquiera sé en que mes estamos- .