Descargar la presentación
La descarga está en progreso. Por favor, espere
Publicada porJosé Miguel Crespo Cortés Modificado hace 8 años
1
“Distinta forma de valorar” ¡¡¡Ay, Dios mío!! Miguel-A.
2
Llegaron a las puertas del cielo dos personas recién fallecidas: un sacerdote, y un chofer del colectivo de taxistas de la ciudad de México. San Pedro les preguntó el nombre, previa introducción de los loginname y paswoord adecuados, miró en el ordenador de la vida la historia de actos de cada uno de ellos, y, luego, mandó al sacerdote al infierno, y al chofer al cielo.
3
- ¡Pero, San Pedro!, ¡¿cómo es eso?! -protestó el sacerdote sintiéndose comparativamente castigado-. Yo he dedicado toda mi vida a la religión, he cumplido con todo lo que manda el Señor... jamás he pecado. ¡¡Esto es injusto!!.
4
- Mira, amigo -le respondió San Pedro-, la gente está un poco equivocada respecto a los criterios de selección que tenemos aquí en el cielo. Muchos allá abajo creen que elegimos por la historia de su comportamiento personal, pero no es así: Nosotros elegimos, para quedarse en el cielo, en función de los resultados obtenidos en la tierra.
5
- ¡Pero... no entiendo...! - volvió a protestar el sacerdote-. ¿Cómo puede haber logrado mejores resultados que yo, que he dedicado toda mi vida a la religión, ese chofer, que estaba divorciado, vivía con una prostituta, y ni siquiera pagaba a sus cinco hijos la mísera pensión que había dictaminado el Sr. Juez?.
6
- Simple, amigo, Es muy simple -replicó San Pedro-. Cada vez que tú decías Misa, la gente se aburría, y se dormía, o pensaba en otra cosa... Sin embargo, este otro, amigo, éste conducía de un modo tan bestia que los clientes iban permanentemente rezando el Rosario, y cuantos le veían conducir se santiguaban, y decían “¡ay, Dios mío!”.
Presentaciones similares
© 2024 SlidePlayer.es Inc.
All rights reserved.