¡ RECÍBELO!

¿Sabes? Hubo un tiempo en que yo corría: mientras lloraba, navegaba gimiendo, reía mientras por dentro sangraba, parecía vivir pero en mi interior estaba muriendo. Hoy me dirijo a ti; si, a ti. A ti que existes sin existir, como yo lo hacía; y que pareces vivir aunque estas muriendo. A ti, que acallas tu corazón mientras esta gimiendo y sientes ese vacío por dentro que nada puede llenar.

A ti, que entre la multitud te sientes solo y a quien algunas palabras de amor no satisfacen. A ti, que vez a los demás y no sabes como hacen para vivir esa vida feliz. Pero no sabes que al igual que tu, por dentro, están también muertos. ¿En donde piensas tu que está la felicidad? ¿Con que piensas que llenarás ese vacío? ¿Dinero quizás, el amor? O tal vez el poder, fama, una vida de esplendor?

En que has puesto tu esperanza? ¿A que le llamas felicidad? ¿Con que llenarás ese vacío, con que lo harás? Yo que he vivido lo mismo; y que ya salí de allí, que ahora vivo una vida plena y que por fin soy feliz. Que ya he llenado ese vacío, que en gozo me acuesto y al día siguiente me levanto otra vez a vivir cada día, una experiencia nueva. Cada nuevo amanecer sabiendo que hay quien cuida de mi con ternura y amor; con solícita dedicación, y con cuyo poder sustenta mi existir.

El pagó por nuestros pecados; para eso en la cruz murió. No porque lo mataron, por nosotros que lo mataran dejó: y en el castigo que por nuestros pecados merecíamos, El nos sustituyó. Ese es el regalo que Jesús nos hace: nos regala la salvación; y cuando nos arrepentimos de nuestros pecados y recibimos el regalo que nos dejó; y le abrimos cuando a nuestro corazón llama, y le pedimos perdón, y clamamos: ¡Señor Jesucristo, entra a nuestro corazón ! ¡El entra y nunca mas nos deja!

Yo que igual que tu como un zombi por la vida me arrastré, he vuelto a nacer; nueva criatura soy. Te diré como se hace, contigo lo compartiré, para que como yo salgas del fracaso; de la bancarrota espiritual, de la muerte en vida, del temor, de la desesperación. Y en gozo vivas el resto de tu vida, en seguridad, victoria y amor. La solución se llama JESUCRISTO, El es El Hijo de Dios. El descendió de su Trono, y como hombre entre nosotros vivió, para enseñarnos como salir de tanto dolor.

Con El llega la salvación. ¡El es El camino, la verdad y la vida! Y te convierte, con ese nuevo nacimiento espiritual, en hijo de Dios. ¡Y ya nunca mas te arrastrarás por la vida, sino que a las alturas como un águila te remontarás. Y ese vacío que tienes, con su Gloriosa Presencia se llenará. El es lo que a ti te falta: fuimos creados para ser hijos de Dios. Y Dios dice que sólo por su Hijo podemos llegar a El.

¡TOMA EL REGALO QUE TE HACE! ¡RECÍBELO EN TU CORAZÓN! ¡TEN UN NUEVO NACIMIENTO AHORA! ¡PÍDELE A JESÚS QUE ENTRE EN TU CORAZÓN!

FIN