Nada debes a tus semejantes, bienamada, sólo a mí que alegro tu corazón. I
El viento del Este secó las flores de tu jardín. ¿Lloras acaso por su pérdida o por tu supervivencia? II
Si en el mundo no existe la paz ni el reposo eterno, ¿por qué te inquietas? Breve será tu sueño y pronto tus cenizas serán pasto de la yerba en las riberas de la consolación. III
Si ajeno a tu voluntad fue el instante de tu nacimiento y lo será el de tu muerte, ¿a qué has de preocuparte? IV
Eras joven. Entonces buscabas en las tesis y las filosofías la quietud para tu alma. Ahora, desesperanzada, sólo el perdón para tu sueño eterno. V
Ni tu nacimiento ni tu muerte modificarán la marcha del mundo. Y nadie podrá explicarte para qué has venido, por qué te vas y qué has sido. VI
No te alegre la gloria, ni te apene la desdicha que el destino te depare. Por igual están fuera del alcance de tus deseos y tan impenetrables como tu futuro. VII
Sin conseguirlo buscabas el Cielo y el Infierno. Pero una secreta voz te dijo: “El Cielo y el Infierno están en ti” VIII
Cuando joven te esforzabas por aprender de la vida. Ahora tus conocimientos se disipan como humareda dispersa por el viento. IX
Esconde tu tristeza y oculta tu regocijo. Al infortunado y al pobre que veas en el camino, entrégale la mitad de tu capa. X
No invoques al Cielo. Otros, antes que tú, ya lo hicieron y nunca sabrás si fueron escuchados. Rodéate de tu paraíso y toma lo que seas capaz de lograr. XI
No mires atrás, no deshagas el camino andado. El pasado muerto está y entiérralo en lo más profundo de la nada. XII
Confía en las manos del destino. ¡La preocupación del porvenir nunca turbe el gozo del presente, ni la esperanza del mañana! XIII
En el frágil equilibrio del cristal están tu alma y la mía. Bebamos en esa copa que nos brinda un hálito de vida. ¡Y vivamos! XIV
DESTELLOS Texto : Pedro Martínez Borrego. Imagen: Internet. Tema musical: Siguiendo vivos - Stayin alive – Bee Gees.