Diversos autores (Cassab et. al, Nuncio, et. al 2012 & Mena, et. al 2011) enmarcan la importancia de que el dengue se debe principalmente a factores físico – geográficos, por las condiciones climáticas, de altitud, temperatura, precipitación y humedad, las cuales determinan sitios óptimos para la reproducción del vector que transmite esta enfermedad.
La movilidad de personas en el país es sumamente alta, la propagación de enfermedades puede ser una de las razones por las que el dengue se reporte en áreas donde ambientalmente no deberían estar, tal es el caso de León, Gto., donde se reportaron casos. La probabilidad de que esos casos hayan venido de Jalisco, Michoacán o Colima es alta.
Durante 2014 la afluencia turística registró un crecimiento de 20% entre vacacionistas extranjeros y 15.5% en el mercado nacional (SECTUR, 2014). La incidencia del dengue en Jalisco aumentó en 121%, comparando el mismo periodo del 2014 y 2013, según un reporte de la Secretaría de Salud (2014).
Los procesos de migración urbana han conllevado la aparición de asentamientos en zonas marginales bajo condiciones precarias. En América Latina, 54 millones de familias sufren algún tipo de carencia en la vivienda. La mayor parte de este déficit es cualitativo: el 12% de los hogares adolece de insuficiencias en cuanto a los materiales, el 6% tiene problemas de hacinamiento, el 21% presenta deficiencias en infraestructura, y el 11% acusa carencias en materia de seguridad de tenencia (Blanco et al, 2014) “Lo que mas crean las ciudades no son residuos. Son marginados”