Materiales para 4º de ESO Paula Vicente Álvarez

La música ayuda a identificar desde el primer momento el género de la película: terror, acción, melodrama, etc.

El uso de determinados timbre, ritmos o giros melódicos nos ayudan a imaginarnos con más facilidad que estamos en una determinada época o lugar. Los compositores y las compositoras suelen inspirarse en las músicas tradicionales para ambientar correctamente los filmes para los que componen. Otras veces, cuando no es posible documentarse, se inventan unas características musicales que incluso llegan a identificarse cono música de esa época o lugar.

La música que acompaña a algunas imágenes nos pone en la pista de lo que ocurrirá después.

Añadiendo la música adecuada a unas imágenes se pueden lograr unas emocionas más intensas en los espectadores.

Una melodía puede servir para identificar un determinado personaje. El carácter de dicha melodía coincide con sus cualidades principales: puede ser alegre, insinuante, melancólica… Incluso puede ocurrir que la melodía identificadora cambie según lo hace el humor de su identificado. Este recurso proviene de la ópera y se denomina leitmotiv.

Se pueden grabar en directo al mismo tiempo que la toma de imagen, pero cuando se rueda en exteriores resulta muy difícil eliminar los ruidos de fono (tráfico, viento, etc.), de modo que es muy frecuente que los diálogos de graben después en un estudio. El doblaje consiste en cambiar los diálogos en versión original por la traducción a otro idioma.

Son los sonidos que acompañan a la acción como los pasos, la lluvia o una puerta que se abre. Suelen incorporarse en el estudio, ya que los grabados en directo no suelen poder aprovecharse.

Es lo último que se incorpora a la imagen, una vez insertados los diálogos y los efectos de sala. Puede usarse una música que existía previamente o música compuesta en exclusiva para la película.

Proviene de una fuente sonora que está dentro del filme e incluso se nos muestra en las imágenes. Es una música que existiría si la ficción que se cuenta en la película fuera real.

Es la música que no tiene justificación realista dentro de la película, pero que se incluye para reforzar la acción dramática. Es un comentario externo y paralelo a la acción, y aunque parezca contradictorio, lejos de producir un efecto irreal, nos ayuda a hacer la historia más creíble.

En los inicios de la cinematografía se usaba la música para disimular el ruido que hacían las máquinas de proyección y para amenizar a la audiencia. Era música en directo que los intérpretes tocaban, bien escogiendo entre colecciones de partituras, bien improvisando. No se componía expresamente para los filmes.

En torno a 1915 se componen las primeras bandas sonoras originales, aunque era muy costoso tener a toda una orquesta en la sala de cine: se hacía necesario introducir la música directamente en la película, es decir, inventar el cine sonoro. En esta etapa tuvo importancia la figura de Charles Chaplin, no solo gran actor y director, sino también compositor.

El cine sonoro llega con El cantante de jazz (1927). En un principio el cine aprovecha la música clásica o popular más conocida, pero poco a poco comienzan a componerse bandas sonoras originales. Además, muchos compositores clásicos vieron en el cine un modo de publicitar sus obras. Nace la figura del compositor de cine, entre los que destaca Max Steiner, autor de la música de Lo que el viento se llevó o Casablanca.

Se inventa la pista con tres bandas, una para diálogo, otra para los efectos de sala y otra para la música. El compositor ya asiste al rodaje y escribe la música adaptándose a lo que ocurre en él. Se pone de moda la música en los títulos de crédito y la influencia del jazz se hace patente. Entre los autores más conocidos están (en EE.UU.) Bernard Herrmann, colaborador de Orson Welles ( Ciudadano Kane ) y Alfred Hitchcock ( Psicosis, Vértigo ), y Miklos Rozsa ( Ben-Hur ). En Europa destaca Nino Rota, compositor de las películas de Federico Fellini ( Amarcord ) y de las de la trilogía de El Padrino.

Este género se desarrolla en las décadas de los 40 y 50 con estrellas como la pareja de bailarines Fred Astaire y Ginger Rogers. También destacan las películas del bailarín Gene Kelly ( Un americano en París, Cantando bajo la lluvia ) y El mago de Oz, protagonizada por Judy Garland.

Surge la tendencia del leitmotiv y la de introducir canciones en las películas, como ocurrió con Moonriver en Desayuno con diamantes, que se convirtió en un éxito musical. El género musical experimenta cierto decaimiento, a pesar de que uno de los musicales más famosos, West Side Story, con música de Leonard Bernstein, es de esta época. En los 70 destacan figuras como John Barry ( James Bond ) y Ennio Morricone ( El bueno, el feo y el malo ). Se componen musicales de corte hippie, como Hair o Jesucristo Superstar.

La colaboración entre Steven Spielberg y el compositor John Williams ( La guerra de las galaxias, Tiburón, E.T., La lista de Schindler ) marca las últimas décadas del siglo XX. Por otro lado, surge la tendencia de la música electrónica, sobre todo en películas de corte futurista como Matrix. Es también muy importante la vertiente musical de las películas animadas, sobre todo las de Disney ( La bella y la bestia, El rey León ).

A principios del siglo XXI surgió el movimiento “Dogma 95”, que con la premisa de obtener un cine completamente realista, prescinde de la música incidental y sólo permite la diegética. Los musicales han tenido cierto renacer, sobre todo aquéllos que utilizan canciones de éxito no compuestas para la ocasión ( Todos dicen I love you, Mamma Mía ). Entre los músicos más afamados de estas últimas décadas destaca el compositor de la mayor parte de los filmes de James Cameron, Jomes Horner ( Titanic, Avatar ).