PRAGA
Praga, capital de la República Checa, está situada a las orillas del río Moldava. Con 1.2 millones de habitantes, su área metropolitana abarca hasta 1.9.
La ciudad crece a orillas del río, y podemos ver como a lo largo del tiempo, su expansión a ocupado ambos márgenes, para, posteriormente, crecer en perpendicular.
Se puede apreciar perfectamente la trama medieval original, que se articula en ambas orillas, unidas por el Puente Carlos. Esta ciudad se dividía en una Ciudad Grande (margen derecho) y una Ciudad Pequeña (izquierdo).
Podemos observar perfectamente la trama desordenada, también afectada por ciertas remodelaciones, pero que mantiene ese esquema de calles estrechas, de distribución un tanto más ‘’caótica’’, y cómo se extiende una trama más moderna y recta conforme crece la ciudad.
La plaza del Ayuntamiento es el centro neurálgico de la Ciudad Grande.
Los edificios más destacables de esta zona, conocida como Staré Město son la iglesia de Tyn, cuya silueta se distingue por las dos torres que la coronan, la Sinanagoga Vieja, y el Ayuntamiento, de cuyo complejo de edificios destaca la Torre del Reloj Astronómico, el más antiguo del mundo.
El reloj fue construido en 1410, y supone uno de los más importantes atractivos turísticos de la ciudad, ya que al dar las horas, surgen de él una serie de figuras animadas, que convierten el momento en todo un espectáculo.
Vistas desde la Torre del Reloj
Uniendo ambas orillas se encuentra el Puente Carlos.
Decorado por 30 estatuas, este puente, que se comenzó en 1357 por orden del Rey Carlos IV, supuso, además del nexo de unión de la ciudad, una importantísima vía de comunicación entre la Europa Occidental y la Oriental.
En el siglo XIII el rey Otakar II funda el barrio de Malá Strana, en la orilla oeste del río Moldava.
Uno de los edificios más representativos es la Catedral de San Vito.
Erigida a partir de 1344, esta catedral inspirada en el Gótico Francés es el símbolo de Praga y de la República Checa. Se sitúa dentro del conjunto del Castillo de Praga.
Éste es un ejemplo perfecto de la nueva traza de la ciudad moderna, donde vemos el contraste entre una zona de edificios como centros comerciales y colegios, y una zona de viviendas. Mientras la primera impone una planta radial, la segunda traza unas líneas que se adaptan a la orografía del terreno.
Conforme se amplía la ciudad, su trama cambia.
En este caso vemos la trama en cuadrícula, que se transforma en radia, tomando como centro la Catedral de Santa Lucía de Praga.
Vemos como la orografía es determinante en esta zona residencial del oeste de Praga, donde las curvas de nivel del terreno se convierten en las trazas de las calles.