“Otros tipos de pesca” Miguel-A. Dedicado a Alberto S. (de Zamora). 134 seg. (R. Durcal)
Un hombre llama a su esposa desde el trabajo y le dice: - Querida, el Jefe me ha encargado que lo acompañe a pescar al Canadá con algunos clientes muy importantes. Nos vamos por una semana. Ésta será una oportunidad muy buena para conseguir mi tan ansiada promoción, y con ella un aumento de sueldo. No te olvides de empacar en la maleta suficiente ropa para una semana. Además, prepárame en otro equipaje la caña de pescar y la caja con los anzuelos. En cuando salga de la oficina, paso a buscarlo todo. ¡Ah, y no te olvides de incluir mi pijama de seda azul!.
La esposa piensa que tanta rapidez suena un poquito extraña. Y lo más llamativo de todo era que necesitase un pijama tan lujoso para una excursión de pesca. ¿Para qué querría el pijama de seda azul? Pero como buena esposa, a pesar de sus sospechas, hizo lo que su marido le había pedido.
Una semana después, regresa el marido, fingiendo estar un poco cansado, pero contento. La esposa le da la bienvenida cariñosamente y le pregunta: - ¿Pescaste mucho, querido?. - ¡Uff! Sí, cariño -contesta él-. No hemos dejado una trucha, ni para muestra, en diez kilómetros a la redonda.
- ¿Y qué hay del aumento de sueldo? -pregunta la mujer. - ¡Uff! No tuvimos tiempo de tratar de ese tema. Siempre estuvimos de pesca tratando de tener entretenidos a los clientes. Pero... ¿por qué no empacaste mi pijama de seda azul, como te pedí?. - ¡Si sí que lo hice...! -grita la mujer-. ¡Lo que pasa es que lo puse en la valija de los útiles de pesca! ¿Clientes? ¿Estás seguro de que esas truchas no tenían tetas?.
Moraleja: “¡Se pilla antes a un mentiroso que a un cojo!”.