“Lo que está mal en el mundo es ….”, y que propusieran alguna solución.

“Para mí, el problema principal en el mundo es el egoísmo, el hecho de que el hombre pone su supervivencia y su conveniencia como su máximo interés, sin pensar en los otros seres vivientes.” “Lo que está mal en el mundo es …”, ¿y qué solución propondría? ¿En qué consiste el pecado? ¿Cuál es la esencia del pecado?

¿Qué es el pecado? ¿En qué consiste? ¿Quién puede pecar? Y cuando alguien peca, ¿tiene conciencia de lo que ha hecho? ¿Le abruma la responsabilidad? “El pecado es la falta de conformidad a la ley moral de Dios, sea en acción, disposición, o estado.”

A. E XPLICACIÓN DE LA DEFINICIÓN. ¿Entendemos bien lo que significa “falta de conformidad a la ley moral de Dios”? “La ley moral de Dios es simplemente una expresión de la naturaleza de Dios en forma de requisitos morales”

“La ley moral de Dios es una expresión necesaria de la naturaleza de Dios en vista de la existencia de seres morales, porque es el ideal de Dios para la naturaleza humana”. La definición de pecado dice que: “pecado es la falta de conformidad a la ley moral de Dios, sea en acción, disposición, o estado.”

1. La primera parte en la que podemos mostrar “falta de conformidad a la ley moral de Dios, es a través de una acción …” 1. La primera parte en la que podemos mostrar “falta de conformidad a la ley moral de Dios, es a través de una acción …” Esto no debe ser difícil de entender. ¿O estoy siendo demasiado optimista? Una “acción” es un “acto”, “una expresión de conducta”;

Cuando hablamos de una conducta que no se conforma a la ley moral de Dios estamos hablando de una transgresión de la ley. A esa acción la Biblia le llama “ pecado ”. En Éxodo 20:13, el 6º mandamiento, dice “No matarás”. Cualquiera que quitare la vida a otro está infringiendo o violando esa ley.

Por tanto, ese acto es pecado. En 1ª Juan 3:4 dice, “Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley.” “… pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión”, (Rom. 4:15). Sin embargo nosotros, como seres morales, sí tenemos una ley moral que obedecer.

2. “El pecado es la falta de conformidad a la ley moral de Dios, sea en acción, disposición …” La palabra “disposición” habla de una tendencia prevaleciente, de una ‘inclinación’ o proclividad del hombre hacia algo; en este caso, hacia el pecado.

Lo cierto es que el alma puede no siempre estar consciente pero siempre está activa. ¿Se ha preguntado usted si el Espíritu de Dios cesa su actividad en algún momento? ¿Hay algún momento en el que el espíritu del hombre deje de estar activo?

3. Finalmente, la definición que estamos manejando dice que: “el pecado es la falta de conformidad a la ley moral de Dios, sea en acción, disposición, o estado.” El hombre que no conoce a Dios está “en un estado de pecado”.

Hay quienes afirman, y esto es algo para considerar, que junto a esa inclinación al pecado, natural en quien no conoce a Dios, hay en el hombre un poder divino inmanente que contrarresta la fuerza del pecado; y si ese poder divino no es resistido, eventualmente guiará al hombre a la verdad.

El hombre tuvo conciencia de Dios antes de la Caída. Es muy posible que aun habiéndose alejado de Dios, Adán todavía llevase grabado en su interior el conocimiento básico de ese Dios; y eso, de alguna manera, influía en sus actos.

B. C ONCLUSIONES FUNDAMENTALES QUE SE DERIVAN DE LA DEFINICIÓN DE “ PECADO ”. 1. Solamente los seres racionales pueden pecar porque sólo ellos ejercen libremente su voluntad.

La posibilidad de que sólo los seres racionales puedan pecar implica que Dios se ha revelado a Sí mismo al hombre. a.- Hay una revelación natural, a través de la Creación. b.- También tenemos Su revelación a través de Su ley moral, como ya vimos c.- Y por supuesto, la perfecta revelación de Dios al hombre fue a través de Su Hijo, Jesucristo.

El hombre posee una naturaleza racional por debajo de su nivel de conciencia, y una voluntad natural aparte del ejercicio real de su voluntad. Esto quiere decir que la mente siempre es más grande que la suma de sus operaciones conscientes. Sólo una pequeña parte de nuestro “yo” es manifestada en los pensamientos, sentimientos y actos de la voluntad.

3. La ley moral de Dios requiere de nosotros semejanza moral a Dios por lo que toca a nuestros afectos, tendencias y/o actos externos, para estar en armonía con Él. 4. Y la cuarta es que, la falta de conformidad con la ley de Dios en disposición o estado es considerada igual que un acto de transgresión.

C. L A CONCIENCIA DE PECADO SEGÚN LA EXPERIENCIA HUMANA. La experiencia humana, así sea de un cristiano constituye sólo una evidencia a favor de la enseñanza bíblica, y NO una fuente de conocimiento.

1. El cristiano considera sus desviaciones de la ley de Dios, así como sus deseos e inclinaciones hacia el mal, como revelación y evidencia de su naturaleza depravada que está más allá de su nivel de conciencia. a.Considere usted la experiencia del rey David (Salmos 51:6)

Vea usted lo que dijo Pablo cuando se dio cuenta de esa terrible verdad. ¿Y qué sucedió con Isaías? ¿Se acuerda usted cómo reaccionó Pedro en el episodio de la pesca milagrosa, cuando atestiguó la manifestación del poder de Cristo?

No cabe duda que el cristiano considera sus desviaciones de la ley de Dios, así como sus deseos e inclinaciones hacia el mal, como revelación y evidencia de una naturaleza depravada que está más allá de su nivel de conciencia.

b. “Pero eso sucedió con los grandes personajes de la Biblia; hoy en día no pasan esas cosas.” Dígame, ¿quién cree que escribió esas palabras? ¿Un hombre perdido, sin Dios y sin esperanza? ¿Un pecador empedernido que no siente la más pequeña necesidad de Dios?

Jonathan Edwards, (Oct. 5, Mar. 22, 1758), después de veinte años de ministerio pastoral. Tal era su conocimiento de la santidad de Dios, que lo hacía sentirse “como un perdido”. Y nosotros que a veces nos sentimos tan orgullosos de nuestra humildad, de nuestra sencillez, de nuestra santidad.

2. El creyente se arrepiente más profundamente por la depravación de su naturaleza, que constituye su más íntima e inseparable característica, que por aquello que él meramente hace o siente.

¿Por qué pecó Adán? ¿Por qué pecamos nosotros? El culpable es “el cuerpo”, que busca satisfacer sus necesidades o deseos. Se debe a “la debilidad de nuestra finitud”-

La posición bíblica, que es la que nos interesa, considera el pecado como una decisión suprema del “yo”. Dicho de otra manera, el pecado es fruto del más puro egoísmo humano.

Al hablar del “egoísmo” nos referimos a la selección del “yo” como el fin supremo, lo cual constituye la antítesis del amor supremo para Dios. Ese egoísmo es la esencia del pecado.

A.E L AMOR A D IOS ES LA ESENCIA DE TODA VIRTUD. Lo opuesto a esto es la selección del “yo” como el fin supremo. Por tanto, eso constituye la esencia del pecado.

1. “28 ¿Cuál es el primer mandamiento de todos?”, preguntó un escriba a Jesús. 2. Cuando la Palabra dice “Amarás a tu Dios”, se refiere a aquello que es más característico de Dios; es decir, Su Santidad.

3. Por eso es que decimos que el amor a nosotros mismos es la antítesis del amor a Dios y, por tanto, la esencia del pecado. Pero, ¿es cierto eso?, pregunta usted.

B.V EA USTED COMO TODAS LAS DIFERENTES FORMAS DE PECADO TIENEN SU RAÍZ EN EL EGOÍSMO. 1. La sensualidad es el egoísmo expresado en forma de apetitos desordenados.

2. El egoísmo asume la forma de avaricia, cuando se centra en la propiedad de las cosas. De ambición, cuando hablamos de poder.

De vanidad, cuando se habla de autoestima. Y de orgullo cuando el tema es nuestra independencia personal.

3. El egoísmo se convierte en incredulidad o enemistad contra Dios al simplemente alejarse de la verdad y del amor a Dios.

C. A L PRINCIPIO DIJIMOS QUE : “hay quienes afirman que junto a esa inclinación al pecado, natural en quien no conoce a Dios, hay en el hombre un poder divino inmanente que contrarresta la fuerza del pecado, y (que) si ese poder divino no es resistido, eventualmente guiará al hombre a la verdad”. “hay quienes afirman que junto a esa inclinación al pecado, natural en quien no conoce a Dios, hay en el hombre un poder divino inmanente que contrarresta la fuerza del pecado, y (que) si ese poder divino no es resistido, eventualmente guiará al hombre a la verdad”.

Sólo quiero mencionar algunos pasajes que podrían apoyar esta aseveración. 1.Romanos 2:4. 2.Hechos 17: Juan 1:9.

Muchos ejemplos de generosidad y de sacrificio personal de parte del no regenerado bien podrían adscribirse a esa gracia proveniente de Dios, y a la iluminadora influencia del Espíritu de Dios. Por ejemplo,

¿Recuerdan al joven rico que vino a Jesús? Pablo mismo, antes de convertirse, amaba la justicia y deseaba alcanzarla, siempre y cuando esa justicia pudiera ser producto de su propia voluntad y trajese honra y honor a su persona.

La única conclusión posible, a todo lo dicho, es que somos pecadores, estamos en pecado, tenemos conciencia de ese pecado y eso nos abruma, nos preocupa, porque no vemos una solución a nuestra solución. Pero sí hay solución.

Reconoce tu pecado – en acción, disposición o estado, confiésalo al Señor, y pide Su perdón. Ese fue uno de los propósitos por los que Jesucristo vino al mundo, “a salvar a los pecadores”.

Tú sabes que necesitas el perdón de Dios. ¿Se lo pedirás ahora?