1 Cron. 23 – 26 (posterior al destierro); Ex. 24 – 40; Lev. Ag. 1, ; 2, Zac. 3, 1.9; 6, 11 Eclo. 50, 4 1 Mac. 10, 20 – 21; 13, 41 – 42 Después del destierro, la figura del Sumo Sacerdote cobra más importancia para la nación judía: eran más poderosos en lo referente a la religión, la política e incluso en lo militar

Los profetas: Os. 5, 1; 8, 13; Am. 5, 21 – 25; Is. 1, 10 – 16; Jer. 2, 8; Mal. 2, 1 – 9 (críticas) Is. 2, 1 – 5; Miq. 4, 1 – 3; Ez. 40 – 44; Jer. 7, 12 – 14; 33, 18; Mal. 3, 1 – 4 1 Sam. 2, 35; Eclo. 45, s; Dt. 18, 18 (Cf. 34, 10; Jn. 1, 21) El sacerdocio de Aarón estaba asegurado para un pacto eterno

Ex. 28, 1; Lev. 8, 2; Num. 3, 10; 16 – 17; Eclo. 45, (Jesús pertenecía a la tribu de Judá) Lc. 7, 16.39; Mt. 21, 11.46; Jn. 4, 19; 6, 14; 7, 40; 9, 17 (Su actividad se situaba más en el plano profético) Mt. 12, 23; Mc. 8, 29; 14, 61; Jn. 7, 26.41; 12, 34 (Mesianismo real) Desde el punto de vista del culto antiguo, la muerte de Jesús no constituye un sacrificio (Cf. Dt. 12, 13 – 16; 21, 22s.) Para los primeros cristianos, Jesús es conocido como el Mesías, hijo de David e Hijo de Dios que murió por nosotros para rescatarnos

2 Sam. 7, 1 – 5.13; 1 Re. 5, 19; 8, 13.19; 1 Cron. 17, 13: hay una RELACIÓN ENTRE EL MESÍAS Y EL TEMPLO Mt. 24, 1ss.; Jn. 2, 19.21; Mc. 14, 58; Hch. 6, 14: la existencia de Jesús se pone en relación a la amenaza de la destrucción del Templo y con el anuncio de una NUEVA CONSTRUCCIÓN Jn. 4, 20 – 24; 7, 37 – 39; 11, 48; 14, 1 – 3; 17, 24 (NUEVO CULTO)

26 Mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos, dijo: « Tomad, comed, éste es mi cuerpo. » 27 Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio diciendo: « Bebed de ella todos, 28 porque ésta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos para perdón de los pecados. (Mt. 26) 22 Y mientras estaban comiendo, tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio y dijo: « Tomad, este es mi cuerpo. » 23 Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio, y bebieron todos de ella. 24 Y les dijo: « Esta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos. (Mc. 14) 19 Tomó luego pan, y, dadas las gracias, lo partió y se lo dio diciendo: Este es mi cuerpo que es entregado por vosotros; haced esto en recuerdo mío. » 20. De igual modo, después de cenar, la copa, diciendo: « Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros. (Lc. 22) [El Señor Jesús] 24 y después de dar gracias, lo partió y dijo: « Este es mi cuerpo que se da por vosotros; haced esto en recuerdo mío. » 25 Asimismo también la copa después de cenar diciendo: « Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre. Cuantas veces la bebiereis, hacedlo en recuerdo mío. » (1 Cor. 11)

Sangre y alianza (Ex. 24, 5 – 8) para la remisión de los pecados (Cf. Lev. 4, 20) Is. 53, 10 – 12: expiación; llevó los pecados de muchos; intercedió Mt. 26, 2.17; Mc. 14, 1; Lc. 22, 1: La pasión de Jesús tuvo lugar durante la Pascua Lc. 24, 50 – 51: Jesús levantó las manos para bendecir (Lev. 9, 22; Eclo. 50, 20)