IDENTIDAD Y ESTILO del DIRECTIVO LASALIANO

OBJETIVOS Ubicar los contenidos del curso de formación de directivos Reconocer los elementos constitutivos en la formación de la identidad. Idenficar los rasgos que definen la identidad y el estilo del directivo lasaliano Identificar los rasgos que me definen como directivo lasaliano Reconocer los elementos Reconocer los elementos singulares de un centro lasaliano.

Refuerzo de la identidad Un Director entra en la sala de profesores y observa a uno de ellos al que aprecia mucho. El Director no se da cuenta pero entra con una sonrisa de lado a lado y además habla con un tono amigable y le ofrece tareas que fomentan el crecimiento intelectual. Hasta este momento el profesor no tenía ningún sentimiento (ni bueno ni malo) hacia él pero ante estos estímulos es más sencillo que el maestro comience a sentir amistad por el director. Sin darse cuenta el director, el resultado de la relación entre él y el profesor ha llegado a la situación que tenía en mente el director pero que ha sido favorecido por acciones propias que no ha observado pero que ha realizado realmente. El jefe de estudios no aprecia a un profesor aunque no sepa cuál es la razón para ello. El profesor no tiene ningún tipo de opinión sobre su jefe de estudios. Cuando llega el jefe de estudios lo hace con cara agria, tono imperativo y le asigna tareas que supone están mucho más allá de sus límites. El profesor tiene más probabilidades de acabar fallando en el trabajo pues recibe estímulos que le dirigen hacia esa situación. Al final el jefe dice "Sabía que me fallaría" sin darse cuenta de que muchos signos que recibe el operario son creados por el jefe de forma velada incluso para él mismo.

Texto 1 Reglas comunes Todo su cuidado debe consistir en dirigir bajo la guía y autoridad del Hermano Superior del Instituto, todo lo que mira a su casa y a las escuelas que de ella dependen... no para guiar y gobernar como jefe, ya que sólo tiene y debe atribuirse en todo una autoridad relativa y dependiente” (RC, p. 61).

Texto 2: Blain. El Instituto está en manos de los Hermanos Directores, que ellos eran los que lo destruían o lo edificaban; que su regularidad estaba vinculada a la suya, y que el fervor no se mantendría más que por su fidelidad a la Regla y a sus deberes. Persuadido, por otra parte, de que Dios conocía a los que son según su corazón, u que su mano sola sabe formarlos, practicaba ayunos y oraciones continuas para obtener del Cielo Hermanos Directores de virtud probada, llenos de fe y de Espíritu Santo. (JB Blain, Cahier Lasallien 8, p. 145)