“Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo” (1 Juan 4:14).

Introducir el estudio de las epístolas de Juan respecto de la autoría, el contenido y el propósito. Mostrar que muchas de las preocupaciones que Juan tenía son las mismas que enfrentamos hoy. Enfatizar el hecho de que Juan señaló a Dios Padre, y al Hijo, a lo que ambos hicieron por nosotros y lo que nosotros debemos hacer como respuesta.

Juan vivió lo suficiente como para ver el evangelio de Cristo siendo predicado. Vio a personas aceptando sus enseñanzas y enfrentó con rapidez y decisión los errores que estaban siendo introducidos en la iglesia.

¿Qué evidencias tenemos de que Juan es el autor de estas tres epístolas?

Por el estilo literario Por el estilo literario. Hay una armonía en los escritos de Juan que apuntan a Cristo como nuestra salvación. Expresiones como “amados”, “hijitos”, “hermanos”, sólo las vemos en Juan.

El autor fue testigo ocular de la vida de Jesús El autor fue testigo ocular de la vida de Jesús. Eso se percibe cuando Juan utiliza expresiones como: “Hemos visto, lo que hemos visto… y lo que palparon nuestras manos”.

Su reconocida autoridad entre los primeros lectores Su reconocida autoridad entre los primeros lectores. Por el lenguaje de la carta, podemos in-ferir que el autor conocía personalmente a los desti-natarios de la epístola, que mantenía con ellos una relación estrecha y afectuosa, a la vez que les dice que los visitaría pronto (3 Juan 10).

“Creemos que Juan fue el autor de tres cartas en la última década del primer siglo de la era cristiana. Juan contaba aproximadamente con 90 años y sus destina-tarios eran integrantes de la así llamada “comunidad del discípulo amado”, una colectividad de un determi-nado número de congregaciones que equivaldrían hoy a un gran distrito pastoral, o a una pequeña Asociación”.

“Según la tradición, Juan pasó sus últimos años en el Asia Menor, con una especial referencia a la ciudad de Efeso, a la que podríamos considerar como la sede de aquél gran distrito”.

¿Cuáles son los temas principales que trasuntan las epístolas de Juan?

La esencia del cristianismo: el amor fraternal La esencia del cristianismo: el amor fraternal. 1 Juan 1:10; 3:16 - “…debemos dar nuestra vida por los hermanos”. Los resultados del cristianismo: La obediencia. 1 Juan 2:3-4; 3 Juan 4 - “Nada me causa mayor gozo que oír que mis hijos andan en la verdad”.

Los peligros del cristianismo: Disidencias y falsas doctrinas. 1 Juan 2:18, 19; 2 Juan 7 - “Salieron de entre nosotros, pero no eran de nosotros”

“El mundo está lleno de enseñanzas falsas y si no in-vestigamos resueltamente las Escrituras por nosotros mismos, aceptaremos los errores del mundo en lugar de la verdad, adoptaremos sus costumbres y engaña-remos nuestros propios corazones. Sus doctrinas y cos-tumbres están en desacuerdo con la verdad de Dios” [En lugares celestiales, p. 140]

El objetivo de Juan era exponer la herejía de los falsos maestros y confirmar la fe de los creyentes verdaderos. Juan declara haber escrito para dar garantía de vida eterna a aquellos que creen “en el nombre del Hijo de Dios” (1 Juan 5:13). La inseguridad de sus lectores acerca de su condición espiritual fue causada por un conflicto con los maestros de una falsa doctrina.

Juan se refiere a esas enseñanzas como engañosas (2:26; 3:7) y a los maestros como “falsos profetas” (4:1), mentirosos (2:22) y anticristos (2:18, 22; 4:3). Habían estado en un tiempo en la iglesia, pero se habían apartado (2:19) saliendo “al mundo” (4:1) para propagar su peligrosa herejía.

Juan combate las herejías enfatizando la verdad y no los errores Juan combate las herejías enfatizando la verdad y no los errores. Notemos los énfasis de la primera epístola: a) Jesús era realmente el Cristo (2:22);

Preexistencia de Cristo y la seguridad de que es el Hijo de Dios (1:1; 4:15 y 5:5,10); La encarnación de Cristo (4:2); Cristo vendría a salvar a los hombres (4:9 y 5:13).

Siendo que es tan fácil dejarse absorber por la lucha contra el error de tal manera que nos centramos en él en lugar de centrarnos en la verdad, ¿de qué manera enfrentamos lo que consideramos equivocado? ¿Nos concentramos en el error en lugar de hacerlo en la verdad? ¿Cómo tratamos con los problemas de una manera más positiva?

Muchas veces nos preocupamos de los posibles ataques en contra de la iglesia que vienen de afuera. Es importante estar precavidos. Pero también debemos estar alertas con respecto a los ataques que vienen de adentro. Especialmente con el hecho de que nosotros mismos no nos convirtamos en agentes del enemigo.

Estos ataques son muy sutiles, y están por todas partes Estos ataques son muy sutiles, y están por todas partes. Debemos saber identificarlos y estar precavidos para no vernos enredados por ellos. Algunos temas en los que hemos sido atacados desde adentro son: la Trinidad, la personalidad del Espíritu Santo, los diezmos, etc.

Notemos cómo Juan presenta a Jesús: Con el propio nombre Jesús – 14 veces (12 en 1 Juan y 2 en 2 Juan). Cristo – 14 veces (10 en 2 Juan y 4 en 2 Juan). Hijo – 24 veces (22 en 1 Juan y 2 en 2 Juan). Vida – 3 veces (1 Juan 1:1 y 5:20).

Al que era desde el principio – 2 veces (1 Juan 1:1; 2:14). Al que ha nacido de Dios – 1 vez (1 Juan 5:18). Señor – 1 vez (2 Juan 3). Salvador – 1 vez (1 Juan 4:14). Palabra o Verbo – 1 vez (1 Juan 1:1).

Dios verdadero – 1 vez (1 Juan 5:20). Santo – 1 vez (1 Juan 2:20). Abogado (paráklētos) – 1 vez (1 Juan 2:1). “Nombre” (forma genérica adjudicada a Jesús y a su obra) – 1 vez (3 Juan).

Para reflexionar: “Todo el que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios está en él, y él en Dios” (1 Juan 4:15) “La confesión de la cual Juan habla aquí, no es el resultado de una fe nominal, sino que es el resultado de una fe en el Salvador viviente…”

“Podemos sentirnos seguros de que Jesús es nuestro Salvador y que la vida no tendría satisfacciones, ni nos proporcionaría paz ni esperanza, si Él no nos hubiera amado ni se hubiera dado por nosotros” [Hijos e hijas de Dios, p. 191].

¿Nos encontramos tan ocupados con fechas, diagramas y doctrinas a punto tal de no tener tiempo para conocer a Jesús, su perdón y su gracia? En este caso, ¿cómo podemos cambiar? Aún más, ¿por qué debemos cambiar? (Ver Juan 17:3).

Juan, el discípulo amado, es el autor de las tres epístolas que llevan su nombre. Sus cartas tuvieron el propósito de presentar a Jesús como Hijo de Dios y salvaguardar a la iglesia de las herejías destructoras.

En 1, 2, y 3 Juan encontramos lo que Jesús hizo y hace por nosotros, requiriendo de nuestra parte una respuesta de fe. Creer en Él resulta en vida eterna (5:13; Juan 3:16); tal experien-cia confirma el nuevo nacimiento (5:1) y le otorga poder al que cree para ser victorioso sobre el mundo (versículos 4, 5), de manera que él “no sigue pecando” (3:9).

Requiere además una respuesta de amor, primeramente a Dios, y luego a nuestro semejante (4:21). De tal manera, el amor de Dios se revela y se percibe en una respuesta de obediencia a sus mandamientos (5:2, 3). 

Rolando D. Chuquimia ADAPTACIÓN GRAFICOS & TEXTOS al Español DISEÑO ORIGINAL Dpto. MiPES (Unión Sur del Brasil) Coordinación: Carlise Antal ADAPTACIÓN GRAFICOS & TEXTOS al Español Rolando D. Chuquimia Para recibir las próximas lecciones inscríbase enviando un mail a: rdchuquimia@ciudad.com.ar Asunto: Lecciones en Powerpoint RECURSOS ESCUELA SABATICA Recursos gratuitos para la Escuela Sabática Inscríbase en http://ar.groups.yahoo.com/group/Comentarios_EscuelaSabatica http://groups.google.com.ar/group/escuela-sabatica?hl=es http://groups.google.com.ar/group/escuela-sabatica-ppt?hl=es Recursos Escuela Sabática

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